Querida Antonia, Buenos días Antonia, Mi musa Antonia, Dulce Antonia, Antonia. Creo que es mejor Antonia, quizás suene un poco perturbador chocante para ella y no quiero que salga corriendo y llame al 911. De todas formas mi plan era pagarle a alguien a quien se las fuera a dejar y ver su reacción desde mi ventana. Jamás sabrá que soy yo, si ni siquiera sabe de mi existencia y me ha visto ( creo yo) un par de veces en la plazoleta mariano garcía, que es donde llora cuando tiene el corazón roto. Osea eso supongo yo, ya que es tan hermosa que supongo que debe tener muchos amoríos. Además aveces sale a las 3 de la mañana cuando todos duermen, todos excluyéndome a mi obviamente , que la espero con ansias desde mi ventana fumando un cigarro. Ella sale, escucha canciones depresivas, la he visto llorar al salir de su casa con música que tiene un tono melancólico. No se por que lo hace, es un poco riesgoso salir a esas horas. Pues hubo un mes que no salio a las 3 de la mañana y me impactó, ya no lloraba estaba mas feliz que nunca, claro... le habían llegado rosas a su casa, pero no eran mías, así que le lleve unas más lindas. Quizás que habrá pensado ella... Me gustaría meterme en su cabecita. No me basta ya con verla desde la ventana y es por esto que hago esta carta, para que sepa que existe alguien que la admira, quizás le parezca chistoso y quiera conocerme. Aunque me da miedo, no estaría preparado para ver sus ojos cafés de tan cerca, o su sonrisa. Me derritiría, me volvería en estado vegetal.
Estoy casi seguro de mandarla, ya la tengo casi lista, aunque me fui muy en la profunda y describí todos aquellos detalles que me enloquecen de ti, como tus lunares, tu margarita, tus manchitas perfectas , etc.
Antonio, el ayudante que escogí, debía enviarle esas cartas que tanto me había esmerado en dárselas. Pero ocurrió algo impactante y que me destrozo por completo. Luego se los contaré.
En fin hoy es el dia que Antonio envía la primera carta y quiero saber como le va, todo está dictado por mi plan, llevo semanas planeandolo, el trabajará para mi, desde que supe que su nombre era Antonio, no dude en contratarlo. ¿Será muy pésimo que tenga 30 y ella 20?. No debo dudar, solo arriesgarme y en 30 minutos comenzaba el plan. Yo estaba tomando café en ese momento mirando desde mi ventana, supervisando. Cerré los ojos y justo abrió la puerta, ahí estaba ella... Tan hermosa como siempre, tomo la carta con el nombre gigante que escribí con papel entretenido y revistas. Luego se detuvo miro hacia la calle, entró a su casa.