Capítulo 15: Reencuentro

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- Mi amor, lo siento, de verdad vine tan rápido como pude pero el tráfico estaba terrible y no querían dejarme pasar, es una maldita locu... - Tessa entró gritando sin prestar atención hasta que sus ojos se clavaron en los míos y se quedó tan sorprendida como yo - Juliana... - Dijo con sus ojos bien abiertos, ninguna de las dos se movía, y Claudia nos observaba con el ceño fruncido.

- Valdés... Valdés, ¿cómo en Juliana Valdés? - Finalmente la chica recostada en la cama rompió el hielo intentando sacarnos de nuestro trance - ¡No puedo creer que mi doctora es la famosa Juliana Valdés, corredora y ex de mi novia! Es un honor, en verdad - Sus palabras lograron distraerme por completo, ¿realmente estaba feliz de conocerme sabiendo que había tenido algo con su pareja? Estaba loca.

- ¿En serio te parece un honor conocer a mi ex? - Preguntó Tessa con diversión.

- Cuando es una medallista olímpica, sí - Respondió sonriente mientras mis mejillas ardían. No podía creer lo que estaba sucediendo, era surrealista.

- ¿Cómo es esto posible, Juli? ¿Qué haces aquí en México? - Hacía años que alguien que no fuera mi madre no me llamaba Juli, era algo muy propio de Tessa y no me di cuenta de cuánto lo había extrañado hasta que la oí.

- Llegué hace un mes, para hacerme cargo de la clínica. Pero tu, ¿qué haces aquí? - No entendía como era posible que Tessa hubiera abandonado la vida en Estados Unidos.

- Bueno, después de estudiar fotografía en New York, viajé durante un tiempo alrededor del mundo y terminé aquí. O sea, ya sabes que ese era el plan originalmente para Valentina así que simplemente decidí acompañarla y... - Dejé de escuchar por completo lo que decía después de que ese nombre salió de sus labios. Jamás me permitía pensar en Valentina. Aún soñaba con ella, de vez en cuando, nada parecido a aquellos sueños inapropiados que tenía de joven, no. Eran pesadillas, horribles recuerdos de lo que había sucedido la última noche que estuvimos juntas. El baile de graduación y todo lo que vino después, la más difícil decisión que tuve que tomar en mi vida y todo el incontenible dolor que me abatió durante años a causa de ella - Y entonces, hace un año, conocí a Claudia en un bar no muy lejos de aquí - prosiguió mientras tomaba la mano de su novia - Fue algo instantáneo, simplemente al verla supe que ya no podría marcharme de México. Al menos, no sin ella - Ambas sonrieron y les devolví el gesto observándolas con ternura, pero no podía pensar en otra cosa que en aquellos maravillosos ojos azules que alguna vez habían sido todo mi mundo.

- ¿Valentina está aquí? - No quería ser tan directa, pero sencillamente no iba a poder concentrarme en otra cosa.

- Sabía que no estabas escuchándome luego de que mencioné su nombre. No está aquí, en ese momento. Viajó, por negocios, a Australia o algo así. No llevo su agenda, pero suele viajar 4 o 5 veces al año. A veces vuelve a su casa, para arreglar algunos asuntos en la sede, o va a España con su hermano en la nueva sucursal que consiguieron abrir allí. Pero, sí, principalmente se queda aquí en México - Un incómodo silencio nos invadió durante unos largos minutos. Recordar a Valentina no me traía más que dolor, una nostalgia inevitable por una relación que en realidad jamás había existido, por un amor que nunca pudo llegar a nada - ¿Sabías que salió del closet? Es decir, públicamente - Sonreí con ironía, recordaba perfectamente el día en que me había enterado que Valentina y su madre habían decidido contarle al mundo entero que la futura heredera del Grupo Carvajal, potencial directora de una de las corporaciones más importantes de latinoamérica, era lesbiana. Algo que años atrás era una pesadilla absoluta para Lucía Carvajal, se había convertido en un az bajo la manga, la estrategia perfecta para conseguir todavía más inversionistas para su empresa y el incondicional apoyo de la comunidad LGBT. Me hubiera dolido mucho más, pero en ese momento sólo pude reírme de lo irónica que era la situación, mientras recordaba la charla que había tenido con Lucía la noche del baile de graduación, luego de alejarme de Valentina para siempre.

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