11 años antes
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KONGPOB
— ¡No, no van a salir!
Kongpob apretó los labios, el recipiente con palomitas seguía en sus piernas, y la película continuaba pausada en la televisión.
Iba a iniciar otra pelea. La misma de todos los viernes últimos del mes.
— ¡Tú no eres nuestro padre Arthit!
Nana estaba furiosa, su falda corta era proporcional al escote pronunciado de Hume. Y sus rostros furiosos, tanto en los de sus hermanas, como en los de su hermano, eran idénticos. Todos con esas mejillas con hoyuelos.
— ¡Fue nuestro padre quien les prohibió salir!
Kongpob se metió un puñado de palomitas a la boca, esperando a que la discusión cesara. Arthit había salido corriendo de su habitación cuando escuchó pasos en las escaleras, y Kongpob inmediatamente se levantó de la cama para seguirlo, imaginando cual era la razón y lo que estaba por venir. Arthit lucia tan enojado, que Kongpob decidió mantener distancia, su hermano en ocasiones le daba miedo.
Esa era una de aquellas ocasiones.
— ¡Pero van a ir todos mis amigos!—se quejó Nana. — ¡Te odiaré si no te quitas de en medio!
—Le hubieras pedido permiso a tu madre—gruñó Arthit sin ceder el paso. Kongpob se compadeció de las lágrimas en el rostro de Hume.
—Ella no entiende...—la voz de Nana disminuyó su tono. Kongpob supo la razón, el teléfono de Arthit estaba sonando, lo había puesto en altavoz. — ¡No, no, P'Arthit, no le llames!
Arthit suspiró quitando la llamada. Kongpob conocía ese truco. Pero no sabía porque ni Nana o Hume habían notado que su madre nunca contestaba.
—Bien, si no quieres que ellos regresen, vayan a su habitación—, ordenó Arthit. Kongpob estuvo a punto de sonreír con complacencia por el final de la pelea y regresar hacia las escaleras, realmente quería ver la película, pero si conocía bien a sus hermanos, eso no había acabado ahí.
— ¡Eres un egoísta!—Hume gritó. — ¡A ti te dejan hacer lo que quieras porque tu mamá está muerta!
Kongpob dejó de masticar, la barbilla de Arthit se contrajo.
— ¡Si mi madre estuviera aquí, créeme, ustedes no vivirían en esta casa, así que vayan a su habitación antes de que les llame a nuestros padres!—la voz de Arthit fue dura, tan aterradora que incluso Kongpob sintió que las palomitas se atoraban en su garganta.
Las lágrimas de Nana comenzaron a caer con prisa mientras Hume maldecía a Arthit por lo bajo sin cansarse. Pero con ello la pelea terminó con Arthit teniendo la última palabra, él había ganado.
Aun así, Kongpob se sintió mal. Su emoción por ver la película que Arthit tanto le había platicado desistió. El ambiente decayó en picada hasta lo más bajo cuando sus hermanas regresaron escaleras arriba hacia sus habitaciones, y él se quedó a solas con su hermano mayor.
— ¿Estas bien, P'Arthit? ¿Quieres llamarle a mamá o a papá?—Kongpob rompió el silencio. Su garganta estaba seca. — Ellas no te odian, aun podemos ver la película juntos.
Arthit negó con la cabeza. Kongpob quiso peguntarle a su hermano mayor a cuál de sus dos preguntas estaba respondiendo. Pero el silencio pareció la mejor opción. Así que permaneció ahí, de pie a metros de la entrada con su recipiente de palomitas a medio comer, y con una sensación triste en su pecho.
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Podría ser menos complicado
Romance[COMPLETA] Kongpob ama a su familia, incluyendo a su malhumorado medio hermano, Arthit. Sabe que su madre fue la amante de un hombre rico por años, y por ello no fue ninguna sorpresa que el hijo del primer matrimonio de su padre los odiara a él y a...