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Renato lo ve a través de una habitación llena de gente.

Lo conoce tan pronto como lo ve al otro lado del bar que ya está lleno una media hora antes de la actuación. Sin embargo, todas las personas llegaron a este lugar como Renato; con la publicidad de boca en boca, además de que el boleto no es tan caro y las bebidas cuestan la mitad de lo que valen en otro lado. La mayoría de estas personas están acá para pasar la noche. Renato está por la música, por supuesto, como siempre. Fausto le dio un buen giro de ojos cuando le dijo a dónde se dirigía esa noche, porque Renato yendo solo a los conciertos no es nada nuevo, es que él pertenece a ese espacio.

Este chico que observa no.

Renato lo conoce desde esas noches en la biblioteca cuando estaba estudiando para sus exámenes finales, además de investigar varios sellos para posibles empleos, pasantías, cualquier cosa que lo acercara a su objetivo. Renato había aprendido tantos nombres, había memorizado tantas caras, había investigado tantas disqueras que sabe de inmediato quien es la persona delante de él. El chico no está vestido como Renato esperaba, pensó que estaría usando un traje o algo así. Solo lleva una camisa y un jean, viste bastante sencillo. La única razón por la que no encaja es porque Renato puede decir que su ropa es tan cara en comparación con lo que usan los demás.

Todavía no se le acerca; deja que la música comience y lentamente termina su bebida, la única que puede pagar durante la noche, todavía está buscando un laburo. Renato se queda en la barra, observando a través de la habitación mientras suena la música, mientras la gente se calla y se reúne alrededor del escenario para escuchar. La botella de cerveza está caliente en su mano cuando la deja en la barra. Se lame los labios y se peina el cabello, enderezando su remera, como si eso ayudara, y luego comienza a abrirse camino a través de la habitación.

El otro chico está mirando el escenario atentamente desde la esquina, apoyado contra un pilar de madera que Renato está preocupado que pueda arruinar su camisa. Sin embargo, parece que no le importa, ni se da cuenta, está mirando el escenario con un enfoque tan fuerte que Renato siente una oleada de orgullo y emoción por Rox sabiendo que este chico está tomando interés, esto podría ser grande para ella.

—Es buena, ¿no?—Renato murmura en su oído. El chico mira a su alrededor sorprendido y Renato mira el escenario a propósito, flexionando las manos a sus costados para evitar comerse las uñas. Es su clásico hábito cuando está nervioso.

—Muy buena—dice—. Escuché un demo, pero nada es como verla presentarse en vivo. He oído cosas muy buenas sobre ella.

—Y sólo ha estado tocando durante tres años—asiente Renato con la cabeza, todavía mirando hacia adelante.

—¿La conocés?

Renato asiente de nuevo. —He seguido su música por un tiempo.

—¿La conocés de antes?—Renato aparta la vista del escenario, ahora, lo mira con una sonrisa divertida y sacude la cabeza.

—No. Terminé escuchándola por error, pero creo que al final no fue tan malo.

—Oh— el otro chico se ríe.

Renato sonríe también. Hace calor en el lugar. Hay mucha gente cerca de donde están parados. Un poco de sudor se abre paso lentamente por la nunca de Renato. Su remera se pega un poco a la parte baja de su espalda. Este no es exactamente el lugar ideal para tener una reunión, pero no puede quejarse.

—Renato Quattordio—dice entonces, extendiendo su mano. —Y vos sos Liam DiMonte, fundador de DiMonte Records, ¿cierto?

Él asiente, con sus cejas levantadas.

No te vi llegarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora