Capítulo V: "Compartiendo los sentimientos"

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(Adam)

Mi alma estaba feliz, estaba casi llena, sólo necesitaba un beso de él y que su consentimiento esté de acuerdo con lo que siento por él. El día de hoy, estaba seguro que quería a él como mi pareja. No estaba de bromas en lo absoluto, él me produjo atracción durante toda la visita en la que estuvo. Su forma delicada de ser, su físico, su cara, su expresión oral, su seriedad y nerviosismo, todo me gustó.

La reacción de mi padre ante la situación no me conmovió en lo absoluto, yo quería estar en mi vida con quien yo quisiera, y ni mi padre o madre iba a ser un impedimento para ser feliz con quien yo quiera.

-Tienes que entender que no es grave la situación que acontece entre él y quién sea. No deduzcas a Kling, porque él es un buen chico –escuché decir a mi madre.

-Ese es el problema que tengo contigo, la seriedad ante cualquier situación, te lo pido porque eres una reina, la reina de este palacio. Necesito de tu sabiduría y...

-Es por eso mismo que lo digo Chris. –dijo enojada mi madre a mi padre. –No escuchas, deja de pensar que tienes que ser como todos los palacios del mundo. Nosotros somos diferentes y únicos nos destacamos por nuestra simplicidad y buenas acciones a la comunidad.

-Estoy de acuerdo, pero cómo puedes soportar que los medios expongan negativamente la vida de tu hijo, imagínate en una portada, El príncipe Adam y un pueblano. –dijo mi padre.

-Excelente lo veo, es más, veo también el primer príncipe en romper esquemas y tener una pareja del mismo sexo, mientras su familia está feliz por él. ¡PORQUE EL CHICO QUE ACABAMOS DE CONOCER NO ES MALO COMO PARECE! –dijo mi madre ya alterada.

-Tienes que empezar a bajar el tono, sólo estamos discutiendo. –aconteció mi padre.

-Dame una respuesta coherente ante lo que te acabo de decir sin preocuparte por el tono.

-Estoy de acuerdo completamente en la felicidad de mi hijo, no me importa si le gusta a Kling o a quién sea, sólo me preocupo por su fragilidad ante los medios, no sé cómo lo tomará. –dijo mi padre calmado a mi madre.

-Lo tomaré de la mejor manera posible porque no estarán mintiendo, el primer príncipe en ser GAY, el primer príncipe en desilusionar a su familia, el primer príncipe que sale del armario real, etc... ¿Ustedes creen que realmente me preocupo como para que mi alma esté frágil ante esas situaciones?, pues no. El único que calma mi alma y me hace feliz ante cualquier situación es el chico de ayer. No lo conozco de ningún lado, primera vez que lo veo y realmente me atrae físicamente. Espero seguir conociéndolo afuera de estas puertas, siempre y cuando ustedes no acepten mi decisión. De lo contrario estaría agradecido a más no poder de entender y velar por la felicidad de su hijo menor. –dije.

Sus reacciones al momento en que entré sin pedir permiso se sintieron extraña, en otra situación si yo interrumpo a mis padres inmediatamente se enfadan, pero en esta ocasión tenía todo el derecho de hacerlo, ya que, era una hora prudente y estaban hablando específicamente de mí.

-Hijo... -dijo mi padre acercándose cogiendo ambas de mis manos... yo quiero que sepas que te amo con la vida a ti a tu hermano y a tu madre, por siempre para siempre, tú me lo has demostrado también, pero quiero que entiendas que los medios son malignos, son capaces de destruirte sin siquiera tener compasión, de nada...

-No será que a ti te importa más que hablen mal del hijo del rey Chris Streward, en vez del Príncipe Adam Streward...

Me interrumpió –ni siquiera vayas a ese punto Adam, no es así. Me importa...

Lo interrumpí. –Padre entonces no nos preocupemos por lo que digan los medios, ellos hablarán, escribirán, publicarán, porque es su trabajo de eso alimentan a sus hijos, el tiempo pasará y el mundo se acostumbrará a la situación amorosa mía, el frágil no soy yo, al parecer eres tú. –dije.

Me fui de la habitación inmediatamente, nunca en la vida tuve una discusión con mi padre de tal manera, y todo se enfocaba en el pensamiento de otros en vez del mío.

La tensión en la familia siempre se veía resuelta por mi hermano mayor. lamentablemente, Christian se encontraba en el cielo... de seguro ya estaba en un avión viajando, no murió no se crean... De seguro estaba en una playa descansando de su presión por ser el siguiente rey de Jeweland junto su esposa la princesa Yacilda Trackle.

(Kling)

Mi madre no podía más de la felicidad, cuando le conté lo que había sucedido con el príncipe, ella no se alegraba porque podía tener una relación con alguien importante, sino porque cada vez que le hablo de un chico se vuelve mi mejor amiga, es muy extraño lo sé, pero ella nunca tuvo algún amigo gay, ni yo una amiga. Es por eso que ambos tenemos una conexión única y con ella me siento a gusto hablando estas cosas, no así con mi padre, con él todo es más exagerado, "hijo debes cuidarte", "nadie te debe faltar el respeto", "si alguien te golpea, tú lo golpeas de vuelta". Cuando mi padre se enteró de mi orientación no tuvo ningún tipo de alteración sino todo lo contrario se emocionó hasta las lágrimas, no podía soportar que su hijo sentía una confianza inmensa como para sentarse junto a él y contarle, sin embargo, demostró tristeza al saber que no sería abuelo, pero evidentemente ambos sabemos que si podía, sólo que no lo haría con una mujer.

Kan por su parte me llenó de interrogantes, del por qué los hombres y no mujeres como normalmente se ve, y le explique de la siguiente manera...

"Kan, cuando uno nace, uno tiene un pensamiento tan blanco que va aprendiendo de lo que uno ve, sin embargo, tuvimos la suerte de tener unos padres liberales y me dejaron ver lo que yo quisiera y más. Si yo quería un auto ellos lo compraban, porque yo veía a niños jugando con autos, si yo quería una muñeca me la compraban, porque yo veía a niñas jugando. ¿Con cuál me sentí más cómodo? desde muy dentro de mí sabía que las muñecas me hacían feliz. Y cuando comencé a crecer me rodeaba de los niños o niñas que les gustaba lo mismo que a mí, la mayoría eran niñas..."

Dentro de esa explicación Kan me hacía muchas más interrogantes en las que yo seguía respondiéndole...

"Mientras crecía sentía en mí que los niños me atraían, y le conté inmediatamente a mi madre "mamá me gustan los niños" le dije, sin más. Ella se sorprendió, pero comenzó a indagar en el por qué, y debido a situaciones como cuando una vez escribí mi nombre más el del vecino de manera romántica y mi madre lo descubrió, yo sólo sentía que de los niños me podía enamorar, y que las niñas eran mis amigas, y así fue hasta que crecí pequeño Kan, nunca he estado con nadie, pero sé y estoy seguro que los hombres me gustan y las mujeres no, como conclusión tu eres capaz de amar a quién quieras, todo se desarrolla desde pequeño, mientras crece la mente, que nadie te inculque nada, sólo deja tus sentimientos dejar que hablen por ti".

Después de haberle compartido mis sentimientos, él sólo estaba fascinado como le relataba la historia, y sigo sin entender cómo lo hice para obtener padres tan comprensivos y un hermano pequeño que sólo vino a este mundo a hacerme feliz y madurar como corresponde.

El príncipe de mi puebloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora