2.11

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Harry Pov.

Juro por dios que la sangre abandona mi rostro, la sangre abandona mi cuerpo incluso.

La incredulidad que siento es de lo más intenso en este momento. Trato de procesar lo que esta pasando pero me es imposible ordenar mi mente.

Miro los freneticos movimientos de Cecil intentando enderezar al bebe y sus inútiles intentos por esconderlo de mi.

Sigo ahí de pie, parado, estático, como un idiota que no puede entender la situación.

Cecil cubre al pequeño bebe de mi vista con una manta, si tal vez mi mente llego ha engañarse con el pensamiento de estar alucinando, la ilusión se rompe en pedazos al escuchar el llanto del pequeño cada vez haciéndose más intenso.

Los ojos se me llenan de lagrimas sin derramar.

-Necesitas irte ahora mismo- La voz de Cecil hace eco en la habitación.

-¿D- De quien es ese niño?- Pregunto con la voz cortada.

-¿Qué? Es mío-

-N- No lo puedo creer...- tallo mi rostro con las palmas de mis manos.

-Yo siempre asumí que era tuyo pero esta claro que no lo es-

Grandes y gordas gotas se desbordan de mis lagrimales sin poderlas contener más.

-Esto no puede estar pasando- Suelto para caminar al sofá y caer de un sentón.

Y ahí esta.

El día más trascendental y triste de mi vida.

Tuve un hijo y acabo de enterarme.

Siento una increíble e inmensa ira, siento como si mis entrañas estuvieran a punto de romperse y como si mi corazón hubiera sido aplastado.

-Ni siquiera iba a decírmelo ¿No?- Lloro.

Me levanto abruptadamente y enfrento a Cecil.

-¡Ni siquiera me lo iba a decir!- Grito lleno de dolor.

Cecil solo se queda ahí como una tonta viéndome llorar como el bebe que tiene en brazos.

Mi bebe.

Acabo de mirarlo por primera vez y mi corazón salto como loco, simplemente lo se.

Se que es mi hijo, el es simplemente igual a mi cuando era un bebe.

Jalo mi pelo desde la raíz con mis dos manos para después soltarlo y respirar hondo, tratando de tranquilizar mis sollozos.

-Dámelo, dámelo ahora- camino hacia ella y trato de tomar al bebe de sus brazos.

-¡¿Estas loco?! ¡Es mío!- Dice alejándose de mi.

-¡¿Estas hablando en serio?! ¡Es igual a mi!-

-Estas como un loco Harry-

- Y ustedes dos son las perras más mentirosas y crueles-

Limpio mi rostro con mi mano izquierda mientras saco mi teléfono del bolsillo con la derecha y hago marcación rápida.

-¿A quién llamas?- Dice Cecil pálida.

-No te muevas si sabes lo que te conviene- Suelto al verla dar dos pasos hacia atrás.

-Bill, necesito que vengas en este instante. Llama a Stuart y pídele la dirección de dónde estoy-

Corto la llamada y guardo nuevamente el celular.

-Es la ultima vez que te lo digo, dámelo-

Su rostro refleja la derrota que esto conlleva, sabe que no puede ganar esta guerra y entonces me lo entrega con lagrimas en los ojos.

Tomo al bebe en mis brazos, lo acerco a mi rostro y lo pego a mi cuerpo, como si fuera a dormirlo y es precioso. Es el bebe mas hermoso en este mundo y es verdad por que yo lo digo.

Le inspecciono el rostro y lo adoro, lo adoro con mis ojos. Su pequeño rostro blanco lechoso, sus labios rosas, sus grandes ojos verdes y su cabello rizado castaño.

Lo despego un poco de mi y me las ingenio para quitarle la manta y tirarla dónde sea, para agarrarle una manita y contar sus deditos, después sigo los de la otra mano y los pies. Cuento incluso los lunares de su piel y cuando termino le baño el rostro mojado por sus lagrimas ya olvidadas de besos.

-Es precioso- Digo sonriéndole a Cecil.

La puerta del departamento es abierta e interrumpe el momento, Bill mi gigante guardespaldas se adentra a la habitación.

-Señor- Saluda.

-Tengo un hijo Bill- Suelto riéndome con nuevas lagrimas en mis ojos.

-Felicidades señor- Dice Bill con un rastro de sonrisa en su rostro.

-Necesito que lleves a la chica y a mi hijo al departamento dos, necesito que te quedes ahí y la vigiles toda la noche. Puedes llevar a Mae contigo.

-De acuerdo señor- Dice Bill tomando a Cecil por el brazo.

Miro a mi bebe de nuevo y le beso la frente con devoción.

-Te veré pronto cariño- Susurro en su piel y se lo entrego a Cecil mirándola a los ojos con un coraje intenso.

-No sabes en lo que esa zorra y tu se acaban de meter- Le suelto y ella me ve con desesperación escrita en el rostro.

-Cuídalo Bill, esa personita ahora es lo mas importante que tengo- Suelto.

-Lo hare señor-

Me voy detrás de ellos y cuando estamos en la calle los miro entrar al auto para después subir al mío.

-¿A donde señor?-

-A Sins Stuart-

El auto comienza a pasar las calles y mientras mas dura el viaje mas grande se hace mi furia y mi tristeza al saber que Camille podría morir de vieja y nunca iba a decírmelo.

La amargura me embarga y una pieza de mi corazón muere, un corazón que le pertenece a ella.

El cual no supo cuidarlo, no supo valorarlo y no supo amarlo.

Llegamos a mi destino y me bajo en uno de los bares mas lujosos de Nueva York y del cual soy socio.

Entro al establecimiento despidiendo a Stuart con la mano y me siento en la barra.

-Un wisky doble por favor hermosa-

-Seguro guapo- Dice la sexy barman pelirroja.

Me prepara la bebida y la desliza hacia mi.

Tomo el wisky cargado de angustia, dolor y sufrimiento.

-¿Por qué esa cara larga hermoso?- Pregunta la chica. Siempre he sido atractivo pero nunca "Hermoso"

La única que me llamaba así era Camille.

-No es nada, solo el simple deseo de matar a un alguien- Le digo a la pelirroja quién se me queda mirando para después formar una sonrisa en esos labios rojos como el color de la venganza.

-Pues debería matarla lindo- Suelto una risa amarga por su audacia al deducir que es una "Ella"

-Tal vez lo haga- Sentencio tomando un trago de mi bebida.

LUXURY H.S #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora