Capítulo treinta y dos

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El sonido del electrocardiograma lo había despertado, ese ruido que simulaba el latido del corazón en forma de cortos pitidos y así aseguraban a los médicos y enfermeras que el paciente se encontraba bien. Siempre le molestó ese sonido, sin embargo, el escucharlo en ese momento le hacía pensar que tuvo una segunda oportunidad de vivir.

Y eso era lo que pocas personas podían aprovechar.

Abrió sus ojos con lentitud y notó que se encontraba en una camilla de hospital, en una habitación pulcra y blanca, muy diferente a las que se encontraban en Gwanjang. No tenía idea de dónde se estaba, pero agradecía estar ahí en ese momento, incluso si desconocía de igual manera a la persona que tenía a su lado.

Su vista era borrosa y lo único que podía distinguir era un cabello negro y una postura que no se encontraba cien por ciento erecta. Conocía de algún lugar a ese joven, pero le era casi imposible enfocar y ver con claridad a la persona que se encontraba con él.

Hasta que habló.

—¿Jungkook? —era Taehyung, y a juzgar por su voz, se notaba cansado y triste. Desconocía el por qué, pero de igual forma no quería saberlo —¿Has despertado?

Jeon asintió mientras trataba de hablar, aunque le resultó imposible. Su garganta estaba demasiado seca y lo único que podía hacer era crear monosílabos que al doctor Kim le era complicado entenderlos. Hizo su máximo esfuerzo, hasta que por fin pudo articular una pregunta que salió de su boca como un susurro.

—¿Dónde estoy?

Taehyung le respondió:

—En el hospital de mis padres. Tuviste un paro y estuviste muerto por casi cinco minutos hasta que pudimos reanimarte y llevarte a Damyang, en donde nos comunicamos con tu familia y pidieron una ambulancia que llegó en quince minutos —el joven pelirrojo, que ya no era más un pelirrojo, hablaba con mucha frialdad y eso Jeon lo agradecía, ya que no tenía muchos ánimos de ponerse sentimental —. Te trasladamos al hospital de los Kim, y el resto ya es historia.

Jungkook quería preguntar otra cosa, pero sabía que le dolería la respuesta. Aun así, quería hacerlo, ya que así podía pensar que su sueño no fue falso. Se atrevió minutos después, donde su voz salió como un suspiro que Taehyung supo comprender.

—¿Y Jimin?

—Park Jimin murió en Gwanjang —su tono era muy frío, pero Jungkook lo agradecía, ya que, si no lo hubiese hecho, Jeon comenzaría a llorar y un dolor en su pecho se instalaría. Una lágrima salió de sus ojos, pero eso fue todo, quería que Jimin descansara en paz y lo iba a cumplir —. Su corazón no latía cuando lo llevamos a la casa de la familia Yook, y fue imposible volverlo a reanimar. Tenía quemaduras de tercer grado por todo su cuerpo, así que solamente fue llevado a la morgue por petición de tu hermano, Kim Seokjin, antes de que fuera sepultado en el cementerio de Seúl. Eso ocurrió hace cinco días atrás, llevas en coma aproximadamente una semana.

Se lamentó por preguntar, pero debía saberlo. Tenía que conocer el destino de aquella persona que amó y que ya no se encontraba con él. Ahora se encontraba en la realidad, sabiendo que Jimin ya no se encontraba más en ese mundo.

—¿Namjoon? —preguntó Jungkook. Al menos le serviría de consuelo saber qué fue lo que le pasó a ese médico, por eso esperaba una respuesta que calmara su dolor, no una como la que Taehyung le dijo:

—Después de que la lluvia comenzara, él tomó su auto y desapareció sin dejar algún rastro. Sólo pudimos dar su nombre y una foto gracias a la ayuda de Seokjin, además de la marca de su auto —eso lo decepcionó. Después de todo, la única cosa que ahora le haría sentir que las personas que amaba estaban a salvo se había tirado a la basura. Namjoon seguía libre, y a la espera de otra oportunidad para atacar —. Por ahora, la policía nos pidió contratar algunos guardias de seguridad... se encuentran en la puerta de la habitación.

Para volver a verte (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora