Efi tiene tres condiciones: El amor no es para ella, del pasado no se habla y "rojo" significa peligro. Avan es el rojo del que debe huir.
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Desde pequeña Efi ha aprendido a esconderse, a no sentir de más y a guardar secretos. Sin embargo, tambié...
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Avan.
Termino de colgar la llamada para darle mi atención a la chica que se encuentra toda temblorosa frente a mí. Está más pálida de lo normal, pero sigue luciendo preciosa enfundada en un vestido suelto de un color que hace que resalte su cabello.
Ella es tan jodidamente hermosa que a veces no parece real.
—Hola.
—Hola —contesta en automático. Tiene esos brillantes ojos grises muy abiertos.
No voy a mentir; Efímera es sin duda una mujer que llama la atención en cualquier sitio al que vaya. Es preciosa. Como una belleza fuera de lo común con ese cabello grisáceo y esa boca rellena y rosada. Debo admitir que incluso me gusta el piercing de aro en su nariz.
De no ser porque no ha dejado de comportarse hostil conmigo desde que llegó, probablemente la habría invitado a salir desde el principio. Por ahora sólo estoy confiando en lo que me dijo Elena sobre que Efi en realidad es muy tierna pero que no le di una buena primera impresión. Espero cambiar eso.
—¿Llevas mucho tiempo allí? —pregunto con una sonrisa ladeada y ella traga. Pero levanta la barbilla como siempre hace y mantiene sus ojos en mí.
Me agrada su actitud desafiante, la manera en la que esos iris me absorben.
—No. Sólo recorría la galería y llegué hasta aquí por casualidad —responde altiva.
Dirijo la vista al amigo que se encuentra detrás de ella. Es alto y de cabello castaño.
Este es el mismo tipo que estaba con nosotros en Dandelion; lo he visto un par de veces con Marena y ahora siempre con Efímera. Él me sonríe.
Veo unos segundos a Efi antes de volver al hombre. Parece que ella quiere asesinarlo con la mirada.
—Hola, un gusto verte de nuevo —digo extendiendo mi mano hacia él para estrecharla con la suya—; no sabía que traerías a tu novio, chica lista.
—¡No es mi novio! —corrige Efímera enseguida—. Es mi mejor amigo, y mi asesor...
—Soy su peluche —interrumpe el hombre mientras sonríe y estrecha mi mano. Creo que si chica lista lo sigue mirando así en cualquier momento desaparecerá—. Gary Allen, un placer. Soy el refuerzo de Efi, el que le cuida las espaldas.
