LUXURY H.S #2

2.19

La cabeza me da vueltas y las ganas de vomitar son inmensas.

Me pica la nariz por el olor a antiséptico y mi boca se siente como si estuviera llena de algodón.

Cuando abro mis parpados y vuelvo a mirar el techo blanco del hospital, los recuerdos se agolpan en lo profundo de mi mente haciendo que mi cabeza duela incluso mas.

Giro el rostro esperando mirar a mi padre y preguntarle que acaba de suceder. Hace un momento estaba hablando con el apunto de visitar la habitación de Harry más sin embargo vuelvo a despertar por segunda vez en la misma cama.

¿Es que acaso lo he soñado?

-¿Camille?-

Giro mi rostro a mi costado derecho para averiguar de dónde viene esa voz.

El rostro con el que me encuentro es el que nunca esperaba volver a ver en mi vida.

Lena.

Su ropa es mucho mas simple que como la que usualmente llevaba cuando viví con ella y Harrry. Incluso su cabello lo es.

Lleva botas cafés hasta la rodilla, jeans y un suéter lila.

Es sorprendente para mi verla vestida así, como cuando estaba con mi padre.

Su rostro libre de maquillaje esta asombrado de verme despertar y ahora me doy cuenta de lo parecidas que somos físicamente excepto por algunos rasgos de mi padre que nos hace no ser prácticamente la misma persona.

No puedo hablar, me he quedado sin palabras al igual que ella.

-Camille...-

Por varios segundos nos miramos fijamente mientras trato de procesar lo que mis ojos están viendo.

Hasta que me deja digerirlo y por fin se levanta de su asiento a mi lado haciendo el ademan de acercarse a mi.

-¿Qué haces aquí?- Digo alejándome de su alcance.

-¿Quién te dejo entrar?- Le pregunto mirándola con una tanta rabia en mis ojos haciéndola dar un paso atrás alejándose de mi.

-Vine para verte, saber como estabas- Sus palabras son entrecortadas por la emoción.

-Quiero que te vayas- Le suelto mientras a ciegas busco el botón a mis costados para llamar a la enfermera.

Ella se da cuenta de mis intenciones, de que la echen de mi habitación.

-Camille, por favor-

-No te quiero aquí-

-También vengo para hablar contigo. Por favor- Detengo mis intenciones para mirarla con atención.

-¿Hablar? ¿Quieres hablar?- Mis palabras son incrédulas.

-He venido para que podamos hablar. Para contártelo todo-

Una carcajada amarga sale de mis labios pálidos y ella se encoje un poco ante el sonido.

-¿Mi padre sabe que estas aquí?- Le suelto con veneno en mi voz.

-Lo sabe, el me dejo entrar-

-¡¿Cómo si quiera te atreves a mostrar tu rostro?! ¡Ha dirigirle la palabra!-

Su mirada cae a sus manos entrelazadas.

Esta ahí de pie luciendo como si estuviera arrepentida haciendo mi sangre hervir.

-Yo...-

-Después de todo lo que hizo por ti- La interrumpo.

El silencio se hace presente y es tan pesado que podría cortar.