8. Adrenalina

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Tragué saliva, estábamos todos cenando cuando me di cuenta de que Pryor no dejaba de mirarme fijamente y cuando me di cuenta miré a otra parte incómoda.

De repente Pryor se rió sin control. Jayd y yo nos miramos frunciendo el ceño confundidos. Cuando Pryor dejó de destornillarse de la risa me miró.

—¿Qué es tan gracioso?—Pregunté algo incómoda.

—Te estaba mirando para incomodarte, no te creas especial.—Me espetó Pryor con aires de grandeza, yo rodé los ojos.

—Lo has conseguido.—Respondí y le di un pellizco en el brazo. Él gimió de dolor y se frotó el brazo. Yo me reí. Pryor 1, Claire 1.

—Tengo la sensación de que hago mal tercio.—Dijo Jayd rascándose la nuca entrando en la conversación.

—¡Para nada!—Dijimos Pryor y yo al unísono. Nos miramos a la vez haciendo un mohín.—¡No digas lo mismo que yo!—Volvimos a decir al unísono. Ambos nos reímos. La verdad era que por más que Pryor me dijera tonterías me agradaba y me caía bien.

—En efecto, hago mal tercio.—Murmuró Jayd.

—Oye Claire, tú que eres joven y no como este vejestorio.—Dijo Pryor señalando a su hermano, quien le sacó el dedo del medio.—¿Qué se hace aquí para divertirse? Llevo viviendo dos semanas aquí y no tengo ni idea.—Preguntó. Me llevé la mano a la barbilla pensativa y miré al cielo.

—Ven a la fiesta de mañana.—Le propuse. Era buena idea, los demás no lo conocerían y no me apetecía estar sola en la fiesta mientras Chelsea y Sadie se enrollaban con el primer chico que pillaban.

—¿Fiesta?—Preguntó. Sonrió ilusionado y vi como le brillaban los ojos.

—Mi amiga da mañana una fiesta en su casa. Estará todo mi instituto, ven si quieres.—Dije. Tan pronto como terminé Pryor asintió con la cabeza indicándome que iríamos juntos. Sonreí y miré a Jayd, quien una vez más estaba poniéndose la mano en el pecho fingiendo tristeza.

—Y Claire, ¿por qué estás viviendo aquí y con mi hermano?—Preguntó Pryor inocentemente. Tragué saliva una vez más y me fijé en mi regazo.

—Las cosas no andan bien en su casa y se quedará aquí hasta que todo pase.—Dijo Jayd, respondiendo en mi lugar. Me acarició el hombro y levanté la vista hacia él, regalándole una sonrisa.

—Oh, bien.—Se limitó a decir Pryor.

(***)

—Jayd, duerme hoy en tu cama, yo dormiré en el sofá.—Dije mientras le veía poner almohadas sobre el sofá.

—¿Pero entonces dónde vas a dormir? El sofá para dormir es incómodo de cojones.—Añadió Jayd.
Antes de que me instalara en el sofá, escuché a Pryor hablar desde el baño.

—Duerme conmigo.—Me propuso. Salió del baño y cerró la puerta, apoyando su espalda en esta. Yo ladeé el cuello curiosa. ¿Dormir con un chico que conocía de un día?

—No te creas que va a ser como en las películas, tengo una litera.—Dijo y rodó los ojos.

—Está bien.—Respondí. Supuse que no sería tan mala la idea de dormir en la misma habitación que Pryor. Él sonrió triunfal y me hizo una señal para que la siguiera. Me despedí de Jayd y entré en la habitación de Pryor. Sorprendentemente, no tenía tanta decoración como el resto de la casa y tenía algunas cajas de cartón en el suelo entreabiertas. Tenía un escritorio con un ordenador bastante profesional y al lado una litera con sábanas conjuntadas que tenían cuadros blancos y negros. Se subió a la cama superior de la litera con rapidez.

ClaireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora