II

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Capítulo 2.

Dos años.

Ese era el tiempo transcurrido. Y no se había dado cuenta de ello hasta que vio las hojas desgastadas de un almanaque que yacía sobre una de las mesas. Le parecía increíble lo rápido que había pasado el tiempo por aquella ciudad fantasma en la que cada alma temía a la muerte pero no se daban cuenta que ella era su única aliada o en algunos casos era una enemiga despiadada.

Se había dejado caer en una de las camas, notando lo rígido que se encontraba el colchón que residía debajo de su espalda. Y es que la doctora no era una persona de lujos, más vivía de forma normal sin esos costosos muebles y gustos que el fallecido millonario solía darle a la pelirroja y a todos aquellos héroes que podía reconocer como su familia.

Habían terminado de desempacar las pocas cosas que habían reunido de la antigua vida de la pelirroja, y es que muy pocos recuerdos tangibles quedaban de aquella mísera vida de sube y baja en la que un paso en falso se escribía fuertemente en la memoria como aniquilación teñida de un color escarlata. Por esa razón decidió levantarse a pesar de que no había descansado ni un minuto, porque ella sabía lo que necesitaba, y necesitaba recuerdos.

Colocó unas gafas de sol cubriendo los orbes esmeralda que cargaba como ojos y una peluca de color negro recubría su llameante cabellera que le delataría a instantes, el mundo no estaba listo para recibir la noticia de que incluso los fantasmas que iban al infierno podían volver con una sonrisa en el rostro. Porque ella había vuelto dejando temporalmente una vida llena de lagunas atrás, una vida a la cual todavía seguía aferrándose con ambas manos blanquecinas. Debía ocultarse y de alguna forma eso le molestaba, sentía que su basta vida se basaba en vivir en las sombras, en ese abismo completamente oscuro que le aterraba y del cual no podía salir.

Estaba perdida pero por una vez salió de su lugar de hospedaje con una decisión clara en su mente, un único lugar a donde llegaría. La doctora se ausentaba en esos instantes por lo cual había decidido ignorar esa absurda amenaza de no salir pasase lo que pasase, y es que en ese pequeño hogar en el que ambas mujeres vivirían no había mucho con lo que entretenerse, ni siquiera la televisión funcionaba a la perfección, tenía pequeños detalles que necesitaban ser arreglados, como la humanidad en su integridad.

No tardó en llegar a su destino, para su sorpresa, ese infame piso de Blair no quedaba lejos de ese inhóspito lugar que esperaba solucionara sus dudas, su necesidad de algo real, porque todo le parecía una fantasía de esas letales, de esas en las que todo va bien hasta que llegaba un punto en el que la tristeza volvía a retomar sus riendas en el asunto.

Carraspeó fuertemente mientras sentía el eco de sus pisadas resonantes en las hojas caídas y amarillentas. Otoño, era otoño, o a esa conclusión podía llegar ella ya que la brisa le daba un frío un tanto espectral y las hojas se extendían por cada árbol de un mismo tono, amarillo o en algunas ocasiones de un naranja intenso.

El cementerio.

Ese había sido su destino y no estaba buscando cualquier vieja lápida de alguna persona que hubiera conocido en su vida, estaba buscando la suya propia en un mar de tinieblas grises. Podía leer todo tipo de nombres allí, algunos incuso llegaban a sonarle familiar a la rusa que se detenía lentamente en el lugar de descanso de los muertos, ese que quizás por un tiempo había sido el suyo. Pero ella lo sabía internamente, su cuerpo jamás había estado allí, siempre se había quedado en el duro suelo de Vormir, al final de ese acantilado donde el cielo y la tierra se unían en un abrazo mortífero.

Pero de alguna forma SHIELD lo había recuperado, y era su deber averiguar cómo esos agentes testarudos habían logrado quitarle su castigo eterno en el ardiente suelo infernal que existía tras la muerte, no importaba que tan grande era tu deseo de redención ya que siempre terminabas pagando todo aquello que llegabas a hacerles a las personas inocentes, ella lo había pagado tanto en vida como en muerte.

BLUE STORM─ Romanogers.Where stories live. Discover now