Capítulo X: "Terceras personas"

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(Adam)

- ¿Cómo es posible que le hagas esto a nuestra familia?, prefiero verte soltero para siempre que con un varón. -dijo el príncipe Christian.

En ese momento exacto, llegaron mis padres algo confusos y por sus miradas habían deducido el porqué del altercado que se presenciaba en la habitación. Mi padre preguntó a qué se debía tanto conflicto, a lo que mi hermano le explicó su versión y debido a su desesperada e inútil expresión ante lo acontecido nuestra madre se lo llevó de la habitación enfurecida, regañándolo constantemente.

- ¿Te encuentras bien? -me preguntó Kling algo preocupado.

-Me siento excelente de hecho, de alguna u otra forma nadie me quita ese gran beso que me diste.

-No te pongas colorado hijo mío, yo sé que a esta familia perteneces, así que espero no dejes a mi hijo abandonado en sus cuatros paredes deprimentes de nuevo, que sin ti se nota que alguien le falta. -le dijo mi padre a Kling.

-Me parece insólito que apoye esto que está pasando, más en la fiesta de su propio hijo, dos hombres además... -dijo Yacilda siendo interrumpida inmediatamente por mi padre.

-Yacilda, tú también fuiste bienvenida a esta familia, y también tengo el derecho de dejar decidir a mis propios hijos lo que les haga feliz, sino hubiera intervenido hace bastante tiempo en la relación que quería comenzar mi hijo y tú, porque la señorita que eras no era de mi agrado, sin embargo, Kling se ganó esta familia con su humildad, algo que no es común ver en la gente últimamente, es mejor que vayas a echarle un vistazo a tu esposo, a ver si no está haciendo algún escándalo como el que acaba de hacer.

Yacilda enfurecida se largó de la habitación, mi padre nos dio un abrazo reconfortante a ambos a la vez, y no podía desear que ese día sea más perfecto, si bien mi hermano es bastante importante para mí, pero si no es capaz de comprender lo comprensible entonces estoy dispuesto a ignorarlo el tiempo que sea necesario.

Saliendo de la habitación nos encontramos con la gente esparciendo el rumor, y mirándonos directamente a los ojos, era evidente lo que se especulaba. Para confirmarles a la gente de mi amorío con Kling decidí tomar su mano, pero me impresionó bastante su rápido actuar alejándola de la mía, sin decirme nada fue directamente donde su familia, y en un abrir y cerrar de ojos la familia Prest se estaba yendo de las instalaciones.

No entendía lo que acababa de suceder, después del romántico momento que tuvimos debió de sentir presión ante los ojos de la gente del pueblo directamente a nosotros.

-Espero la estén pasando de la mejor manera posible, y además espero que ninguna situación en particular les haya incomodado porque no creo que haya sucedido algo anormal, la fiesta de mi hermano sólo va dedicada a ambos corazones que son protagonistas de la noche, espero sigan disfrutando de la velada.

Dije del podio donde presentí que el momento iba a ser un fracaso, la gente decidió quedarse y tener una excelente fiesta para Chrisitan, lamentablemente no lo podía disfrutar ya que, Kling se encontraba de seguro en su casa con su familia.

-Gracias por el discurso Adam, en realidad agradezco todo el esfuerzo que has puesto en nosotros, y necesito disculparme ante lo acontecido. -me dijo de repente Yacilda.

-En realidad lo hice por mi hermano. -le respondí en seco tocándole el hombro y yéndome de la fiesta.

Esta noche me encontraba bebiendo ponche, una receta exquisita que había preparado el bartender don Michael, ni siquiera estaba embriagado simplemente sentía ya el hormigueo en el cuerpo y el peso en los ojos, sin duda, esa noche deseaba estar en la cama con Kling, no se me quitaba de la mente ese pensamiento que podía llegar a concretarse si no hubiese sido por el escándalo que hizo mi hermano, me daba algo de impotencia saber que él se encontraba glorioso en su fiesta, mientras que yo estaba completamente solo, no lo podía culpar de todos modos.

El príncipe de mi puebloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora