Capítulo 2

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14 años antes

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ARTHIT

La universidad era aburrida. Tareas, salones, y los insoportables estudiantes de tercer año.

Pero, aunque Arthit había llegado a temer arrepentirse de escoger ingeniería en lugar de economía, en algún momento comenzó a preferir pasar tiempo en la universidad, aguantando los gritos de Thum, el encargado de la novatada de ese año, a permanecer en su casa. En general, prefería cualquier otro lugar que no fuera su casa.

Arthit dio un brinco cuando una mano pesada tocó su espalda, y toda la concentración que había tenido se fue por el drenaje. Al igual que el color en su rostro.

— ¡Mira a quien tenemos aquí, es N'Oon!

Arthit sintió el frío recorrer su espalda e inmediatamente sus manos comenzaron a agitarse frente a él, dándole una sonrisa nerviosa a su superior y comenzando a retroceder para salir de ahí, pero, por supuesto, otro de los gorilas que siempre acompañaban a Thum, lo detuvo.

— ¿Te perdiste, Oon?

—No, no, P'Thum—. Arthit se apresuró a negar.

—Vamos, tus veteranos pueden ayudarte a llegar a tu salón. ¿O por qué otra razón un novato estaría en este edificio donde sólo hay clases de semestres superiores? A menos que... ¿Estas espiándonos, Nong?

Arthit negó con más fuerza, acelerando sus palmas. Técnicamente, no estaba espiándolos, al menos no a los miembros de la novatada. Así que no estaba mintiendo.

— ¡Responde, Oon, antes de que te ordene a correr por todo el campus!

Arthit tentó sus opciones. Estaba atrapado. Literalmente lo estaba.

Frente a él estaba el líder de las novatadas, Thum, y detrás suyo, otro veterano una cabeza más alta que él.

—Vine, vine a buscar a alguien...—tartamudeó, Arthit vio a Thum levantar un ceja. Él comenzó a sobar su barbilla.

— ¿A quién?

Posiblemente Arthit estaba demasiado nervioso, o sus mejillas lo habían delatado, porque el amigo de Thum comenzó a reír.

—Déjalo, Thum, debió haber venido a buscar a su novio—. Thum no se rio hasta que Arthit comenzó a negar con la cabeza, parecía que el pequeño novato iba a morir de la vergüenza.

Arthit pensó que posiblemente su líder de novatada iba a desistir pero él pareció tomarse en serio la evidente broma de su amigo. Arthit se deslizó entre el espacio libre que el amigo gorila había dejado, pensando en escapar en cuanto Thum se distrajera.

— ¿Es de tercer año? Dime su nombre, debo conocerlo—, dijo, y Arthit se sorprendió de su amabilidad. Él se detuvo, curioso y tentado a preguntar. No iba a averiguar si él asistía a la universidad sólo espiando a los estudiantes de años superiores.

—Kongpob—, dijo Arthit, su voz fue más baja de lo que planeó.

Thum asintió, él comenzó a ver a su alrededor como si estuviese buscando a alguien, y el corazón de Arthit enseguida comenzó a latir de emoción.

—Me suena, Nong. ¿Cuál es su apellido?

Arthit abrió la boca y la cerró al instante...El apellido de Kongpob...

—No...No lo sé.

Thum frunció los labios. Su amigo negó con la cabeza.

—Yo no lo conozco—dijo el gorila. Y Arthit sintió que el fuerte subidón de esperanza comenzaba a desaparecer

Podría ser menos complicadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora