Prólogo.

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El sol entraba sin ser detenido por las cortinas de la habitación del joven Leo, mismo que era despertado por el contacto directo a su rostro. Por más que quisiera no podía dejar de ir a la escuela, debía aprovechar que sus padres le habían conseguido una escuela privada de gran escala y en especial de un amplio espacio que podría decirse que era estar en un bosque entero; uno el cual a Leo le encantaba.

El lugar, los demás estudiantes, los profesores y mucho más de ese gran establecimiento le agradaban; pero todo lo demás le provocaba un severo estrés que lo cansaba demasiado.

Solo había algo que lo hacía renovarse, sentirse vivo, con un propósito y eso era una persona muy especial. Aquella persona era el hermano menor de su mejor amigo, de un momento a otro se habían vuelto cercanos.

El azabache adormilado al sentir la luz impactar contra su rostro se removió en su cama y abrió los ojos.

Otra vez la misma rutina de todos los días. Leo sabía que sería cansado, pero podría ver al pequeño Donovan. Con tan solo pensar en ello se levantó con ánimo y se preparó para ir a la escuela.

Al estar solo en casa la mayor parte del tiempo se le era algo fácil divagar en sus pensamientos acerca del tema de Donovan. Era ciertamente algo extraña su relación, un chico de secundaria y uno de preparatoria no tenían nada en común.

El agobiado joven soltaba quejidos por lo bajo mientras iba de aquí a allá, el agua fría de la mañana le lograba centrar un poco su atención, pero tan solo con tener de nuevo la imagen mental de ese castañito lo hacía removerse.

De alguna manera le veía de una forma...diferente, de una más frágil, pequeña, necesitada.

Leo por fin había llegado a su escuela y se encontraba frente aquellas enormes puertas que daban paso a los amplios jardines, en los cuales se encontraba sentado en una de aquellas bancas un chiquillo ojimiel.

Leo no pudo evitar sonreír al verlo. Tan lleno de paz como siempre, balanceando sus pies y sus castaños cabellos que se movían por el viento. Sin pensarlo se acercó a él, tomó un respiro profundo y determinado caminó.

L(Leo): Hola, pequeño.

D(Donovan): Te he dicho que no me digas así-fingió molestia ante el apodo-

L: Pero eres tan tierno que no puedo evitarlo-dijo mientras buscaba algo en su bolsillo-

D: ¡Qué no soy tierno!-dijo con un pequeño puchero-

L: A esto me refiero con lo tierno que eres-atrayéndolo en un abrazo, dejándole reposar en su regazo -

Mientras el parco muchacho apreciaba la hermosa escena que se presentaba ante sus ojos, Donovan lo veía directamente, sentían un aura muy cómoda estando juntos.

Sin más espera Leo le entregó un pequeño dulce, sabía que le encantaban al menor. Se limitó a acariciar los suaves cabellos del castaño mientras este solamente se relajaba. Poco duró hasta la llegada del hermano mayor de Donovan, viéndolos hacer lo mismo de todas las mañanas.

A(Alan): Si tanto lo adoras te lo regalo-dijo riendo al azabache-

D: Pues Leo me quiere más que tú-levantándose se defendió-

L: Estoy seguro en algún rincón del ser de tu hermano existe algo de cariño hacia ti-intentó evitar un conflicto tan de mañana-

A: Por cierto, quiero que esta vez me esperes en la salida-habló señalando a su hermano-fue el colmo que te fueras a casa solo a lo cual mamá me castigó.

D: Pues bien por ti, pero no te esperaré. Siempre tardas mucho con las chicas de tu salón- respondió mientras se encaminaba a su salón-

A: Soy tu hermano mayor y debes obedecer.

D: Y yo el consentido por lo tanto no- indiferente le sacó la lengua a su hermano-

L: Hablando de eso-se unió a la conversación divertido por el gesto del menor-necesito que me esperes en el centro de la escuela en a la hora del receso, pequeño. Necesito hablar contigo.

D: Claro, allí estaré-dijo apresurando un poco el paso al divisar su destino-

A: ¿Y por qué sí lo obedeces a él?-Ofendido se exaltaba maldiciendo internamente a su amigo-

D: Porque sí-finalizó corriendo hacia su salón-

A: Eso no es una respuesta válida, dile algo Leo-buscó auxilio en su compañero-

L: Déjalo. Lo exige a quien si obedece-burlonamente respondió mientras caminaba hacia su propio salón-

Leo se sentía tranquilo y feliz al saber que Donovan lo tomaba más en cuenta que a su hermano. Sin más que esperar trató de tomar sus clases con la mejor actitud.

................................................................................................................................................................HOOOLA A TODOS,SÉ QUE TENGO EN PROCESO LAS OTRAS DOS HISTORIAS; AUNQUE UNA ES ALGO DIFERENTE AL TEMA PRINCIPAL DE MI PERFIL PERO IGUALMENTE QUISE HACERLA, ESPERO LES GUSTE ESTA HISTORIA Y MUY PRONTO TENDREMOS UN NUEVO CAPÍTULO DE LA "SEGUNDA TEMPORADA DE UN DESEO HECHO REAL". SIN MÁS QUÉ DECIR, ADIÓS.

SU ESCRITOR: DEYAS-JONS.

Todo estará bien mi pequeñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora