LA INICIACIÓN DE TRES | Saga La Voluntad De Uno.

CAPITULO CUATRO

Chasqueo mis dedos frente a Sam para que se mantenga despierto mientras conduce.

-estoy bien -me dice, pero el bostezo que da me dice todo lo contrario.

-deja que yo conduzca Sam -le dice Tres.

Sam se niega, pero después de la insistencia de Tres finalmente acepta. Sam no tarda mucho en quedar dormido a mi lado.

-ahí -digo señalando un espacio frente a un pequeño centro comercial.

Tres se detiene y me mira algo confusa.

-¿Por qué nos detenemos aquí?

-porque ustedes necesitan descansar y no quieren dejarme conducir después de la última vez.

-Daniel no podemos quedarnos aquí.

-claro que podemos solo mírame -digo bajándome de la camioneta.

Sam se despierta una vez bajo de la camioneta.

Me toma un poco de tiempo, pero cuando finalmente encuentro un pequeño panel externo logro desactivar tanto alarmas externas como cámaras de seguridad.

Al llegar a la puerta principal Tres me lee la mente al abrir los cerrojos y quitar el candado de la cadena que cerraba la puerta con su telequinesis.

-¿Qué hacemos aquí? -pregunta Sam.

-descansar.

-¿en un centro comercial? -pregunta Tres.

-sí, solo esperemos que esta vez no aparezcan Loucrs.

Con ayuda de un par de sabanas nos las arreglamos para acomodarnos en el duro suelo. Sam es el primero en quedarse dormido mientras Tres, aunque insiste en quedarse despierta conmigo al final se queda dormida también.

Aprovecho la falta del techo del centro comercial para apreciar las pocas estrellas que se ven. Talía una vez me dijo que una de esas estrellas era el sol de su planeta, siempre me eh preguntado si alguna de esas estrellas es uno de los dos soles de Aster.

Aster.

Me pregunto cómo le está yendo ¿estará comiendo bien? ¿Qué habrá pasado con esa chica de la que me hablo una vez? Y que hay de... ¿aun me estará esperando?

Todo esto hace que me duela el estómago.

Me levanto asegurándome de no despertar ni a Tres ni a Sam, por desgracia no logro el mismo cometido con el pequeño ratón que dormía en el bolsillo de mi abrigo. Obol sale de mi bolsillo y baja por mi pierna para después tomar su forma de lobo gris.

-perdona -le digo agachándome para acariciarle detrás de su oreja-, no quise despertarte.

Obol estira sus patas y da un bostezo. Sin necesidad de que se lo pregunte ella va hasta donde están Sam y Tres y se acomoda junto a ellos.

Me doy una vuelta por el pequeño centro comercial observando las tiendas cerradas. Me detengo frente a una tienda de comics la cual está cerrada por una cadena con un candado, ladeo mi cabeza de lado a lado debatiéndome en si debería hacerlo o no. Finalmente me decido y arranco el candado de la cadena, una vez entro al sistema de seguridad de la tienda desactivo cualquier alarma o cámara.

Al entrar lo primero que llama mi atención es una escultura de tamaño real de un personaje de un videojuego el cual no reconozco. Hay varios artículos como peluches y posters, pero rápidamente me dirijo al área de comics solo para sacar uno y leerlo.

Una vez leo algunos comics me doy el lujo de jugar con algunas cosas como una espada morada con un gorro verde, o simplemente con una catana de plástico mientras me hacia el ninja saltando de un lado a otro. Creo que lo más genial que encontré fue una capa roja ya que hasta se me paso la idea por la cabeza de despertar a Tres y decirle que negociáramos.