El día era nublado, con más del ochenta por ciento de amenaza de lluvia. Sin embargo, a Jungkook no le importó, siguió sacando sus cosas del auto para llevarlas a su nuevo departamento en el pequeñito pueblo de Gwanjang, ubicado a muchas horas de su hogar y de sus padres.
No tenía demasiadas cosas, después de todo, el apartamento estaba amueblado; lo único por lo que se tenía que preocupar era por su comida, zapato y vestimenta, por lo que la mudanza había sido más fácil de lo que pensaba. Sacó un par de cajas de la parte trasera de su auto, que era lo único que necesitaba, eran pequeñas no había en ellas algo más que sólo ropa, uniformes y piyamas.
Se veía que era un pueblo tranquilo, no había visto a ninguna persona cerca por lo que supuso estaban en sus hogares para evitar problemas con la lluvia. Sonrió para sí mismo, sólo a él se le ocurría llegar en un mal momento, bueno, en un día con mal clima.
—¡Buenos días! —saludó una voz detrás suyo y él se asustó, no había escuchado sus pasos ni tampoco sentido su presencia. Era una mujer, probablemente pasando sus cuarenta años de edad, se acercó con total confianza y a paso lento hacia el chico pelinegro.
—Buenos días —saludó el doctor, poniendo la mejor sonrisa que tenía mientras hacía notar sus dientes de conejo, intentando ocultar lo incómodo que se sentía por la sorpresa que le habían dado. La mujer hizo una reverencia y él se la correspondió, no entendiendo el por qué la gente se dirigía de manera tan formal hacia él, al parecer las personas merecían mucho respeto cuando llevan puesto una bata y estetoscopio. En este caso, no llevaba ninguno de los dos, sólo vestía el típico color cuando estaba de civil: negro.
—¿Es usted el doctor Jeon? —preguntó la fémina, quien cruzó sus manos en el pecho. Jungkook volvió a sonreír, feliz de que las personas del pueblo estuvieran esperando su llegada.
—Así es —respondió y la mujer asintió, regalándole una sonrisa de su parte.
—Es bueno saberlo —le dijo a la vez que observaba a su alrededor. Se acercó un poco más a él y puso una de sus manos cerca de su boca, como si estuviera a punto de contarle algún chisme que nadie debía de saber -. Aquí entre nos, en este pequeño pueblo siempre necesitamos un médico.
—Ahhhh, ¿sí? —Jungkook arqueó una ceja y esperó a que la señora continuara. Y cuando no lo hizo, le preguntó: -En cualquier lugar se necesita un médico, señora...
—Lee —respondió, diciéndoselo con la mano al lado de su boca —. Puede decirme señora Lee.
—Señora Lee —continuó el pelinegro mientras peinaba su cabello hacia atrás —, en cualquier lugar es necesario un médico. Nunca se sabe cuándo puede ocurrir una emergencia.
—Quizás usted no lo sabe porque acaba de llegar, pero el pueblo está maldito —y eso fue más que suficiente para que el doctor se pusiera a reír, sin embargo, no lo hizo, puso toda su fuerza de voluntad para evitar que sus sonoras carcajadas ofendieran a la mujer —. Sé que no me cree, pero pronto lo verá. Cuando vea que todos siempre tenemos la misma enfermedad.
Jungkook ya no le respondió, sólo observó cómo esa señora se alejaba de forma tan rápida como había llegado, sin siquiera despedirse de él. Frunció el ceño y pensó que quizás la única enfermedad que tenía era psiquiátrica.
Hizo caso omiso de lo que la señora Lee le dijo y continuó bajando las pocas cosas que quedaban en su auto, poniéndolas después en la pequeña sala del departamento. Su pequeñito hogar estaba compuesto de una sala comedor, donde únicamente estaban dos sofás y una mesa rectangular para cuatro personas; un baño para visitas y otro cerca de las dos habitaciones, una para él y la otra para el doctor Kim, médico egresado desde hace seis meses y asignado al igual que él a ese pequeño pueblo; y por último la cocina, que sólo consistía en una alacena, la estufa, una pequeña islita en medio y el refrigerador. No era demasiado grande pero a Jungkook le gustaba, le hacía sentir en casa.
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Para volver a verte (Kookmin)
Fanfiction[HISTORIA COMPLETA] Jeon Jungkook es un médico recién egresado de una de las escuelas más prestigiosas de Seúl, con una gran curiosidad por un pequeñito pueblo olvidado con el tiempo y demasiadas ganas de poder prestar sus servicios a las personas d...