Epílogo

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Kongpob apretó con el puño la medalla que guardaba en su bolsillo. Lo había estado haciendo todo el camino hacia el recinto en donde sería la iniciación de los novatos, y lo estaba haciendo en ese momento mientras se preparaba para caminar por el puente vivo formado por los brazos de sus veteranos.

Kongpob aceptó el brazo de dos de ellos que le ayudaron a cruzar, hasta que finalmente estuvo frente a uno de los integrantes de la novatada del último año, Dear.

Era una ceremonia hermosa. Había luces, velas, y un ambiente de unión que doblegaba el corazón de cualquiera.

—Es tan frustrante—susurró para sí mismo.

Sobre todo. Esa sensación de estar en familia, aunque todas esas personas ahí no lo fueran de verdad.

Cuando su turno de recibir el engranaje llegó y Em lo alcanzó, él le apretó el hombro.

—¿Qué estabas diciendo amigo?

La atención de Kongpob fue hacia su engranaje, después hacia su mejor amigo. Em volvió a sonreírle.

—Nada—mintió Kongpob.

Em hizo un mohín mientras lo examinaba de arriba abajo. Él suspiró.

—Deja de pensar en ellos, Kongpob, nosotros también somos tu familia.

Kongpob negó con la cabeza de forma condescendiente, mirando la determinación y la normalidad con la que Em lo miraba. Y sintiéndose feliz de que las cosas entre ellos no hubiesen cambiado después de ese beso en su habitación.

Había sido un beso extraño. Uno que Kongpob había aceptado por simple curiosidad.

Una chica se les acercó al poco tiempo, detrás de ella, otras dos y sus amigos Oak y Tew, lo hicieron también.

Kongpob en ocasiones encontraba a May observándolo con cierta curiosidad, como si quisiera adivinar si Kongpob estaba celoso de que ella y Em se gustaran. Y también, en algunas otras veces ella se volteaba asustada cuando veía que Kongpob la encontraba mirándolo.

—¡Los veteranos están dando alcohol! —exclamó Maprang.

—¿En serio? —preguntó May—Creí que dijeron que estaba prohibido...

Todos siguieron caminando mientras cada uno se incluía en la conversación, siguiendo a Maprang hacia el lugar lleno de luces y personas, donde la música era más fuerte y claramente era el lugar de la fiesta.

Pero con forme se iban acercando, los pasos de Kongpob se fueron deteniendo.

Em fue el único que lo notó y que se dio la vuelta.

—¿Pasa algo?

Kongpob negó, dejando que Em se acercara y le tomara la mano.

—Si ocurre algo, puedes decírmelo, Kong...

Otra persona se dio la vuelta, una chica de cabello corto y marrón, con ojos curiosos y ligeramente cubiertos de un sentimiento ansioso como los celos. Kongpob retiró su mano de inmediato. Y si Em se percató del nerviosismo de Kongpob, no dijo nada.

—Estoy bien, quiero dar una vuelta.

Em lo miró por unos segundos antes de asentir y regresar hacia el grupo, dándole miradas sutiles a Kongpob a cada paso. Kongpob se dio media vuelta, evitando ver a Em y a May observándole como si quisieran ver a través de él. De sus pensamientos.

¿Por qué había arriesgado tanto y besado a su mejor amigo?

La respuesta era cada vez más complicada de responder.

Podría ser menos complicadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora