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TE ENCONTRÉ

Un pequeño castaño de ojos morados, se encontraba en su habitación, él siempre decía que le aburría estar en su casa, él nunca le veía sentido ser de una familia adinerada, él hubiera preferido que nacer en otra familia con menos dinero, pero que podía hacer, sentía que su vida no cambiaría. La puerta de la habitación fue abierta, encontrándose con las dos niñas que siempre lo hartaba, y un niño algo sucio, que se podría decir que su cabello era café lodo, al parecer los tres habían venido a mostrarle los dibujos, los dibujos eran muy curioso para los niños, una princesa, un pony y un monstruo,reconocía los trazos de las menores así que podría decir con toda seguridad que era el dibujo del niño, al darse cuenta que su cara era una mueca soltó lo primero que vino a su mente —ustedes dibujan mejor que yo— para después reír, sin dejar de pensar en el dibujo, pero los niños sonrieron, el mayor los siguió, con el pretexto de jugar con ellos, observó varias conductas del niño, como solo asentir o hacer las cosas que dicen, aunque tratara de hacerle plática no hablaba, y cuando veía algo te tierra del jardín se la colocaba en el cabello, le daba mucha curiosidad el saber de sus actos, por eso cuando el niño decidió irse, lo siguió —oye pequeño, me gustaría escuchar tu nombre, yo me llamo Luz ¿cuantos años tienes? Yo tengo 8— aunque sus intentos de hacerlo hablar eran en vano, obtenía algunas respuestas de sus preguntas, como "no se" alzando sus hombros, o "6" mostrando sus dedos, después de caminar un rato, el pequeño lo detuvo y comenzó a empujarlo hacia atrás mientras temblaba, el mayor no sabía porque el pequeño estaba asustado, pero solo le hizo caso fingiendo irse.

—pequeño demonio dónde estás— un grito de una voz muy grave hizo que el menor se retirara corriendo, pero el señor no le hizo nada malo, solo lo cargo, pero había algo que le decía que no todo lo que se ve se cree.

Los días pasaron, y el pequeño castaño iba a esa casa donde el pequeño niño entró, aveces se quedaba jugando con el niño adentro de la casa, y aveces se quedaba afuera solamente vigilando, el niño comenzaba a pronunciar algunos monosílabos era más fácil comunicarse con el, o le hacía dibujos para expresarse.

El día de hoy estaban festejando el cumpleaños número siete del menor, jugaban adentro de la casa, claro el señor que vivía con el niño no estaba —cuidado pequeño, ten cuidado— mencionaba mientras lo seguía atrás, al parecer jugaban a las traes, en eso sin darse cuenta el pequeño cayó en el piso tumbando un vaso de agua en su cuerpo —Pequeño—el castaño rápidamente lo levantó creyendo que lloraría al sentir el impacto del golpe, al levantarlo siento el agua en la ropa del menor —pequeño, necesitas bañarte o cambiarte la ropa, ¿que te gustaría?— pregunto, pero el pequeño solo lo miro, lo que él castaño comenzó a actuar para que le entendiera, el menor término optando por bañarse, y quien no, estaba sucio el pequeño por tanta tierra y lodo que se colocaba en el cabello, él castaño sujeto la mano del pequeño y lo llevó al baño, ya se había memorizado la casa desde hace un año que lo ha acompañado, al llegar al baño y el pequeño estar listo para bañarse —tendrás cuidado con los ojos verdad pequeño— mencionó el castaño para ayudarlo a mojar el cabello, el cual estaba muy duro por el lodo, el castaño continuaba limpiando el cabello, descubriendo que el cabello escondía un linda pelo blanco, se quedó mirando un poco y le sonrió, para continuar bañando. Después de bañarlo lo comenzó a vestir —bien, pequeño, solo la camisa y ya— menciona el castaño colocándole la camisa

El pequeño solo sonreía, le gustaba pasar tiempo con él castaño —L-Luz— pronunció para abrazarlo, lo que él castaño correspondió, pero se escuchó la puerta abrir, el menor se asustó y se escondió de tras del mayor

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