Wattpad Original
Te quedan 16 partes más de forma gratuita

Capítulo uno | Una vida de colores

17.1K 1.1K 297
                                    


Capítulo uno | Una vida de colores

Capítulo uno | Una vida de colores

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

***

     Debería comenzar con un: Me levanto en esta preciosa mañana soleada de invierno lista para devorar mi delicioso desayuno...

     Pero lo cierto es que, de hecho, ya son pasadas las nueve, la mañana está nublada y me encuentro sentada en la barra de la cocina rezando para que lo que sea que mi mejor amiga vaya a servirme no me envenene.

     Como que su «te prometo que he aprendido a cocinar» no logró convencerme del todo.

    —Lena... —digo por lo que cuento como la vigesimotercera vez hoy. Por supuesto que ella no me presta la más mínima atención y sigue hablando más consigo misma que conmigo.

      Me obligo a respirar hondo porque no busco terminar con el trauma emocional de haber matado a mi mejor amiga.

     —Lena... —siseo, vigesimocuarta vez en el día. Respiro de nuevo la brisa mañanera. Bien dicen que la vigesimoquinta es la vencida—. Lena... Lena.. Elena... ¡Lena! ¿Ya terminaste? Mis tripas rugen. —Hago un puchero y eso la hace reír.

     Honestamente, en este punto me comería cualquier cosa. Tengo mucha hambre. Además, Elena fue terca y no me dejó prepararme mi desayuno, ni siquiera me dejó acercarme a la cocina.

     —Prepárate para ser sorprendida —canturrea finalmente, dejando un plato frente a mí. Me sorprende que de hecho no huela mal y que se vea bastante provocativo. Es alguna mezcla rara de colores que se ve bien para mí—. Anda, anda, pruébalo —apremia dando saltitos en el mismo sitio.

     Tiene un delantal blanco y rosa que contrasta con su melena rojiza. Parece una niña pequeña orgullosa de haber ayudado a su madre por la mañana.

     Llegué aquí hace tres días, en la noche, y lógicamente lo primero que hice fue dormir profundamente hasta la tarde del día siguiente. Dedicamos el resto del día a acomodar los muebles de mi habitación y a ponernos un poco al corriente, no demasiado porque necesitábamos descansar así que tampoco salimos. El día siguiente, que se traduce a ayer, lo utilicé todo para organizar las cosas del trabajo, ya que sé que no tendré mucho tiempo para hacerlo en lo que resta de semana.

     No he tenido ganas de salir. Por alguna razón, sentía que tenía demasiadas cosas que poner en orden aquí antes estar lo suficientemente relajada como para conocer la ciudad. Quiero disfrutar esa experiencia sin preocuparme por las mil y un cosas que tengo pendientes.
        

Prisma © |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora