Podría ser menos complicado

Capítulo 9

1 año antes

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KONGPOB

Boom no volvió en las vacaciones de fin de año.

Tampoco lo hicieron sus hermanas, Nana y Hume. Menos aún, sus padres.

Entonces, Kongpob se preguntó si era así como se sentía su hermano antes de que ellos llegaran a su vida. Tan...solitario.

Literalmente estaba acostado en medio del departamento de su hermano, con brazos y piernas extendidos mientras veía con ojos perdidos el techo y dejando que su teléfono sonara en altavoz junto a su cabeza. No. Ese ya no era el departamento de su hermano. Era suyo.

Ocho meses, una semana, cerca de dos o cuatro días, ese era el tiempo en que ese departamento había sido abandonado por su dueño. Y en todo ese tiempo no había sabido nada de su hermano. Aunque, en realidad, a Kongpob no le importó demasiado su ausencia los primeros tres meses, aunque fue sospechoso que Arthit siempre le diera excusas para no volver los siguientes dos, pero cuando al fin se decidió en preguntarle a su padre porqué las reuniones familiares de los viernes se habían suspendido, él le dijo que estaban en un negocio importante en el que estarían al menos seis meses en el extranjero.

Por supuesto, a ninguno de sus hermanos le había interesado saber la razón de no reunirse todos los viernes hasta que Kongpob tuvo curiosidad. Como si a ninguno de los miembros de su familia le importara si se veían una o dos veces al mes.

—¿Kong? ¿Sigues ahí?

—Si—, respondió Kongpob vagamente. Em estaba al otro lado de la línea, emocionado porque sus padres y su hermana se habían ido de viaje, dejándolo solo en casa.

—¡Esta todo listo! ¡Sólo falta el alcohol! ¿Lo traerás, verdad, amigo?

Por supuesto que eso era lo que le preocupaba a Em, pensó Kongpob. Si a esas alturas de su amistad Kongpob no supiera que él era un buen tipo y que realmente era su amigo, estaría bastante seguro de que Em lo veía como su fuente ilimitada de alcohol caro.

—No estoy de humor, Em. Mi novia de tres años me acaba de botar por mensaje de Line.

—Lo siento, Kong—susurró Em al otro lado de la línea. Después, un silencio incomodo se estableció entre ellos. Kongpob no pensaba moverse, tenía calor y el piso estaba lo suficientemente frio para que quisiera quedarse ahí. —¿Kong? ¿Sigues ahí? — de nuevo Em preguntó.

Kongpob frunció los labios.

—Si, Em, no he terminado la llamada.

—Lo sé—, respondió con timidez—, oye amigo, no sé qué decirte sobre tu novia.

—Exnovia, Em—, aclaró Kongpob.

Em hizo un sonido incómodo.

—Bien, exnovia. Pero no tienes que deprimirte, le gustas a muchas chicas bonitas.

Kongpob suspiró. En realidad, no era ninguna sorpresa su rompimiento. Ambos sabían que eso sucedería en algún momento, y la verdadera razón de su rompimiento era la distancia. Boom y él se veían sólo de vez en cuando, en vacaciones, y aunque para él no era un problema una relación a larga distancia, para ella, sí que lo era.

Entonces, lo mejor era terminar, ¿o no?

—¿A cuántos invitaste? —preguntó Kongpob pasándose los dedos por el cabello. Se sentía un desastre.

La emoción de Em fue evidente a pesar de que Kongpob no pudo ver su rostro.

—¡A toda la preparatoria!