CAPÍTULO DOCE

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Las yemas de sus dedos recorren mis mejillas, quita pequeños mechones de pelo que me cubren el rostro, me estiro un poco soltando ruidos extraños, este ríe y abro un ojo para verlo, tiene el cabello desordenado y una gran sonrisa.

—Buenos días Sav— me susurra, su aliento huele a menta ahora sé que lleva ya un rato despierto. —Traje el desayuno— me levanto un poco para ver que en su escritorio tiene un par de tasas humeantes y paquetes de galletas de la máquina del corredor principal. — bueno lo que pude conseguir a esta hora.

Me giro para encender mi teléfono pero está completamente muerto, Thomas me tiende un cargador y yo me levanto para poder conectarlo, me vuelvo a donde esta y tomo una tasa de chocolate, aunque no tolero las cosas calientes creo que hoy lo necesito.

— ¿Qué hora es? —comento mirando el suelo.

—Casi las seis de la mañana— suspira tomando su bebida también. —deberías comer y dormir otro rato

—Estoy bien —le corto y noto como se tensa, él odia que le haga eso. Sabe que tiene razón solo he dormido apenas dos horas cuando mucho y estoy segura de que él ni siquiera ha pegado ojo. —Gracias por lo de ayer —murmuro apenada.

—No me lo agradezcas sabes que haría cualquier cosa por ti —me mira y sé que aun que quiere decir más no lo hace.

—Ni siquiera sé porque no salí corriendo en cuanto lo escuche hablar

—Él no te volverá a poner una mano encima mientras yo este contigo.

Me rodea con sus brazos y deja un rápido beso en mi frente. Al igual que Cameron también Thomas estaba enterado de mi caso con Aiden pero este se había percatado de ello un poco distinto, casi al principio del curso mi familia organizo una cena para celebrar mi entrada a la universidad, por supuesto Aiden y mi tía Sthep asistieron. En cuanto lo vi atravesar la puerta casi me desmayo, Thomas es muy observador y de inmediato noto lo raro que se ponía el ambiente cuando Aiden se me acercaba. Se pasó el resto de la fiesta obligándome a que le contara si el me hacía daño... Ya saben cómo abusar de mi o esas cosas, pero le impacto más saber que él jamás me había tocado un pelo físicamente sin embargo amaba destrozar mi mente jugando o manipulándola a su antojo y beneficio. Aunque ambos sabían eso, jamás les conté lo que me unía totalmente a Aiden y creo que nunca tendré el valor de hacerlo.

Luego de dormir un rato me llevo a mi edificio, me despedí en cuanto baje, me encamine a mi habitación, cuando di la vuelta al pasillo me encontré Tayler sentado recargado en la puerta, ya se comenzaba a ser costumbre verlo ahí.

— ¿Qué haces aquí?

—Hola Tayler como estas— me observa— lamento haberme largado ayer sin darte una explicación— suelta con sorda y se levanta para acercarse a mí. Me mira de arriba abajo escaneándome como si quisiera encontrar algún indicio de respuesta— Porque te marchaste— me susurra en el oído y mi cuerpo reacciona de inmediato erizándome la piel.

—No, no me sentía bien— tartamudeo y me alejo para entrar de una vez a mi habitación donde encuentro a Noah sentada en su cama leyendo un libro, me dedica una mirada y enseguida observa seguramente a Tayler.

—Tienes que decirle a tu novio que cuando tú no estés aquí él no puede entrar ni de broma— decreta poniéndose de pie y marchándose sin dejarme aclararle nada.

— ¿Qué le has dicho? —replico mirándolo enfadada.

—No me dejo esperarte aquí adentro — hace un puchero patético y sonríe— oye se va a olvidar no es para tanto que le haya dicho que eras mi novia— lo miro aún más molesta y este levanta los brazos en señal de rendición— tampoco es como que tengas muchos pretendientes— farfulla y golpeo su hombro con la poca fuerza que tengo.

—Solo lárgate —me tubo en la cama y tapo mi cabeza con la almohada que tengo a mi alcance.

— ¿Qué fue lo que paso ayer fosforito? —su voz se escucha seria y demandante.

—Si te lo contara tendría que matarte —comento mientras me levanto a observarlo.

—que graciosa —suelta una risa fingida y sonrió.

Camina hasta sentarse a mi lado, cuando mis ojos dan con su rostro me percato de las enormes ojeras que adornan su rostro. En un movimiento involuntario toco su rostro y este de inmediato reacciona alejando mi mano. Lo miro desconcertada pero este entrelaza nuestras manos como sin nada.

—Mis tíos son los dueños del restaurante— balbuceo pero sé que me ha escuchado por que su rostro se ha girado a verme más rápido que un chasquido. —por eso decidí irme.

—y ¿Thomas? —Cuestiona— ¿el que estaba haciendo ahí?

—yo lo llame, lamento haberme ido sin despedirme

Este aún sostiene mi mano, de un momento a otro me da un pequeño beso, cuando digo pequeño no exagero es simplemente un rose de labios en un micro segundo, sucede tan rápido que apenas puedo procesarlo, incluso apenas puedo creer que fue real, pero su roce sigue quemando en mis labios apenas tocados. Mis ojos se abren con exageración y este por primera vez deja notar un leve sonrojo. Se levanta con prisa como si quisiera hacer distancia entre nosotros cuando en un principio quien cruzo la línea fue él.

—Tengo que irme— gimotea caminando apresuradamente a la puerta mientras yo lo observo anonadada.

Suelto un suspiro ruidoso y me recuesto en mi cama cubriendo mi cara con la almohada.

TAYLER

Salí hecho humo de la habitación de Savanna, mis pies se movían sincronizados mientras bajaba las escaleras, en cuanto puse un pie fuera del edificio sentí como mi cuerpo se estampaba contra el muro del edificio; por un momento me sentí desorientado pero cuando me percate de lo que ocurría fui consciente de que Thomas mantenía un fuerte agarre sobre mi camisa me miraba con furia y no dudaría en que incluso estaba a punto de golpearme. No lo culparía luego de que me advirtiera que me quería lejos de Savanna.

— ¡eres estúpido o que! —soltó irritado y yo no pude evitar dedicarle una sonrisa. — ¡aléjate de ella!

—Es demasiado tarde querido Thomas— aludí

— ¡Una mierda!

—Si ella te escuchara le impactaría que su querido mejor amigo esté actuando como un idiota— lo empujo de forma brusca y doy un paso acercándome a él, esta vez fue mi turno de tomarlo de la chaqueta— no vuelvas a ponerme una mano encima o vas arrepentirte.

Lo empuje lejos de nuevo y nos miramos desafiándolo todo, estaba tan contento de que este momento llegara donde el grandioso Thomas Walsh me mostrara su verdadero rostro.

—ya te dije que voy a terminar lo que iniciaste y no voy a parar hasta quitarte lo que más quieres.

—ella jamás va a caer en tu juego mientras yo esté cerca de ella. —Informa— Aún está enamorada de mí.

— ¿porque acaba de besarme entonces? —consulto mientras camino a su alrededor esperando su respuesta pero sé que no llegara en unos minutos, lo he sacado de cuadro no lo esperaba de eso estoy seguro su rostro incluso luce desencajado, acaso él la habrá besado también.

—Verdad que no siempre se gana — se me escapa una risa ronca y me alejo de él, es obvio que gane.

— ¿Qué es lo que quieres esta vez? — me sujeta del brazo y yo me aparto de inmediato, me giro para encararlo ni siquiera me mira sino que tiene la vista perdida en algún punto del suelo.

—Sorpréndeme. —me observa y yo solo reanudo mi partida.

Rulitos

DESATADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora