Capítulo veinticinco

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Una semana después, Jungkook estaba listo para partir. Había hablado con sus amigos, y les había pedido de todo corazón que cuidaran a Jimin mientras él no se encontraba.

No iba a ser un viaje muy largo, o eso esperaba, realmente sólo creía que iba a hablar con Namjoon para detener su fiesta de compromiso, y si en caso de que este no quisiera, siempre existía el plan b, y era hablar directamente con su hermano Seokjin.

Estaba preparado mentalmente, no vacilaría en ningún momento al encarar Namjoon, porque lo conocía, y en cualquier oportunidad solamente expondría su punto de vista, convenciendo quizás a Jungkook de que lo que había hecho era correcto.

Pero no. Jungkook no dejaría que Namjoon le mintiera más a su hermano, ahora era tiempo de que este dijera la verdad.

—Espero y no se haga una costumbre irse del pueblo —dijo el doctor Kim, quien ahora llevaba un aura más tranquila, sólo un poco, ya que en sus ojos se notaban la seriedad que decía con sus palabras.

—Tranquilo —respondió Jeon, sonriéndole —, espero y este sea el último viaje que tenga que hacer. Después, me quedaré aquí por el tiempo que sea necesario.

—Nos encargaremos de Jimin, puede irse sin preocupaciones —Young Mi le sonrió, y le entregó una pequeña cajita. Era comida, comida que la enfermera preparaba deliciosamente, Jungkook le agradeció con una reverencia, a la cual esta correspondió.

—En serio se los agradezco mucho —el médico miró a Taehyung y a Hoseok, dos personas que estuvieron con él desde el momento en que llegó al pueblo; y después a Young Mi, quien al igual que los dos últimos, le dio su apoyo cuando más los necesitaba. Se encontraba sumamente agradecido, y no había palabras o acciones que pudieran ayudarle a expresarlo.

—Parece como si fuera a morir o algo parecido —le respondió Hoseok con burla, como siempre actuaba para quitarle seriedad a un tema o asunto —. Tranquilo doc, tanto Jimin como nosotros estaremos bien.

—Lo sé.

Aún no había subido al auto, faltaba despedirse de una de las personas que, aunque apenas llevaba tan poco tiempo conociéndola, se había enamorado sin siquiera saberlo. Necesitaba claramente un abrazo de él para saber que este se iba a encontrar bien, al menos por el tiempo que no se miraran. Encontró a Jimin y besó su frente con amor antes de rodear el cuerpo del chico con sus brazos.

—No quiero irme —le dijo Jungkook, sintiendo como el castaño respondía al cariño que el médico le daba. Este sonrió, cerrando sus ojos mientras sentía entre sus brazos a Jimin —, no quiero hacerlo porque temo que algo te pasará.

—Estaré bien —respondió el chico, afianzando más el abrazo —. No me pasará nada, verá que cuando usted regrese, me encontraré mejor y así podremos visitar correctamente Damyang, recuerde que su cita con un peluquero aún está pendiente.

—Creí que te gustaba mi cabello largo —dijo en falso dolor y Jimin comenzó a reír.

—¡Claro que me gusta! Pero se ve un poco maltratado, quizás sin las puntas no se vería tan desordenado.

—Cuando regrese, será lo primero que haremos.

~ • ~

El viaje a Seúl era un poco más largo, Jungkook tardó aproximadamente siete horas en el auto antes de que pudiera ver a lo lejos los grandes edificios que adornaban la ciudad. Estaba un poco cansado cuando llegó, y había olvidado por completo enviarle un mensaje a su hermano mayor para avisarle que ya se encontraba ahí, lo supo cuando estaba recibiendo miles de llamadas por parte de Seokjin mientras mensajes por parte de Namjoon llegaban sin cesar. No tuvo otra opción, paró en la primera calle que encontró, contestando a la décima tercer llamada de Jin.

Para volver a verte (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora