Finalmente mi beta es libre! Estaba enferma y por eso tardo en mandarme los capítulos editados!
Cuídate y a todos los que sufren por la escuela ánimos! Casi son vacaciones! Al menos aquí de navidad!
DiDi y Mei Mei gracias por su apoyo!
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El tiempo se desliza entre tus dedos, no puedes evitarlo, los que viven poco viven con más energía, a aquellos que el tiempo es casi eterno puede ser una tortura.
Más si están solos.
En ese lugar en medio del bosque se escucha un grito.
Lleno de frustración, lleno de rabia, lleno desesperación, un hombre está entre las hojas caídas de los árboles, a su alrededor hay solo árboles y quietud, o eso creía.
- Vete McCall. -. Derek Hale no alzó la mirada, las cicatrices de su espalda no se detienen mientras se cura.
- Basta Hale, basta. -. Scott se ve exactamente igual que hace diez años atrás no ha envejecido ni un día después de su rompimiento con Allison, más después de que se reunió con su mate, sus ojos están llenos de desdén, sin dejar de ver a la persona que está en el suelo totalmente devastado.
- ¡Calla! -. Su furia hace que sus ojos se tornen azules.
Sin embargo, nada más que eso.
Su tiempo está estancado, sin moverse, él no ha envejecido tampoco.
Su tío, Chris, Malia, la manada completa, durante diez años ha si ha sido.
Scott se había ido para la universidad, regresado y mantenía el consultorio de Deaton, el cual había cambiado su horario para dejar más y más responsabilidades al joven latino, Melissa orgullosa de su hijo se mantenía aún en el hospital.
Sin embargo, Noah Stilinski dejo de ser sheriff retirándose de todo servicio, viviendo lejos del pueblo desde hace ya tres años.
Más porque cada aniversario su consumo de alcohol era alarmante.
- Vamos, que Deaton tiene noticias. -. Scott le ayudo a levantarse.
Derek simplemente se dejó cansado sin oponerse.
***
El druida que cuidaba de la familia Hale se sentía muy, muy, muy cansado, sus ojos miraban sin ver, un papel estaba bajo su mano y un lápiz se movía con fluidez sin que él pareciera hacer algo para manejarlo, cuando parpadeo se derrumbó encima de su mesa.
Scott lo escucho encontrando a su jefe inconsciente fue a auxiliarlo de inmediato.
- ¡Deaton! -. Le tomo su pulso notando que nada estaba mal.
Hasta que vio la imagen plasmada en el papel.
- McCall, ¿qué...? -. Derek Hale se congelo al ver la situación luego se apresuró a ayudar.
La imagen paso por sus ojos congelado tomo la hoja con algo de posesividad y un sentimiento nuevo.
Uno que había sido arrancado por la muerte de cierto chico.
Esperanza.
Una calidez agobiante.
- ¿Dónde…dónde es? ¿Por qué...? -. Scott conocía dónde era.
Sí, pero no iba a decirlo abierta y sinceramente enfrente del otro.
- Llevemos a Deaton con mi madre luego resolvemos lo demás. -. Derek oculto la hoja de papel sin que Scott lo notará.
O él mismo.
***
Melissa llegó con los resultados, Deaton estaba bien solo...cansado, estrés tal vez.
- El dibujo Gold Coast. -. Le susurró cuando la manada Hale se fue. - Algo....no está bien, mamá.
- Preguntaré a tía Grace. -. Prometió la mujer.
La lluvia cayó en ese momento mientras ambos McCall pensaban en cierto chico.
***
Las aguas se agitaron turbulentas, la nave de enorme envergadura se balanceo con violencia, fue cuando las redes se rompieron, un montón de tortugas escaparon de inmediato a las corrientes marinas, un hombre maldijo en lo que parecía ruso.
- ¡Que las demás no se rompan! -. Dijo otro con un fuerte acento.
Los tripulantes de la nave simplemente acataron la orden.
¿Dónde?
¿Dónde llevas a mis criaturas?
¿Dónde, dónde planeas arrojarlas?
Todos se detuvieron al escuchar el canto de un hombre.
- ¡Rápido! ¡Huyamos! -. Dijo un marino de piel oscura.
- ¡Idiotas! -. El capitán trato de calmarlos y hacerlos hacer su trabajo; pero incluso el temblaba.
Se escuchaban notas y cantos de mujeres y hombres, un sonido que en vez de relajar o ser tranquilos era amenazadores y tenebrosos.
¿Dónde, dónde vas?
Dónde, dónde vas, del mar del oeste al mar del este, el rey quiere saber.
Del sur al norte, el rey quiere saber.
- El rey quiere saber qué intentas hacer con sus criaturas. -. Dijo la voz de una mujer junto a su oído.
El capitán dejo el timón cayendo al suelo, gritando de horror al ver a la sirena que estaba sentada cómodamente justo al lado del timón.
Su cabello era negro su cola era de un color difícil de olvidar recordando a un pez tigre uno de los más venenosos.
- ¡Tú...!
- Me temo que las tortugas deben ser liberadas. -. La sirena tenía una espada delgada en la mano.
Pero él tenía un arma.
La levantó ella ni siquiera era capaz de....
Un rayo salió de la mano de la sirena con gran puntería directamente lo golpeó con fuerza, pero no para matarlo, pero si obligándolo a dejar el arma caer y gritar de dolor.
- Mi señor... Mi señor, la nave debe hundirse.
Corrientes bajo mi mano.
Corrientes frías que arrastran las corazas de los barcos.
Corrientes engullan este navío que ha lastimado.
¡Engullan este barco y no lo dejen salir de las profundidades!
Lo último que recuerda ese capitán de esa noche y lo que farfullo durante su rescate y proceso por caza ilegal y de tráfico de especies protegidas, fue que una ola enorme sumergió su barco, el agua los saco a la superficie y muchas colas de colores liberaron a los animales que ellos habían capturado.
Él rogó ser llevado a una prisión tierra adentro, pues recuerda los helados ojos que le amenazaban si volvía a intentar robar de nuevo a los seres de su mar por motivos tan bajos como la codicia.
No quiso decir con que lo habían amenazado o quién o qué.
Solo temía volver al mar algún día.
***
Emma sonrió a su esposo, le beso y cargando a su hijo de cuatro años, ambos abrieron el café.
Un café con temática de sirenas.
Ella adorno conforme a las experiencias de su anterior aventura, un café con luces tenues dando la sensación de estar en el fondo del mar con tal exactitud que buceadores iban para entrar en ambiente antes de sumergirse, relajarse de no tener un tanque de oxígeno o un peligro por la presión, observando las luces, las peceras, los adornos y la excelente comida y servicio, de noche el lugar se volvía un bar que tenía los mejores cocteles sin mucho alcohol y pista de baile.
Emma lo había abierto en recordatorio de sus amigas.
O eso dijo a sus padres.
Su esposo era el único, aparte del círculo marino que sabía de la existencia y la verdad sobre el pasado de su amada esposa.
Las sirenas no eran malas, ni falacias de los marinos que navegaban durante meses.
Eran reales.
Muy reales.
El hombre llamo al personal que contento comenzó a preparar todo para el día.
- Mmm, el mar al rey llama~
- ¿Dijiste algo cielo?
Emma se congelo al reconocer la voz.
La había escuchado una noche de luna llena, la reconocería donde fuera.
- Las costas la bienvenida nos dan.~
Corrió buscando la fuente del sonido, la voz que se alejaba.
- El rey feliz está, finalmente tierra firme pisará~.
- ¡Cloe!
- Ah~, antiguas sirenas dichosas sean… Ah~, por que el rey del mar tierra firme pisará.
- ¡Rikki!
Emma busco por todo el muelle, cada rubia, cada morena, pero ninguna cantaba ni era a quien buscaba.
- ¡Emma! -. Su esposo le tomo de los brazos viendo sus ojos llenos de lágrimas.
- Eran ellas…ellas estaban...-. Sollozo.
Su esposo Alan la abrazo con fuerza.
***
Colas se agitaban, nadando alrededor de un hombre de hermoso cabello negro largo que se agitaba en el agua, su tridente de oro se empequeñeció se envolvió una cadena dorada alrededor de su cuello del cual colgaba como un dije, su aleta poderosa lo elevó en el agua y salto fuera de ella.
Su guardia personal lo siguieron.
El mar se agitó con gusto y las aletas cambiaron a piernas que se tambalearon un poco sobre la arena.
Un grupo de gente esperaba fuera de la playa.
- Regrese, tía Grace.
- Bienvenido... Azariel.
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El Llanto Del Mar
FanfictionEl Rey Tritón, una leyenda que ha empezado desde hace diez años, la costa en donde la gente habita habla de esa leyenda. "Huye, huye del mar. Huye, huye de la furia del mar. Huye, huye del frío de la oscuridad. Huye, huye que el rey del mar triste e...