Capítulo dieciséis

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Taehyung se levantó horas después. El sol ya se encontraba en el cielo y el frío ya se estaba disipando un poco, por lo que le fue sencillo tomar sólo su vestimenta del día anterior y salir de la habitación de Jungkook para visitar la cocina. Estaba hambriento y el dolor de cabeza producto de su casi resfriado no le ayudaba, parecía como si alguien le hubiese golpeado la cabeza.

—¿Has dormido bien? —Hoseok le dio un calmante y después le sirvió el desayuno. El médico asintió, tomando la pastilla sin necesidad de agua —Creo que el casi resfriado te dejó sin energía, ¿verdad?

Ambos rieron.

—Ni lo menciones —respondió Tae mientras tomaba unos palillos y acercaba la comida hacia él —. Si hubiese ido al hospital, probablemente terminaba expulsado del pueblo.

—Eso te pasa por no usar cubrebocas —le recriminó el enfermero. Este le dio un vaso con agua limonada —. Además, no llevabas puesto ni siquiera un suéter y ayer comenzaba a hacer frío. ¿Cómo rayos no ibas a enfermarte?

—Gracias por decirme cosas que ya sé —respondió Taehyung a modo de juego. Él ya lo sabía, y por eso estaba ateniéndose a las consecuencias, que no eran tan graves —. No sé, me haces ver como... ¡Un niño!

—De nada, mi amor —respondió Hoseok con burla en su cara —. Y el niño es el doctor Jeon, con él es suficiente. Por favor, no nos hagas tener que cuidarte así como lo hacemos con él, terminaríamos exhaustos.

—¡JA! ¿Acaso crees que por un simple resfriado haría eso? Me siento herido, Jung Hoseok —dio un trago a su bebida antes de continuar con la "pelea" que estaba teniendo con su novio. Una de las cosas que le gustaba del enfermero era que podía fácilmente hablar de cosas serias y también jugar con estas, como en ese momento —, me siento herido.

—¡Anda! Sabes que no conocerás a otro niño tan mimado como él —Hoseok se sentó en las piernas del médico, impidiéndole que comiera lo poco que quedaba en el plato. El enfermero quitó con suavidad los cabellos revueltos de la frente de su novio mientras lo miraba con amor. Taehyung era hermoso, y Hoseok estaba perdidamente enamorado de él, no sólo por su físico, sino también por su preciosa forma de ser.

Lo besó con delicadeza, pasando sus brazos alrededor del cuello de Tae, mientras que el médico tomaba hábilmente la cadera del enfermero. No querían un beso apasionado, no lo necesitaban, lo único que querían en ese momento era sentirse y saber que cada uno estaba ahí, sólo eso. Taehyung amaba a Hoseok, y viceversa.

Por eso mismo, había tomado una decisión.

Pararon cuando el sonido de una puerta cerrándose llegó a sus oídos. Ambos voltearon al mismo tiempo y, efectivamente, no se encontraron a nadie. Hoseok bajó de las piernas del médico y recogió todo lo que este había utilizado para comer, al fin de cuentas, era lo único que le faltaba por limpiar. Taehyung caminó hacia la puerta que daba a lo que antes fue su habitación, sólo para verificar cómo se encontraba Jimin; aunque claro, sabía que Jeon Jungkook ya se había encargado de eso.

Llamó a la puerta con dos golpes y dijo:

—¿Jimin? —dio otros dos golpes —¿Estás ahí? ¿Puedo pasar?

—Eh, ¡Adelante! —respondió el chico castaño. Taehyung entró sin dudar, observando que este se encontraba sentado a la orilla de la cama, volteando a ver al médico mientras sostenía con una mano el suero —Hola...

—Hola —respondió Kim. Se acercó al chico y se paró enfrente de él con una sonrisa —. ¿Cómo te sientes?

—Mejor —Jimin le sonrió y después alzó la manita que tenía la vía intravenosa. Se le marcaban sus venas y su mano se veía un poco maltratada. Taehyung la tomó a la vez que veía que el suero estaba a punto de acabarse —, pero me duele esta área —apuntó el área de la intravenosa y Taehyung volvió a sonreír —. ¿Es normal?

Para volver a verte (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora