Capítulo 3. El Valor Simbólico De Las Cosas

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Can lloraba en su habitación, ahora sus sentimientos estaban destruídos, sabía que Tin era una persona cruel y mala, había visto la frialdad con la que se refirió a Ae en repetidas ocasiones.

Pero sentir esto en carne propia era muy diferente, Pete estaba con Ae, Pete defendía a Ae ¿pero quién defendía a Can? Se sintió muy solo, las palabras de Tin fueron como un dardo que dio justo en el blanco.

La última vez que estuvo en casa de Tin no pudo evitar impresionarse, a diferencia de esta pequeña casa que era muy inferior a la de Tin.

Comprendió que los ricos siempre eran crueles y despiadados, aunque Pete era rico y no era cruel y despiadado.

Can frotó sus manos contra su frente mientras sus lágrimas recorrían su mejilla. Hubiera sido diferente el hecho de que la calle estuviera sola, pero algunas personas presenciaron lo ocurrido.

Ahora todo empeorará ¿Tin sería visto como un tirano? Ahora todos o odiaban más de lo que podían llegar a odiarlo. Ahora nadie querría ser su amigo, Tin no tenía amigos, pero ahora sería blanco de las habladurías.

—¡Huuumm! —Can se lamentaba mientras limpiaba su rostro —Ahora todos van a odiarlo ¡Todo por mi culpa! —Can se sorprendió al darse cuenta que pensó en Tin preocupándose por él.

—Lo Siento Tin —Una voz chillona se hizo escuchar en su pequeña habitación.

*

En el camino Tin conducía sin expresión alguna. Ahora sus sentimientos estaban apagados. Podía dominarlos sin forzarlos a ello. Estaba consiente de lo que sentía, pero con años de práctica se había vuelto experto en ignorar sus sentimientos y emociones.

Condujo tranquilo y sereno, ni siquiera pensó en Can, había tomado la decisión que cualquier cosa relaciona a Can quedaría relegada a un segundo plano. Ahora Can era una persona cualquiera sin nada en especial, detestable y mentiroso.

No tenía por qué sentirse mal, después de todo, solo ubicó a Can en lo que le correspondía, la inferioridad.

Las noches fueron de meditación para Tin, se había arrepentido de malgastar tiempo e ilusiones con Can. Pero ahora todo eso quedó atrás, Can ya no era importante ahora era una persona cualquiera.

*

—Ae, la comida llegó - Pete recibió la comida a domicilio que había pedido para Ae.

Desde la última vez que compartieron el tiempo juntos, nunca había visto a Ae tan decidido en estudiar. De hecho, era poco el tiempo que habían compartido, todo se limitaba a los desayunos y almuerzos en el departamento de Pete o la cafetería.

-Ae, es hora de comer —Pete por segunda vez habló pero parecía que Ae no le ponía antención.

Tuvo una idea, sirvió la cena y acercó el plato a Ae quien al sentir el olor delicioso no pudo evitar sentirse atraído por él.

Volteó su rostro hacia Pete quien le sonreía con la cena en sus manos. Ae levantó sus libros y despejó la pequeña mesa mientras Pete ponía los platos en ella.

—Gracias Koon-Chai —Ae alborotó el cabello de Pete mientras le sonreía con tal aprecio que Pete no pudo evitar sentirse apenado.

—Ae, me haces ser tímido —Las palabras de Pete a penas y podían escucharse producto de la timidez.

En el fondo Pete estaba feliz de que su amado Ae pasara el tiempo con él. Le hacía falta verlo, poder escucharlo, compartir con él en la intimidad de cuatro paredes, esos momentos con Ae le nutran el alma y los sentimientos.

Love By Chance: TinXCan La Historia de Amor Continúa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora