*[ E S P E C I A L 3 ]*

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TRABAJO

Tal vez puedes pensar que un trabajo es la cosa más sencilla del mundo, o que un joven como yo no debería estar trabajando, si no estudiando, tienen razón, pero yo necesito el dinero, aunque mi trabajo no sea el mejor, es más ODIO mi trabajo, más por los "clientes" que debo atender, siempre hacen desastre en cualquier habitación, pero tengo que trabajar si quiero estudiar, porque últimamente mi familia entro en crisis. Hola mi nombre es Risru, para los cuates, tengo 17 años, y ODIO cómo cuidar niños.

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Me encontraba acalorado, había corrido desde mi escuela hasta esta casa, la numero 13029 de la calle Utatemitta, curioso que ese número es algo similar al de casa la numero 29113, pero no le tomo mucha importancia porque solo necesito el dinero, me observo antes de tocar la puerta, tengo que verme presentable, esto es un trabajo después de todo, en fin toque la puerta esperando respuestas para comenzar con el trabajo más horrible del mundo.

—Buenas tardes, ¿usted es el joven Risru?—pregunto un señor albino algo trajeado, se veía costoso su traje, y un portafolio de cuero.

—si soy yo encantado de conocerlo señor— extendí mi mano como muestra de saludo, a lo que él correspondió.

—cariño, ya debemos irnos— alzo la voz para esperar a una señora de cabellos aquas con un vestido de gala, creo que esta gente tiene mucho dinero —Joven por favor cuida a nuestro Niño, esta adentro jugando— al decir eso la pareja subió a su carro y dio marcha, por lo que entre para ver al pequeño monstruo.

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Entro a la habitación en busca del nuevo cliente que tengo que cuidar, la habitación parece limpia, tengo mala espina de esto, miro hacia todos lados en busca de un niño mimado, pero con lo encuentro hace que una sonrisa aparezca en mi boca —H-Hola..¿tú eres el que cuidará a Silvana?— pregunto ese niño de cabellos blancos con mechones aquas, con sus mejillas rosadas, se veía muy tierno, pero eso no le quita que sea un diablo, a lo que solo asentí y lo intente ignorar, algo que fracasé.

—ven pequeño vamos a jugar— mencione mientras reía y traía algunos peluches que estaban en la habitación del menor, a decir verdad, creo que es divertido cuidar a este niño, es muy tranquilo y dulce, se ve tan lindo cuando duerme —descansa pequeño— lo lleve a su cama y le acaricie la cabellera, para estar en la estancia de la casa esperando a sus papás.

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Día 1
Hoy me encuentro feliz, esperando que ya sea la salida, nuevamente tengo que visitar esa casa, y lo mejor es que lo tengo que cuidar todo el fin de semana, pero me pregunto porque no se llevarán al pequeño con ellos, no es que me incumbe, si no, me inquieta.

—pequeño, ya estoy aquí— mencioné alegre al ser recibido con un abrazo del menor —¿también me extrañaste?—lo alcé provocando que soltara una risa, muy tierna para decir la verdad.

—Cuidarás a Silvana de nuevo— ríe con ternura, es lindo escucharlo, estuvimos jugando un rato con sus peluches, para después hacerle algo de cenar, algo que me estuve preparando con anticipación para poderle preparar mi comida favorita, carne de hamburguesas, esta vez me saldrán perfectas.

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