Amor que carcome.

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Editado por mi nueva beta! Gracias Kyo-nii por tu ayuda y esfuerzo! A mis musas por su ayuda y sus ideas.
Esto también se acaba....son pocos? Quizá pero está historia acabará con honor y no alargada innecesariamente así que poquitos capitulos jejeje disfruten ya saben sus comentarios y votos los atesoro.!
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Al pasar los días, los lobos pensaron que Derek finalmente estaba bien. Más sus ojos nunca dejaron de mirar al mar; realmente no podía evitar observar el mar con ansias, con ganas de terminar con el vacío que carcomía su alma y lobo.
Supo que algo lo llamaba. Su lobo finalmente había despertado desde la pérdida de Stiles; sintiéndose vivo y con la esperanza volviendo a él.
Aún así algo le molestaba. Era las ansias y la molestia de ver que ese joven se parecía tanto... a la vez que era diferente.
Su parte humana sentía que traicionaba el recuerdo de Stiles.
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Azariel sabía que sus pasos eran vigilados, lo sentía en la forma que se erizaba su piel.
Él estaba allí, al alcance de su mano, más había una trampa, una que el conocimiento del mar le había entregado... La verdad sobre su linaje y el antiguo Rey del Mar.
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Había una vez, un joven que había sido elegido entre sus familiares para llevar la carga de ser el soberano del mar.
Uno a uno, sus hermanos morían de vejez, y sus padres ya habían ido al descanso eterno. Solo quedaba él; más poco a poco comenzó a reunir almas de personas tristes a su lado, aquellos que necesitaban consuelo lo hallaban en el mar.
Cada uno con una historia y un pasado; se unieron a él, viajando en el vasto mar lleno de vida, misterios y... Barcos.
Había enormes barcos que llevaban joyas y oro, telas de Oriente y comida de países lejanos; esclavos o animales exóticos, soldados o armadas, un Rey o un Príncipe que también viajaba.
Fue por primera vez que lo conoció.
Un pirata.
Su barco se había hundido en una trifulca armada entre comerciantes de la marina y los piratas; desde lo lejos había visto el fuego y los cuerpos caer al mar, entre sus súbditos y él, llevaron a los sobrevivientes a tierra.
Pero solo eran cuando mucho cinco o seis, más  al rey le tocó el capitán de la tripulación.
Él tenía el cabello castaño de color oscuro, su piel oscurecida por el sol.
El rey quedó cautivado por él hombre, él cual abrió sus ojos, mostrando un par de ojos aguamarina sin alma, con miedo, el rey del mar huyó de la mirada del capitán pirata. Él cual quedó asombrado por el joven de piel llena de lunares, cabellos negros decorado con oro, conchas y perlas, junto con unos inocentes ojos del color del licor más caro.
En aquella isla no dejó de buscar una pista u observa en busca de la criatura de cola negra que había salvado su vida.
Pasaron días y el pirata trato de verlo de nuevo.
Fue cuando lo vio oculto, dejándole comida: peces, mariscos junto con un cuenco de agua dulce; el pirata que había navegado por los mares quedó prendado a la inocencia del mítico ser, pronto hablaron, convivieron.
Se enamoró.
Uno de ellos.
Dicen que si obtienes el corazón de una sirena o tritón tendrás el mar de tú lado, podrías nunca ahogarte o vivir para siempre, solo hay una advertencia : *Nunca debes traicionarlo, si lo haces, una maldición obtendrás*.
Los mares se enojaran contigo por lastimar a semejante criatura de las aguas.
La tierra se ofendera.
Hay cosas que uno no debe olvidar, entre ellas la promesa que le haces a un habitante del mar.
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Le juro volver, encantado por la dulce voz del tritón que cantaba para él todas las noches, escuchando las tonadas que hechizaban.
Pero fue rescatado, un barco de su tripulación lo había localizado. El tritón lloro, sus lágrimas se volvieron perlas que el pirata guardo.
Prometiendo volver a esa isla por él.
El tritón suspiro triste, pero dejó marchar al dueño de su corazón.
Sin saber que eso, sería su perdición.
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Los piratas normalmente tenían un poco de honor, incluso él más vil, sin embargo, él olvido toda promesa al joven tritón al ver a esa mujer.
Ella no lo quería, estaba comprometida; esperaba por su amado en la costa de ese nuevo puerto, su piel canela dulce, expresión melancólica.
La robo.
Y se oculto junto con ella.
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Ella peleó, casi se mató. Ella amaba a quien el deber llamó. Llorando amargamente durante noches enteras, escuchando al pirata llamarla su esposa, su mujer.
Ella lloro junto con esa canción del mar que rompía el corazón, sintiendo la pena que reflejaba la suya.
Entonces, una noche escucho a los tripulantes.
—¡Él sigue cantando!
—¡Que suerte tiene el capitán, mira que enamorar al Rey del Mar!
—¡Ciertamente las tormentas ni siquiera nos tocan!
Riendo, ambos dieron a la mujer información necesaria.
Ella se enojo aún más.
Ella era una bruja.
Una que supo que hacer.
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Las lágrimas la llevaron, allí estaba él en la roca, cantando. Ella se acercó temerosa.
—¿Quién eres?
—Soy una mujer obligada a ser esposa de un granuja.
—¿Quién te obligó, joven bruja?
—El pirata que amas.
Esa noche los mares se agitaron, y un desgarrador grito resonó.
Él moría.
Lo sentía.
Amar es peligroso para los habitantes del mar. Si sufres es tan doloroso que tú corazón deja de latir, volviéndose una roca de hielo.
Y ellos espuma de mar.
Algunos cuentos se vuelven realidad.
Fue cuando vio el barco llegar.
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El pirata fue en busca de la voz.
De quien le dio consuelo.
De olvido con su voz.
Recordó entonces a el tritón que le había jurado su corazón.
Siempre podía...
Al ver dos piernas en ves de una cola se asombró.
Él le pidió una noche, una de sus noches. "Para saber qué era sentirse amado por él".
El sabía, y le dió eso.
Solo una noche.
Al día siguiente se fue antes del alba; dejando una multitud de perlas tras él.
Él había elegido, ella le había dado un poco de tiempo, más el daño estaba hecho.
El pirata se fue sin saber que lo vería por última vez.
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El hombre noto que ella estaba de mejor humor, sonriendo cuando un pez daba giros en esa pecera. Cantaba y tarareaba, el pirata noto las cartas; pensando que eran del amado de ella que buscaba recuperarla las leyó.
Simples recetas para madres embarazadas.
Se emocionó, claro que sí.
Que mejor que un niño para ser su hijo.
La mujer sin embargo.... Lo había engañado.
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Se enteró al ver al niño, piel como la de ella, sin ningún rasgo de él. Le reclamó, más ella se río en su cara.
—¡¿Creíste qué te amaba?! —. Sosteniendo a su bebé, ella río aún más. La abandonaba en una isla a morir, furioso con ella.
—¡¡Eres mía!!
—¡Prefiero morirme que amarte! —. Ella gritó. —¡Si eres despreciar¡ ¡Maldito! ¡Arrogante e infiel! —. Ella río mientras entonaba. —¡Mientras su voz se apaga no obtendrás ya su corazón!
—¡¿De...?!
—¡Mi maldición!
¡Por cada dolor cien más te seguirán!
¡Traición al amor!
¡Traición al juramento!
¡Sin su voz te quedarás!
¡Sin su protección tú barco caerá!
¡Sin su corazón vivirás!
¡Y sin amor morirás!
—¡Bruja!
—¡Juro ante él! ¡Juro que cuando finalmente nuestras sangres, familia se vuelvan, su descendencia será dichosa! ¡Pirata, capitán sin honor! ¡Por este sea que tú nunca conozcas la redención y el perdón! —. Ella lloraba. —¡Arrepientete, pero ya es tarde.... Ya es tarde!
Él se fue.
Ella fue rescatada por un par de ballenas que la llevaron a tierra firme, donde se encontró con su amor.
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Años después él volvió.
Sin poder olvidar su calor, arrepintiendose de dejarlo.
Se había encaprichado con una mujer que no lo amo.
Tenía el amor allí dispuesto por él.
Quería...
Los habitantes del mar solo lo miraron.
—¡¿Donde está?! —. Él saco su arma, más una tierna voz de un infante le llegó.
Negros cabellos.... ojos como los suyos.
—¡Majestad! ¡Debe regresar a descansar! —. Una de las sirenas trato de llevarse al niño.
¿Majestad?
Pero él único...
Pensó que...
—Él es el nuevo Rey, nuestro soberano...
¡No!
—Él murió después de años de suplicio.
¡No!
—¡Él... Él estaba bien, es un tritón! ¡Él Rey del Mar!
—Incluso un ser como él tiene una debilidad... Amar sin ser amado, mata a cualquier criatura del mar. —Una sirena se llevó al niño sin que el Pirata notará la semejanza con su fallecido soberano.
De inmediato buscó.
Su voz recordó hace años ya no la oía.
Cuando se casó e hizo suya a la mujer fue la última vez que lo escucho.
Ella llora y la canción que resonaba en el mar le hizo dormir bien.
Después, solo silencio.
Cuando lo encontró... Él estaba tan delgado... pálido, casi sin vida.
Una noche y ya.
Entendió su petición.
Dejando de lado al niño cuyos ojos más sabios de lo normal le miraron con pena.
Cuando el nació, el Rey del Mar vivió solamente unos años más. Rescatando a la bruja que le había dicho la verdad respecto a su amor; una confidente y amiga que sufría por su secuestro. Si el pirata se enteraba de su magia... No viviría.
Ella entonces le propuso algo al rey.
No dejar al mar sin un rey.
Él aceptó, con su  magia, con su ayuda pudo tener una noche, una sola y él pudo nacer.
El pequeño miro a su otro padre olvidarlo, irse buscando a quien había dejado atrás para cumplir un capricho, olvidando su juramento.
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Pero empezó la matanza indiscriminada de sirenas, buscando las perlas que sus lágrimas creaban, su carne que decían, daba la eternidad. Así que el rey las oculto en tierra lejos de la crueldad, renunciando a la eternidad y al mar.
Así la sangre del rey creo que propio árbol.
Uno donde el penúltimo nombre era la fallecida Claudia, y el último era Stiles.
El mar finalmente le reclamo.
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Stiles lo había escuchado, entre las mareas de esos diez años, temiendo que su destino termina igual.
Pero fue antes de su despertar que Derek lo había dejado.
Además... Él era un lobo.
Suspiro, no sabía que hacer.
Fue cuando tras él se escucha el sonido de la arena.
Giro encontrándose unos ojos verdes.

El Llanto Del MarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora