Love By Chance: TinXCan La Historia de Amor Continúa.

Capítulo 8. A La Media Noche

La lluvia seguía atacando las calles de manera feroz, Can no conocía muy bien el camino para llegar hasta donde se encontraba Tin, todo esto era muy descabellado, pero una descarga de adrenalina hizo un efecto tan eufórico que Can fue capaz de recordar parte del camino hasta la casa de Tin, su casa era enorme, sólo debía guiarse por el tamaño de estas.

Sin embargo se perdió entre las muchas calles de la ciudad, tal fue su frustración que golpeó salvajemente varias paredes que conformaban las avenidas, su ropa ya estaba mojada, sus pies le dolían, y la desolación de las calles era tal que sintió miedo.

Pero como si un rayo de luz iluminara sus sentidos, recordó la calle en la que estaba parado, sólo debía caminar un poco más, cada paso era uno menos para llegar hasta donde Tin se encontraba, sólo esperaba que no fuera muy tarde.

Al llegar a casa de Tin gritó su nombre, lo hizo con mucha energía, pero la lluvia estaba en su contra, pues la voz de Can se perdía entre las gotas de agua.

Después de unos minutos localizó el timbre, presionó constante de este, pero no había respuesta.

*

Con sus ojos cerrados y sus sentidos apagados fue capaz de tener otra ilusión dentro de sus pensamientos, ahora Tin estaba solo y su entorno tan desolado que temió una vez más.

Giraba sobre su cama, no encontraba la paz, una pesadilla lo atrapó y no podía liberarse de ese sueño.

Un camino soltario, y él era la única persona que caminaba sobre él. Esuchó risas, muchas ricas, pero estas eran una burla hacia él, sus ojos emanaba lágrimas y el sudor envolvió todo su cuerpo.

Despertó tan asustado que no fue capaz de diferenciar el día y la hora, observó el reloj, veinte minutos había pasado de las doce. Lo vio venir pero no sabía como reaccionar ante lo eviente.

Cerró sus ojos pero sentía miedo volver a soñar cosas perturbadoras, un sonido familiar llegó hasta sus oidos, alguien llamaba a desde afuera, Salió hasta la sala de estar, donde se aproximó a la ventana, una figura solitaria estaba parada en los barandales.

—¿Can? —Los ojos de Tin se sobresaltaron —¡Can espera!
Corrió hacia afuera, ni siquiera calzó sus pies, no le importó mojarse, al llegar hasta los barandales observó a Can quien se sontenía de ellos.

Al quitar los barandales Can quedó expuesto, sus piernas y pies inmóviles y sus manos por igual, su cuerpo se dejó caer y Tin lo recibió en sus brazos.

En ese momento no habían palabras que mencionar o algún modo de expresarse, las acciones de Can hablaron por sí solas. No sabía cuanto tiempo estuvo esperando por Tin, pero ahí estaba, al fin, la respuesta que recibió de Can no fue de palabras, fue de hechos, y los hechos valían mucho más que un montón de palabras que se perdían en el viento.

No pudo evitar llorar, había recuperado lo que perdió, el tiempo no había sido mucho, pero la espera por este momento fue tan larga que la vida se le consumía.

Pero ahora Can estaba sus brazos, apoyado de estos y no quería soltarlos.

El dolor de los pies de Can al caminar era mucho, durante la larga Travesía hacia la casa de Tin fue ajetreado. Cayó al suelo una vez, lastimando sus rodillas, las palmas de sus manos, incluso maldijo en varias palabras, pero esto no lo detuvo.

Can estuvo inconsiente en los barandales de la casa de Tin, pero fue consiente cuando este lo tomó en sus brazos, dejó que sus ojos se cerrarán tranquilos, ahora estaba en manos de la persona que lo había amado sin importar ser de clase baja, sin importar ser un hablador, sin importar sus viejos roces, ahora están a en manos de Tin, y se sintió seguro por que ahora no habría manera de ser lastimado.