3 meses antes
~~
ARTHIT
—¿Qué te ha dicho tu padre? —fue lo primero que Namtan preguntó cuando Arthit regresó con ella después de haberla abandonado en medio de ese montón de gente desconocida.
Arthit le dio una sonrisa forzada, esperando que su mueca fuera suficiente para evitar las preguntas. Por suerte, Namtan era una chica inteligente, y eso bastó para que ella se rindiera. Lo siguió sin hacer preguntas cuando se cambiaron de mesa hacia aquella más cerca al centro, y ella se imaginó perfectamente porque Fah no era bienvenida en esa mesa cuando vio a la mujer de cabello canoso sentarse en una de las sillas.
En general, su padre no había dicho mucho. En realidad, le había llamado para darle una orden. Hablarle a la abuela de los beneficios de invertir en el nuevo negocio de su padre y Fah. Sólo eso.
También de unos pequeños asuntos un tanto preocupantes sobre los nuevos inversionistas, y las evidentes razones por las que estaban ahí. La herencia. Dinero que su familia necesitaba si no quería que su mayor fuente de ingresos, la empresa, se declarara en bancarrota.
Estaba tan distraído en sus pensamientos que Arthit volteó gracias al golpe que Namtan le dio con el codo en el brazo. Ella fingió acomodarse uno de sus aretes para señalar la dirección exacta en la que Kongpob había aparecido. Y con sólo verlo, su corazón comenzó a latir.
Arthit se mordió el interior de la mejilla cuando su estómago se revolvió, sintiéndose más incómodo y paranoico en ese lugar lleno de ojos curiosos.
Los murmullos no tardaron en hacerse notar, y las miradas desaprobatorias concentraron en su perfecto hermano menor.
Kongpob era elegante, y perfecto a la vista de cualquiera. Algo que seguramente molestó a más de uno. Y sólo porque él tenía el semblante confiado de su padre, además de un aura distinguida que Arthit no tenía.
—Kong es increíble—susurró Namtan a su lado. Arthit frunció los labios al escuchar su nombre.
Namtan estaba ayudándole a no ser demasiado evidente con sus sentimientos, a despejar su mente y darse la oportunidad de mantener una relación basada en amistad y trabajo.
Pero aquello no duraría para siempre, ambos estaban muy conscientes de eso.
—¿Ahora te gusta mi hermano menor? —Arthit preguntó y se arrepintió de inmediato. Lo que planeó que fuera una pregunta burlona e inocente salió más como veneno por su boca.
Namtan le dio una sonrisa cómplice que sólo lo avergonzó más.
—¿A mí? Diablos, no, ¿cómo podría? —Namtan respondió con cierto tono burlón. —Me refiero a que es fuerte. Incluso a mí me abruma este ambiente tan... ¿Competitivo? Y míralo. Confiado y con la cabeza en alto.
Arthit lo veía muy bien. La mirada seria de Kongpob, su sonrisa forzada, y su semblante seguro que podría parecer impenetrable pero que seguramente no lo era. Lo conocía. Era su hermano menor después de todo.
—No es tan fuerte como aparenta—dijo Arthit y Namtan frunció las cejas.
—¿No? ¿Por qué lo dices?
Arthit abrió la boca y la cerró en ese instante. ¿Por qué lo decía?
—No lo sé—confesó Arthit. —Siempre ha sido el favorito de nuestros padres, así que creció rodeado de amor. No puede ser tan fuerte si no ha vivido nada que realmente le enseñe a serlo.
ESTÁS LEYENDO
Podría ser menos complicado
Romance[COMPLETA] Kongpob ama a su familia, incluyendo a su malhumorado medio hermano, Arthit. Sabe que su madre fue la amante de un hombre rico por años, y por ello no fue ninguna sorpresa que el hijo del primer matrimonio de su padre los odiara a él y a...