Las clases para Leo eran un tanto aburridas, los temas eran ya vistos por él; o al menos tenía suficiente información sobre este como para volver a verlo, sin embargo, para todos los demás era algo un tanto nuevo, ellos simplemente querían salir al receso y descansar de todo aquello, pero para Leo, era un momento de mucho valor, no podía dejar de pensar en Donovan. Podría sonar un tanto extraño, pero al contrario, era cariño y mucho el que sentía por aquel infante.
Cuando la hora llegó, Leo fue el primero en salir. Sin pensarlo buscó con la mirada al pequeño ojimiel, sin embargo, al no verlo se desesperó un poco.
Luego de unos minutos, el confundido azabache optó por empezar a caminar divagando por todo el lugar en busca de su pequeño amigo. Al pasar por todo rincón de su escuela empezó a preocuparse, esto sería más a no ser por haber escuchado aquella voz que tanto lo animaba.
Retrocedió unos pasos y allí divisó en aquel pasillo a su pequeño amigo, junto a él un grupo de niños mayores, al parecer estaban aburridos.
D: ¡Ya déjenme en paz!-soltó un quejido tras chocar su espalda contra la pared al ser empujado-
(Sin importancia) -: Claro que no-dijo sujetándolo-
Leo caminó firmemente ante aquella situación, el sonar de su paso en aquel pasillo tan vacío les hizo a los mayores girarse. El ser un estudiante resaltado y conocido simplemente por su fama era poco, aunque esta fuese mala por alguna razón.
Los adolescentes se extrañaron de verle ahí, ninguno había solicitado desaparecer a alguien.
--: ¿A qué vienes? ¿A enseñarnos cómo debemos ser?-burlonamente habló entre risas-
L: No. Solo váyanse y evitemos problemas-se paró seriamente frente a ellos- Donovan, ven-extendió la mano-
El castaño iba directo hacia Leo, pero fue sujetado de nuevo. Ese parecía no ser su día.
--: ¿Y si no qué?-habló entre pausas con una mirada desafiante-
El de cenizos ojos trataba de controlarse, pero le era complicado cuando se estaba tratando de esa forma al menor. Respiró y con una mano empujó contra la pared a uno de los chicos, se mantuvo allí apretando su agarre haciendo que el contrario soltara un leve quejido.
L: Te dejaré pensarlo una vez más, así que váyanse-con pesado tono se apiadó-
Los chicos se vieron entre sí y con prisa caminaron hacia el exterior.
L: ¿Estás bien?-preocupado se inclinó a la altura del castaño-
Por suerte, los daños no fueron de mayor notabilidad, pero Donovan no podía hacer otra cosa que permanecer junto a Leo.
D: G-gracias-dijo rompiendo el silencio mientras caminaba-
L: No te preocupes, pero si vuelve a pasar algo más, solo dímelo-sonrió encaminándose hacia una zona vacía-
D: ¿Por qué estamos aquí?-extrañado al estar por primera vez allí-
L: Es un lugar al que nadie viene, solo relájate-respondió antes de notar algo particular en el andar del menor-
Dudaba si preguntar, pero algo en su interior lo hizo preocuparse hasta el punto de no poder contenerse. Germinaba algo en su ser...algo nuevo para él.
L: ¿Y ese caminar?-se detuvo para verle directamente-
D: Bueno...cuando quise escapar caí y me lastimé el tobillo-desvió la mirada apenado-
L: Déjame ayudarte-avisó antes de tomarle en brazos-
D: ¡Oye, bájame! Alguien puede vernos-sonrojado habló bajo-
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Todo estará bien mi pequeño
De TodoLeo, un estudiante de la preparatoria, quien lleva una gran relación de amistad con el hermano menor de su mejor amigo Alan, se hace cargo del menor en una nuevo estilo de vida. Leo consigue por fin encontrar su razón de seguir adelante y dejar atrá...