Friend Like Me

Robos

—¡Vuelves a hacer eso y te juro que te voy a triturar los testículos y haré que te echen en Flegetonte!

—Darren... Yo solo quería ser de ayuda de alguna manera. —Explicó el ser frente a él.

—¿En que me ayudas poniendo un perro muerto en su puerta? Solo quieres asustar gente y eso no es para lo que existes.

—Escuchame, yo existo milenios antes que tú y no tengo por qué mantener debajo de ti. —Dijo al ver que ya se iba del lugar.

—Sabes bien que las cosas aquí no funcionan por que seas más viejo, no somos humanos. —Respondió caminando lentamente hacia el. —Acá funcionamos por rangos y sabes bien quien de los dos está en un mayor puesto. Podría cagarme en tu boca y lo mejor que podrías hacer es darme las gracias. —Luego de decir eso se dió media vuelta y dejó la cueva donde estaban antes de que pudiera responder.

—Hijo de puta.

...

—Erika, no necesitas tanta tecnología. —Explicó el de pelo castaño con una pequeña sonrisa. —¿Porqué no usas el dinero de comprar un nuevo teléfono en otra cosa?

—Por que quiero hablar con mis amigos, escuchar música y todas esas  cosas que la gente hace en su teléfono. —Respondió observando sus pies en el agua.

—No tienes por que siempre estar hablando con tus amigos, no eres su oxígeno y puedes escuchar música en CD's.

—Supongo que si tienen buenos discos puedo escucharlos así, pero igual necesito hablar con mis amigos.

—Tua amigos... Hola... ¡Estoy sentado justo aquí! —Dijo sacudiendo sus manos en el aire.

—¿Soy yo o intentas ponerte sobre mis amigos? —Preguntó mirándolo con los ojos entrecerrados. —Sabes bien que lo nuestro es solo mientras yo esté aquí, luego seguirá todo igual hasta que nos volvamos a ver.

—¡Es por eso! Quiero que mientras estés aquí estés desconectada, que disfrutes todo esto. —Explicó. —¡Todo esto! —Repitió pasando sus manos sobre su entrepierna.

—Puedo disfrutar todo teniendo un celular, quiero decir no voy a pasarme las 24 horas del día corriendo por el campo o encima de tu pene.

—Bien. —Dijo al parecer molesto y se levantó del pequeño muelle en el que estaban para irse de allí.

—¿A donde vas?

—Tal vez a ordeñar una vaca. —Respondió sin mirarla y rápidamente entendió a que se refería ya que en la propiedad de su tío no había ni una sola vaca.

...

—Ciro... —Dijo seguido de un corto quejido al sentir como la mano del mencionado tocaba sus gluteos.

—¿No aguantas otra ronda? —Preguntó el mayor mirándolo con una pequeña sonrisa.

—No lo sé...

—Vamos... Hace mucho que no lo hacíamos. —Pidió acercandolo un poco más a su cuerpo.

—Está bien. —No le tomó mucho tiempo a Ciro ponerse encima del menor y a los pocos segundos ya este se encontraba gimiendo debajo de él.