Observo la pipa en mis manos mientras camino a la escuela. Una vez llego al pequeño local que esta cerrado me acerco a la puerta y golpeo, nadie responde por lo que me dedico a golpear un par de veces más. Escucho como alguien abre la puerta del otro lado y lentamente la puerta se abre para después dejar ver a la abuela de Soc quien solo asoma su cabeza.-hola -digo un poco apenada-. Perdón molestar de nuevo señora Petrikov, solo quería saber si.
-hoy tampoco esta -me dice con su voz apagada.
-oh -exclamo con decepción-. Perdón si la moleste -digo antes de volver a tomar mi camino a la escuela.
Tengo que correr antes de que el profesor que hace guardia el día de hoy me cierre la puerta. Apenas si logro detener la puerta esta vez al poner mi pie para evitar que cierre la puerta.
-de nuevo tarde Malia -me recalca el señor Guzmán, mi profesor de matemáticas. Empujo la puerta para que me deje pasar, pero él se esmera en no dejarme pasar.-. Espero traiga una excusa firmada por su mamá.
-mi única excusa aquí es que su gordo trasero no me deja pasar -digo ya harta de tener que pasar esto todos los días.
Todos odian al profesor Guzmán, eso no es un secreto para nadie, hasta los demás profesores hablan mal de él.
El profesor se hace a un lado de un momento a otro y todo el peso de mi cuerpo que tenía sobre la puerta va hacia adelante haciéndome caer de rodillas colocando mis manos en el suelo. Ante el reflejo de colocar mis manos frente a mí la pipa de Soc cae de mis manos.
-¿pero que tenemos aquí?
Traro de tomar la pequeña pipa, pero el profesor Guzmán se me adelanta. El profesor le mira por lado y lado antes de dedicarme una mirada de desprecio.
Observo como la directora mira por lado y lado la pequeña pipa para después darme una mirada entre rabia y decepción.
-¿quieres explicarme por qué llevas esto contigo?
Simplemente sigo mirando al escritorio que se encuentra en medio de las dos. No es como si el decir que no es mío o el que es de un amigo fuera a ayudarme en esta situación. La directora da un suspiro que hace eco en la oficina.
-sé que esto no es tuyo Malia -por primera vez desde que entre a la oficina de la directora nuestras miradas se cruzan-. Te dejare pasar esto esta vez y no le diré a tu mamá, pero debes tener en cuenta que debes elegir mejor tus amistades, lo último que quiero es a otro estudiante que abandona la escuela por estas cosas.
Nuevamente aparto la mirada solo que esta vez con mi ceño fruncido ¿Qué sabe ella? Ella no sabe nada, ella no conoce a Soc.
-puedes retirarte -dice finalmente.
Estiro mi mano para recuperar la pipa, pero la directora lo toma antes que yo.
-yo guardare esto.
-pero.
-estoy siendo demasiado transigente Malia -me dice con una voz más grave dándome a entender que esto era solo una advertencia.
Tomo mi mochila para seguido salir de su oficina. Una vez cierro la puerta detrás de mi tomo mi mochila como si fuera una almohada y ahogo un grito de rabia en ella.
La campana suena indicando el fin de las clases, algunos se apresuran para ser los primeros en salir mientras que yo me tomo mi tiempo para ser la última. Una vez solo quedamos la maestra y yo tomo mi cuaderno y lo guardo en mi mochila para seguido salir del salón. Camino con normalidad por el largo pasillo mirando siempre a mis espaldas que no venga nadie detrás de mí, giro a la izquierda y casi al mismo instante me regreso para asomar mi solo mi cabeza para ver a la directora irse.
Doy un suspiro de alivio ante el susto de casi ser atrapada. Cuento hasta diez solo en caso de que a la directora se le de por regresar, una vez termino de contar me aseguro de observar por lado y lado para asegurarme de que nadie venga. Entro a la oficina de la directora y toda mi atención se posa en su escritorio, rápidamente me acerco a este y empiezo a abrir los cajones que tienen papeles y otras cosas de oficina, cuando quiero abrir el ultimo cajón me topo con la sorpresa que este tiene llave. Trato de abrir el cajón a la fuerza, pero simplemente es inútil.
En un último intento acerco mi mano solo que esta vez utilizo mi telequinesis. Trato de imaginarme el interior del cerrojo y cada una de sus partes, el cerrojo hace un clic y mis ojos se abren de par en par. Toco la pequeña manija del cajón y tiro de esta lentamente, miro por lado y lado las cosas que están en el cajón mi ceño se frunce levemente y empiezo a mover las cosas.
No está.
Paso mi vista por lado y lado, mi vista se posa en una caja que esta sobre la pequeña biblioteca. Con ayuda de mi telequinesis atraigo la caja hasta donde estoy, rápidamente abro la caja y busco entre su contenido, pero simplemente no está. Me levanto de mala gana y pateo con rabia la caja regando su contenido, no satisfecha pateo también el pequeño basurero junto al escritorio, algunos papeles salen volando y entre el ruido del basurero y los papeles logro distinguir uno en especial, casi metálico. Rápidamente me arrodillo para buscar entre las cosas.
Bingo.
Tomo la pequeña pipa con mi mano y la miro por lado y lado solo para asegurarme que no tenga ni un rasguño. Rápidamente me levanto para salir de la oficina, pero cuando mi mano esta por tocar el picaporte me detengo en seco. Volteo para ver la oficina, todo es un desastre, pero eso no es lo que me interesa, mi atención se posa en el escritorio, rápidamente me acerco a este y con mi mano abro lentamente el cajón que antes estaba cerrado, toda mi atención se posa en el celular que esta justo ahí.
Tomo el celular con mi mano y me asombro de lo ligero y delgado que es, nunca antes había tenido un celular en mis manos, esto hacia ver mi mp3 como un pequeño llavero. Me muerdo la lengua cuando mi mente se vuelve un tormento de decisiones.
No lo voy a robar, solo lo tomare prestado. Lo regresare.
Tomo el celular y lo guardo rápidamente en mi mochila. Cuando abro la puerta me aseguro de que no haya nadie por el pasillo. Camino rápidamente hasta la puerta principal que para mi suerte no hay ningún profesor haciendo vigilancia.
Una vez salgo de la escuela no puedo evitar mirar a todas partes, mi corazón late con tanta fuerza que hasta podría jurar que se me va a salir del pecho. Toco mi pecho sobre mi corazón, realmente puedo sentir lo fuerte que late.
-todo va a estar bien -me digo a mí misma para calmarme.
Nuevo capítulo.
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LA INICIACIÓN DE TRES | Saga La Voluntad De Uno.
Science FictionLlegamos a la tierra después de que Louren cayo. Al llegar a su planeta tuvimos que separarnos de manera que no tuviéramos contacto entre nosotros, y durante años vivimos como si fuéramos unos de ustedes. No fue hasta ese día que pensamos que aún po...