08| El comienzo

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Las hojas de los árboles caían sin parar y abrumaban a Adhara. Creaban un sonido espantoso que le retumbaba en los oídos que parecía que sangraban. Estaba sola en el medio de la nada y además de los árboles el lugar estaba en total silencio.

—¡Adhara!—escuchaba que gritaban su nombre desde todas direcciones.

Sus oídos comenzaban a brotar sangre que corría por todo su cuerpo y sus manos rojas manchadas con su propia sangre ya no parecían inofensivas. De la nada una daga dorada apareció en sus manos y osaban en apuñalarla directo en su corazón donde una gran mancha negra comenzaba a formarse.

Adhara abrió los ojos lentamente y no hubo necesidad de achinarlos puesto que había despertado a oscuras en lo que parecía ser la enfermería. Nunca antes se había sentido de esta forma, tan adolorida que no era capaz de escuchar los latidos de su corazón. Tan cansada que hasta respirar se le dificultaba. Aquella pesadilla que había tenido sólo contribuía a su dolor. Todo daba vueltas y la presencia de un cuerpo extraño—que aparentemente se encontraba dormido—no la ayudaba a calmarse en lo absoluto.

No podía llamar a Madame Pomfrey porque tenía la garganta demasiado seca. No podía ni pasar saliva. Entonces estaba sola, sin poder llamar a alguien, cansada, adolorida y asustada del ser que dormía plácidamente a su lado. Cabe recalcar que le estaba agarrando la mano y eso hacía que ella se asustara aún más.

—Ahora de verdad vas a odiarme...

Adhara dirigió su mirada al azabache que acababa de hablar. ¿Qué hacía ese aborto mal hecho en la enfermería cuidando de ella? Adhara lo golpeó en la cabeza—lo que probablemente le dolió más a ella que a él—y James despertó de un golpe...literalmente.

—No me mates. No quería hacerlo—dijo James, cubriéndose la cara con sus manos.

Adhara quería responderle que lo asesinaría con sus propias manos cuando pudiera salir de la maldita enfermaría pero un sonoro quejido fue lo que salió de sus labios.

—No hables. Madame Pomfrey dijo que tus cuerdas vocales necesitan reposo. Parece que la bludger chocó directamente con tu cuello...y has estado inconsciente 2 días.

¿Dos días? Adhara acababa de perder tiempo para ponerse al día con los deberes, la primera salida a Hogsmeade y tiempo para molestar a James hasta la médula.

—Debes...es...tar bromean...do.

—Malfoy, ya te dije que no hables.

La joven necesitaba explicaciones y lamentablemente no podia pedírselas.

—Em, yo...esto—el joven no dejaba de balbucear y Adhara tenía ganas de darle otro golpe en la cabeza—Bueno, yo quería disculparme por haberte lanzado esa bludger. Supongo que estaba cegado por ganar el partido que no me importó lo que te ocurriera. Aunque no lo creas si me importa lo que te pase...Tengo este sentimiento raro desde que te vi llorar luego del castigo—Adhara cerró sus ojos bruscamente, había pensado que quizá solo había sido parte de su imaginación—y pensé que quizá si hablaba contigo sobre eso podría descifrar lo que era. Parece que no lograremos entablar una conversación, ya sabes, no puedes hablar.

La rubia le hizo una seña para que se acercara y con todas las ganas del mundo dijo—Pero aún...te puedo...insultar. Carademoco.

Adhara Malfoy GreengrassDonde viven las historias. Descúbrelo ahora