LA INICIACIÓN DE TRES | Saga La Voluntad De Uno.

CAPITULO ONCE

Estoy en el mismo lugar de siempre, un lugar que no conozco pero que de cierta forma me tranquiliza. La luz es igual de segadora que siempre ¿Dónde estoy? Trato de abrir mis ojos, pero pronto los cierro por la luz blanca tan intensa, esta vez hay algo diferente un aroma, un aroma dulce y fuerte a su vez, es agradable, no quiero que desaparezca.

Abro mis ojos lentamente lo primero que observó es el techo de la van, pero mi cabeza no está haciendo contacto con el asiento de la van, cuando subo la mirada veo a Tres que está mirando por la ventana sin percatarse de que he despertado. Me levanto lentamente no por no alertar a Tres sino porque me siento mareado sin mencionar que me duele la cabeza. Mis manos se dirigen a mi cabeza ante el intenso dolor.

Parpadeo un par de veces para que mis ojos se acostumbren a la oscuridad, ya es de noche miro por lado y lado fuera de las ventanas.

-¿Dónde estamos? -pregunto con mi voz aun ronca.

-espera -dice Sam quien va manejando. Pasamos lo que debió ser el letrero de entrada de un pueblo, me duele la cabeza por lo que no le pongo mucha atención al letrero.-. listo, llegamos a Drupston. Hogar dulce hogar.

Una corriente de alerta pasa por mi vertebra hasta mis colas.

-¿Cómo que en Drupston? Sam da la vuelta ahora mismo.

-está bien, yo le dije que nos trajera.

Mi ceño se frunce mientras aprieto mi mandíbula con fuerza, cuando me doy cuenta mis garras están incrustadas en la cabecera del asiento del copiloto.

-Sam detén el auto.

Sam está a punto de renegar, pero cuando ve mi expresión en el espejo retrovisor solo traga saliva antes de detener la van. Salgo del auto, Obol sale detrás de mí siguiéndome el paso.

-¿A dónde vas? -me pregunta Tres saliendo del auto.

-a cualquier lado, lejos, muy lejos de aquí.

-Daniel -me llama Tres pero la ignoro.

-es mi papá.

Me detengo en seco para volverme a Sam y a Tres.

Sam da suspiro pesado bajando sus hombros como si estuviera cansado.

-Tres me dijo que hubo un grupo que los recibió cuando llegaron, mi papá pudo ser uno de ellos.

Entierro mi pulgar en mi entrecejo y respiro profundamente para poder calmarme.

-bien -digo ya un poco más calmado-¿por dónde empezamos?

-creo que podemos empezar por la bodega de mi papa.

Mantengo los ojos bien abiertos mientras estoy de pie sobre la rama, utilizo mi legado de visión para asegurarme que no venga ningún Loucr. Veo como Tres sale de la bodega y levanta una mano, camino hasta la punta de la rama sobre la que estoy parado y me dejo caer, mis rodillas se doblan levemente cuando aterrizo en el suelo.

-nada -me dice. Puedo notar un tono de decepción en su voz.

Entro a la bodega Sam aun busca usando su celular para iluminar el escuro lugar.

-¿algo? -le pregunto aunque su expresión lo dice todo.

Obol baja de una viga con forma de ratón para después recuperar su forma de lobo gris. Observo el lugar totalmente vacío. Aquí no hay nada, ni siquiera un panel de cables como lo había en New Jersey.

-Sam dame tu mochila.

Sam me pasa su mochila y saco mi cubo. Un flash de luz blanca llena por un instante el lugar y cuando desparece el cofre aparece a mis pies. Le regreso su mochila a Sam con el cubo ya adentro, me agacho para tomar el candado el cual se abre una vez lo sostengo con mi mano, paso mi vista por el contenido hasta que finalmente veo la Lirix y la tomo con mi mano para después lanzársela a Sam quine la atrapa. Salgo de la bodega dejando a Sam solo con la Lirix y el cofre el cual ya está sellado, cuando diviso a Tres veo como le da un par de golpes a una pared para después pegar su oído a está.