Capítulo siete

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Esa noche Jungkook durmió muy plácidamente, soñando con una lonchera de alíen verde y Jimin, quien ahora irrumpía en sus sueños como si no fuese suficiente tenerlo cada minuto en su pensamiento consciente.

A la mañana siguiente se levantó de la cama y decidió que ya era hora de acomodarse por sí mismo en la silla de ruedas. Temió por su rodilla si daba un movimiento en falso y caía al suelo, pero por suerte no hubo nada de qué preocuparse, sólo se dirigió al baño y dejó la silla enfrente de la puerta. Sintió una pequeña punzada de dolor pero no le importó, así sabía que ya estaba mejorando incluso si Taehyung le decía lo contrario.

Obviamente no fue fácil meterse por sí mismo en el baño. Young Mi no estaba ni mucho menos el doctor Kim y eso lo agradecía y lo perjudicaba, ahora por fin le habían dado la confianza de quedarse solo en casa, pero también eso le trajo problemas y un ejemplo fue al estar en el baño tratando de moverse para irse a duchar. Sin duda alguna, ese yeso ya lo estaba molestando, y pensó seriamente si ya estaba listo para quitárselo por sí mismo.

Ducharse solo fue difícil, Young Mi usualmente lo ayudaba y si no estaba ella lo hacía Taehyung o Hoseok; ahora tocaba el turno de hacerlo por sí mismo, tardándose más de una hora debido a su rodilla, quien no soportaba el peso de Jungkook por más de diez minutos.

Todo hubiese sido más fácil para el médico si la silla que usaba para moverse fuera contra el agua, pero tristemente esa fue la única que pudieron encontrar a tan solo un día después de su accidente. Salió del baño vestido con su uniforme y su cabello alborotado, sentándose lo más rápido posible en la silla de ruedas para preparar sus cosas y dirigirse al hospital. Entró a su cuarto y paró en seco con la misma sorpresa que tuvo cuando entró por primera vez a un hospital.

Jimin estaba sentado en su cama mientras tenía en sus manos uno de los muchos libros que guardaba el doctor Jeon en el ropero. Hacía muecas y formaba una "O" con su boca cuando pasaba las páginas. A Jungkook le fascinó, dándole ternura aquel muchacho de extraña vida.

—¿Cómo has entrado aquí? —Jimin se asustó y cerró el libro, probablemente no había escuchado a Jeon abrir la puerta debido a que toda su atención estaba en la enciclopedia médica. Jungkook no fue tosco ni grosero, sólo le preguntó con curiosidad, sorpresa y con una voz suave la manera en que había entrado. El chico bajó la mirada, un poco avergonzado.

—Yo... —hizo una pausa y se levantó de la cama para acercarse al doctor —la señora Park me dejó entrar, dijo que usted llevaba mucho tiempo buscándome. Es por eso que estoy aquí.

Jungkook estaba impresionado. Y le dio la razón a Taehyung: si el chico tenía interés iba a volver, y ahí lo tenía, con sus mejillas rojas y la nariz un poco congestionada. El pelinegro le sonrió, mostrándole un ademán para que se acercara. Lo hizo cinco segundos después, con su mirada aún en el suelo.

—¿Young Mi te dejó entrar? —preguntó Jungkook, sosteniéndole su mano, sin saber que su enfermera se encontraba en casa. Obviamente el médico era más alto que él, pero el estar en silla de ruedas hacía que mirara hacia arriba. Jimin asintió con pena, tratando de esconder su carita avergonzada.

—Sí...

—¿Y qué haces aquí?, ¿Acaso quieres ir al hospital?

El rostro del chico cambió automáticamente, siendo de uno penoso a otro herido, más bien, como si alguien lo hubiera traicionado. Jimin negó varias veces y se soltó del agarre de Jungkook, alejándose un poco para decirle:

—¿Qué? ¡No! —sorbió su pequeña naricita y prosiguió —No todo gira alrededor de ese maldito hospital. ¡Sólo quería verlo!

Y ahora era el doctor Jeon quien había cambiado su faceta de persona tranquila a una de shock. ¿Acaso el chico quería verlo? Pero, ¿Por qué? No salían palabras para expresar su felicidad.

Para volver a verte (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora