Capítulo once

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Después de pelear unos minutos con la doctora Shin en el consultorio de Tae mientras que los dos enfermeros se fueron sin siquiera decirles a dónde, al final ambos médicos terminaron satisfechos cuando todo su estrés quedó liberado y sólo se miraron entre ellos con molestia.

Poco a poco se iban agradando. Pero aun así, Taehyung seguía pensando que era una bruja, aunque no lo decía enfrente de Hoseok ni de Yoongi.

—¿Dónde está Min? Quiero irme ya —comentó la doctora Shin y a Taehyung no le importó, sólo sacó su celular y bufó por la mala red que tenían en el hospital. Recordó después el hecho de que Jeon Jungkook jamás le había dado su número de teléfono —. Debe de estar con tu compañero... ¿Cómo se llama?

—Hoseok —respondió con hastío y la doctora no le prestó atención, sólo miró sus uñas y lo maltratadas que estaban —. Escuche, doctora Shin, no quiero ser grosero pero... —pero me importa una mierda si esto la llega a ofender. Tenía tantas ganas de decirle muchas cosas, pero era una mujer y él sólo se vería perjudicado ante la situación —necesito que se vaya de mi consultorio.

—¿Por qué? —preguntó muy calmada la joven sin tomarle la suficiente seriedad como la tenía el doctor Kim. El pelirrojo suspiró, rezando y esperando a que vinieran lo más rápido posible los enfermeros.

—Porque necesito que me dé a los pacientes que se encuentran en el área interna —porque quiero que se vaya a la mierda, me incomoda el simple hecho de que usted esté aquí. Kim Suran abrió sus ojos y se lamentó, susurrando pequeños "lo siento" mientras era seguida por Taehyung, quien tenía su ceño fruncido.

Después de media hora, cuyo único paciente era el pediátrico que había sido operado por Jungkook, Taehyung y la doctora Shin volvieron al consultorio del primero, alegando que tenía que esperar a su esposo antes de marcharse.

—Puede ir caminando —dijo el doctor Kim, tratando de ser amable —. El pueblo es muy pequeño, no creo que vaya a perderse.

A excepción si eres Jungkook, claro.

—No —respondió la doctora con mucho fastidio —. Voy a esperar a mi esposo.

Ahora sí...

—Por favor, retírese —fue ruda la manera en que se lo dijo, no le agradaba mucho su nueva compañera, y que comenzara a decir ese tipo de cosas sí que le molestaba. No quería tener ningún tipo de relación con ella, sólo quería que se fuera de ahí —. Su turno ha terminado, ¿qué más está haciendo aquí? Ya váyase.

—¿No me escuchaste? Mi esposo no ha llegado, así que no me iré de aquí.

—¡Entonces por favor vaya a su propio consultorio! —si pensaba que la doctora Shin estaba a punto de caerle bien, pues tenía razón, pero se arrepintió. La joven lo miró con sorpresa, pasando rápidamente a una mueca de odio.

Ahora, ambos médicos estaban enojados.

—No puede ser... —le habló con burla la doctora —¿Te has enojado por lo que te hablé la otra vez? ¿Te molesta que te diga la verdad?

Un golpe en el escritorio del médico se escuchó. Taehyung había golpeado su mano en la dura madera.

—Váyase ahora, que no quiero causar un alboroto.

—Ya lo estás haciendo, niño —le respondió la fémina, caminando hacia la salida, abriendo la puerta mientras se volteaba a ver al doctor Kim—. No eres médico, ¿y te digo por qué? Porque ni siquiera fuiste capaz de ayudar a tu compañero cuando este te necesitó. Ese niño es estúpido —Taehyung negó con la cabeza, siéndole imposible de creer lo que estaba diciendo de Jungkook —, no comprendo cómo puede operar de esa manera. Se supone que ya debe de conocer sus límites, ¡Está en su servicio, maldita sea!

Para volver a verte (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora