Capítulo VIII: "La fiesta real"

73 6 0
                                    

(Kling)

Eran las nueve p.m y mi madre estaba nerviosísima por asistir por primera vez al palacio, si bien ella está contenta por mi involucración con el reino, pero eso no quita que ella le agrade la idea de ser parte de la realeza, ni yo, sigo pensando que lo mío con Adam no funcionará, pero otra parte de mi dice que con él podría obtener la mejor primera experiencia de la vida, era algo egoísta.

-Madre te estás mirando desde las siete... a.m -le dije a mi madre.

-Hijo debo estar perfecta para que el rey me invite a bailar... -dijo mi madre bromista, mirando pícaramente a mi padre.

- ¡Qué graciosa te verás cuando yo invite a la reina a bailar! -dijo vengativo mi padre.

-Ni por encima de mi cadáver... -aconteció mi madre, besándolo.

- ¡qué asco!, vámonos ya, llegaremos tarde -dijo mi hermanito ansioso.

-Mi hijo tiene razón, tenemos que estar listos para ser auténticos, compartir como una buena familia, dar una impresión buena y sincera, pero más que todo humilde. -dijo papá.

-Exactamente, es por lo que hoy le dirás toda la verdad a Adam, incluyendo el secreto de su madre.

Después de lo que dijo mi madre no sabía qué pensar, ni qué hacer... Sólo sabía que le diría lo de Kan, pero lo de su madre me lo llevaría a la tumba si es que la reina decidía colaborar con su verdad, no la iba a obligar. Por otro lado, no hayaba el momento de ver a los ojos al príncipe Adam, estaba entusiasmado como nunca y esta vez ya no tenía miedo, me estaba decidiendo cada segundo a tomar el control de la situación.

-Ve con más cuidado amor -le decía mi madre a mi padre mientras conducía la carroza.

-No seas histérica mujer, los caballos están algo cansados...

-Ya llegarán al palacio a que les hagan masajes. -dijo Kan.

-Sí padres, es así como lo oyen, en el palacio hay personas que se encargan del cuidado de los caballos para que descansen correctamente y emprendan un nuevo viaje o retorno seguro.

-De seguro tienen personal para todo, no me sorprende si voy al baño y me limpian automáticamente. -dijo bromista mi padre.

Todos reímos ante la exageración de la situación, pero les causo ternura sobre los cuidadores de caballos, somos una familia algo animalista se puede decir.

Llegamos al palacio y apreciamos a la multitud acercarse a la entrada principal, todos lucían espléndidamente hermosos, todos sonreían y mi cuerpo comenzaba a temblar por la adrenalina, nerviosismo y algo de frío por el clima. Nos dirigimos con la multitud a la sala principal donde iban a presentar a los novios e iban a dar una charla emotiva.

Primero se presentó el rey Chris, la gente gritaba y aplaudía ante la euforia de la situación, luego lo acompañó la reina Stella, finalmente anunciaron el nombre del príncipe Adam, las jóvenes enamoradas se hacían presentes a través de sus gritos, y finalmente presentaron a los novios de la velada que todos éramos partícipes, yo por mi parte me encontraba escondido para ver si Adam realmente demostraba algún interés por mí al ver que no acompañaba a mi familia. Quería ser el último en entrar a la sala de eventos para que viese mi persona y yo apreciar su más sincera reacción.

La multitud fue invitada a pasar al salón de eventos y todos iban uniformemente dirigiéndose debido al exceso de seguridad que había en el palacio, todo estaba bajo control, nada me preocupaba, sólo quería que Adam me notase sólo a mí. Mi familia ya se encontraba ubicada en una mesa exclusivamente cerca de la realeza lo que me parecía extraño y sospechoso en cierta manera, porque mi mente decía que Adam tenía que ver con todo eso, cosa que me calmaba porque no sólo lo hacía por mí, si es que ese fuese el caso, sino que también por mi familia, porque ellos tres confirmaron la asistencia.

El príncipe de mi puebloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora