Capítulo IV: "El pequeño ratoncito"

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(Adam)

Mi padre decidió unirse con nosotros para conocer a nuestros invitados, se introdujo personalmente, y recibió la cordial respuesta de Kling y Kan. Mi madre por otro lado sólo estaba anonadada por el arte que había recibido de Kling, lo que me impresionó bastante, porque la sencillez y armonía exponía una dedicación de calidad, tenían mucha coincidencia con los que mi madre compraba en tiendas internacionales.

-Debo decir que tienes un talento impresionante Kling. –le dije tocando su hombro.

-Muchas gracias, en realidad los hice pensando en la elegancia que demuestran cuando se exponen a los pueblos y a la gente. –dijo Kling sonrojado mirando a sus pinturas.

-Estoy impresionado que no hayas venido con las manos vacías estimado Kling, a las visitan las recibimos sin regalo y como ellos quieran venir, y tú eres uno de ellos. –dijo mi padre, impresionándome bastante.

Creo que mi mamá tuvo algo que ver con esto, como para que mi padre no se haya molestado de que es la primera vez que decido invitar a alguien a venir al palacio, su reacción fue algo actuada sé cómo es él y esta vez era demasiado agradable.

-Como decía, estos obviamente serán partes de los bienes que pertenecen en el palacio, son bellísimos, muchas gracias Kling. –dijo mi madre.

La reacción que tuvo mi madre fue fuera de lo normal, nunca había sido demostrativa ni cercana físicamente con alguien, le besó la mejilla y al pequeño Kan también, sus ojos estaban aguados, parecía que Kling era mi hermano perdido y mi madre acababa de reencontrarse con él.

Luego de eso procedimos a sentarnos a la mesa a merendar, fue entonces cuando rápidamente mi padre comenzó a dejar de lado su formalidad, ya trataba a Kling como parte de la familia, comenzó a reír sobre lo que le había contado el día anterior.

-Sabes que me da bastante gracia, que Kling haya pasado por todo lo que pasó ayer, junto con tu hijo Kan.

-Padre, creo que no es el momento de incomodar a la visita. –dije intentando hacer que Kling no se sienta incomodado con mi padre.

-No, está todo bien –me interrumpió Kling –creo que la situación es probable a malentenderse y no quiero que sea así, por última vez les digo que no irrumpimos por malos motivos, no fue culpa de mi hijo, sólo sucedió y espero que no...

-Hijo, tú tienes que saber que lo sucedido, ya sucedió, fue algo pasado. Se nota que eres buena persona y tu hijo es un encanto, se comporta muy bien.

-Gracias Rey –dijo kan tiernamente.

-Yo sólo espero que esta no sea la última visita, y creo que estaría dispuesta a comprar pinturas tuyas, pero gubernamentalmente no se puede hacer, de todos modos, quiero que tengas en mente que estoy enamorada de tu trabajo Kling –aconteció mi madre.

-Y cuéntame Adam, como fue encontrar al pobre Kling asustado al verte...

-Yo creí que me iría a prisión, a alguna prisión de la realeza. –dijo Kling sin pensar, interrumpiéndome haciendo reír a todos incluyéndome.

-En realidad fue algo agradable, espero que sepas que presiento cuando alguien es de buena sangre, y eso sucedió con Kling, sin embargo, cuando lo vi con el queso en la mano, no supe qué pensar, pero me demostró curiosidad, la situación fue hilarante y como ya se ha mencionado espero que no sea la última visita del señor Kling y su pequeño Kan.

-Eso esperamos todos... un queso en la mano entonces... -dijo mi padre.

-Sé que suena raro, pero... -interrumpieron a Kling.

El príncipe de mi puebloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora