Capítulo veinticuatro

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Jungkook salió del hospital doce horas después y con un dolor terrible en su rodilla que, aunque no había hecho nada más que unas cuantas consultas, esta se había inflamado debido al frío, así que agradeció a los cielos por haberse llevado su auto al hospital, de esa manera no tendría problema alguno al dirigirse a su casa, en donde se encontraba tan sólo cinco minutos después.

Se despidió de Young Mi y abrió la puerta de la entrada, era la segunda vez que no veía a Jimin tan activo y eso le preocupaba, pero lo que más le agobiaba era que este quizás no había comido en todo el día. Se alarmó por eso, y prefirió preparar lo más sencillo que podía hacer: ramen, pasando los últimos cinco minutos en la cocina, hasta que Jimin apareció.

—Hola —dijo el chico y Jungkook volteó asustado, casi derramando todos los fideos.

—¡Diablos! Me has asustado, te creí dormido... —el castaño negó con la cabeza, sentándose en una de las sillas de la islita de la cocina. Se veía muy deprimido, y eso a Jungkook le preocupó —¿comiste antes de que llegara?

—No me apetecía nada —respondió Jimin, bostezando y cerrando sus ojitos —. Pero si gusta, puedo hacerle compañía.

—Deberías de comer al menos un poco, puedes enfermar.

—Lo intentaré, sólo porque usted lo dice.

Jungkook no estaba de acuerdo con la respuesta de Jimin pero sí se encontraba satisfecho. El chico debía comer por su bien, ya que no se confiaba que este ya estuviera completamente sano, a veces lo escuchaba toser o soportar la tos para evitar que el médico lo escuchara. Otras veces pensaba que el castaño olvidaba que el pelinegro era un doctor y, aunque era un poco descuidado con su vida personal, solía ser muy atento con las personas a su alrededor, y Jimin era una prueba irrefutable.

—En estos días estaré muy poco en casa, pero me aseguraré de cocinar para ti antes de marcharme... así no tendrás problemas como los que has tenido en el pasado, ¿sí?

—Por favor, no se preocupe tanto por mí —agregó el chico, con su mirada gacha —. Estaré bien.

—Lo sé, por eso me encargaré de mantenerte seguro... me aseguraré de ir solo con mi hermano, y platicaré con él.

—Puedo acompañarlo...

—No —Jungkook quería asegurarse de que Jimin se encontrara bien, y entonces eso sería lo que haría —. No quiero que por mi culpa te pase algo, Young Mi, Taehyung y Hoseok cuidarán de ti hasta que regrese. No será mucho tiempo, solamente un par de días.

—Insisto en que puedo hablar con su hermano.

—No hablaré con él —respondió el médico —. Iré a hablar con el doctor Kim para darle un ultimátum, tengo que proteger a mi hermano.

—Pero ¿y si su hermano no cree lo que usted le vaya a decir?

Jungkook no había pensado en eso, sinceramente él se estaba exponiendo a que, si Seokjin no llegaba a creerle, y no sólo se estaría exponiendo él mismo, sino que también a Jimin y Taehyung, dejándolos a merced de Namjoon para que este hiciera cualquier cosa que le plazca con ellos. Estaba nervioso y preocupado, pero aún tenía una pizca de esperanza al creer que su hermano mayor estaría de su lado.

—No lo sé —dijo el pelinegro seriamente, aún tenía que pensar en un plan b —. Pero me aseguraré de que ustedes, y principalmente tú, se encuentren a salvo. No quiero que por mi culpa salgan lastimados.

La plática terminó cuando el celular del médico comenzó a sonar. Era Seokjin, lo sabía por ese ringtone que tenía única y exclusivamente para él. Corrió a contestar, no sin antes pedirle a Jimin que siguiera comiendo sin él.

Para volver a verte (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora