Capítulo dos | Reunión privada
***
Justo en este momento todas mis neuronas están concentradas en una única y vital tarea: Intentar recordar la máxima información que Elena me ha dado de sus amigos. Me doy cachetadas mentales mientras me reprendo por no haberle prestado la suficiente atención en su momento.
Estoy aquí, por fin fuera de mi habitación y con lo único que cuento es con una mente en blanco. Genial.
Me encuentro sentada sobre la barra de la cocina, a pocos centímetros de la encimera, frente a la cual la radiante pelinegra que acabo de conocer apoya sus manos. Es inexplicable el alivio que sentí al ver que solo había una chica detrás de la melena pelirroja cuando abrí la puerta de mi habitación; creí que ya habían llegado más personas.
—Re, ¿puedes ayudarme con las bebidas? La nevera no hizo hielo —pide Elena en un puchero a la recién llegada. Ella rueda sus ojos hacia la pelirroja y me sonríe. Le devuelvo el gesto.
Se llama Xia-Reese, pero me ha pedido que le diga solo Re para evitar pronunciar mal su nombre, así como yo le he dicho que me llame solo Efi. Es alta, bonita, de piel clara y cabello negro que no es ni muy largo, pero tampoco corto; lo lleva por los hombros. Un rasgo particular resalta en su rostro: dos lindos ojos rasgados, de un color almendrado. Elena la ha presentado como su «diosa asiática» y puedo entender por qué. Lleva pantalones oscuros, una chaqueta y botines parecidos a los míos, su camisa es clara con estampado floral.
Sé que no debo catalogar a las personas y menos si acabo de conocerlas, pero Reese tiene este aire de chica dura, como que no se deja doblegar fácilmente.
—Bastante fastidiosa la pelirroja, ¿no? —bromea hacia mí—. No sé cómo puedes aguantar veinticuatro horas seguidas con esta idiota.Reese y yo llevamos quizás cinco minutos respirando el mismo aire, y algo que he podido notar es que es sarcástica y tiene buen sentido del humor, eso me gusta.
—¡Reese! —Río cuando Elena se vuelve y da un codazo a la mencionada. Ella le sonríe; hay una especie de complicidad entre ellas dos que me agrada—. No mientas, señorita corazón de piedra, tú me amas.—Claro. Lo que te haga feliz. —Reese toma uno de los pastelitos de la mesa y prácticamente, lo devora. Mientras tanto, Elena comienza a servir tres vasos de refresco. Yo observo desde la barra—. ¿Por qué es que tu nevera no sirvió?
—No lo sé, pero vas a ayudarme. Ve poniéndole hielo a eso —indica Lena, apartando un mechón de cabello rebelde de su rostro. Lo lleva muy largo, quizás un pequeño corte le vendría bien.
ESTÁS LEYENDO
Prisma © |COMPLETA|
RomansaEfi tiene tres condiciones: El amor no es para ella, del pasado no se habla y "rojo" significa peligro. Avan es el rojo del que debe huir. ••• Desde pequeña Efi ha aprendido a esconderse, a no sentir de más y a guardar secretos. Sin embargo, tambié...
Wattpad Original
Te quedan 15 partes más de forma gratuita