Capítulo 4

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Francia

"El atentado ya tiene a los primeros sospechosos del atraco, después de una semana, se ha dado con el nombre de Felipe Toro y Andree Joy, siendo este último catalogado como el jefe de la banda, el robo el pasado sábado dejo a toda Irlanda horrorizada, por la crueldad cometida en el acto, el local aún está siendo indagado buscando nueva información para dar justicias a las personas asesinadas ese fatídico día, por parte de los sobrevivientes y las familias de las victimas están con sed de justicia"

Las noticias, no habían dejado el tema, era obvio que, en Mullingar, no pasaban estas cosas y el hecho aun conmocionaba a todos, pero era distinto verlo de a fuera que haberlo vivido, Tales, el ladrón que se apiado de mí y de la pequeña Ayleen ahora tenía nombre y era Felipe, su vista, su cuerpo, aún recuerdo cuando estuvo a dos pasos de mí. Sentía que el oxígeno me faltaba cada vez que recodaba lo cerca que lo tuve, lo cerca que estuve de morir.

No he podido dormir bien por las noches, los disparos resuenan en mi cabeza y trato de controlar el miedo que tengo después de una semana, Max se ha vuelto fundamental, él me ha estado ayudado bastante a calmar mis nervios, aunque fuera con un pequeño abrazo. La pequeña Ayleen esta casi más afectada que yo, la llamo todos los días para saber cómo esta.

Esa noche, agradecí que Niall Horan no estuviera en casa, pude entrar y no quise procesar que el que ahora era mi ex mejor amigo había tenido una hija, era muy extraño, era loco pensarlo incluso. Sentí desilusión al enterarme que también era un completo idiota con su hija, él estaba metido en su mundo.

Entre el asalto y la aparecida repentina de Horan en mi vida, he estado agotada, la señora Lois me dio la semana libre y ya mañana volvía al trabajo. Creo que era lo mejor para despejar un poco mi mente, necesitaba salir del shock postraumático.

-Crema de maíz, con pan tostado-se acercó Max, con dos platos para sopa, le di una sonrisa

-Gracias amor-recibí mi plato, corrió por las cucharas y una botella de jugo.

-No hay de que nena-nos sentamos a cenar en el sofá, nuestro comedor aún no llegaba- ¿Como estas para mañana Fran?

-No te mentiré que un poco nerviosa, pero creo que es lo mejor, así no sigo viendo la televisión hablando una y otra vez lo mismo-comencé a servir el jugo

-Tú sabes que si quieres te puedo ir a dejar-recibió gustoso el vaso- Para mí tranquilidad mental también sería bueno que te fuera a dejar

-Lo se Max... ya te dije que sí, de todas maneras-le di una pequeña sonrisa

-Y tranquila bebe-dejó su plato casi vacío en la mesa de centro para darme un pequeño beso en la frente- ahora tu sexy novio será el policía que detendrá a los malvados villanos de Mullingar -reí

-Serás el mejor sin dudas-también deje mi plato a medio terminar- Te amo -lo bese

-No sé qué haría sin ti-susurró para seguir nuestro beso.

La alarma sonó, era la primera noche que había dormido completamente, sonreí cuando veo a Max, observándome. Me dio un pequeño beso en la nariz para luego correr por el baño, maldito, era nuestra ley, el primero que entra al baño no hace desayuno. Con el sueño aun en mí, me levante con pereza.

Mis pies tocaron el frio piso de cerámica de la cocina, con lentitud tome la caja de cereales, hoy no tenía mucha inspiración para pensar en que desayunar, así que el café, con dos bowls de cereal con leche, era lo que tenía que conformarse Max.

- ¿Ni siquiera tostadas? – hizo un puchero llegando con una toalla y su cabello mojado

- Me pillaste desprevenida, no jodas Maximiliano-dije de poco humor

- Gruñona...-me iba a besar y me aleje

- No me he lavado los dientes...

- No importa-me tomo desprevenida para unir mis labios con los suyos, sentí el sabor a menta-Te amo

Luego de dejar las tazas en el fregadero, ya vestida y bañada, tome mi bolso, estaba emocionada de volver a ver a mis niñas. Trabajar en un orfanato era duro pero lo más satisfactorio de la vida cuando lograban ir con una buena familia, una familia que las querían y no se sentían como la pequeña Horan. Mi cabeza a estado en el asalto y en Ayleen.

Es algo que no dejo de pensar ¿Cómo el chico más amoroso de este planeta tierra ahora era un completo patán? entendía que no cumpliera sus promesas como mejor amigo, tal vez era un novio terrible pero nunca pensé que Niall Horan, sería un asco como padre.

En la radio comenzó a sonar música de One Direction como si los hubiera invocado, Max comenzó a conducir para el orfanato, y un pequeño recuerdo de Horan llego a mí.

"Sin duda Fran, si pudiera, tendría todos mis hijos con mi mejor amiga, porque las demás chicas no los amarían tanto como tú"

- ¿Paso algo? -Max tomo mi mano- Estas muy callada

- No nada-sonreí

- Llegamos...por favor cualquier cosa

- Te llamo...

- ¿Cuídate sí?

- Cuídate tú, te amo-lo bese por última vez antes de bajar del automóvil

Ya Débora y Atenea me esperaban en la entrada del lugar, estaban con sus pequeños uniformes escolares saltando de la emoción. Cuando puse un pie afuera escuché sus chillidos.

- ¡Fran! -ambas niñas corrieron a mis brazos y las tomé como pude

- ¡Niñas tengan cuidado! - la inconfundible voz de la señora Lois

- ¿Cómo están preciosas? -bese la frente de cada una

-Estábamos tristes porque no venías, pero ahora estamos mejor-dijo Atenea

-Bueno por lo que veo ya tienen que partir-acomodo mejor sus mochilas

- ¿Nos puedes llevar? -preguntó tímida Débora

-Claro que sí

-Niñas, dejen respirar a Francia -regaño Lois lo cual me hizo reír

-Tranquila señora Lois si sabe que adoro con mi vida a estas malillas, así que vamos, aprovechémonos de Max- Lois, rio y me dio un pequeño abrazo mientras las chicas subían a la parte trasera del automóvil.

-Me alegro qué estés bien-sonrió una vez más

-Gracias por los días...

Ella guiño el ojo y me dio el pase para ir a dejar al par de revoltosas a la escuela, luego de que me llenaran de información sobre lo que había pasado la semana que falte ambas puntuales entraron a la primaria.

-Dios, no sé como trabajas con niños- hablo Max notablemente abrumado

-Son maravillosas

-Y yo que pensaba que tu hablabas demasiado-se burlo

-Eres un idiota-le golpee levemente su brazo

-Te amo

-Yo a ti

-Bueno nena ya fuera de tu trabajo te deseo lo mejor para hoy

Mire el lugar y respire hondo, se venía una larga semana sin duda.

Idiota «Niall Horan»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora