Estaba haciendo correcciones que debía entregar en el trabajo. Habían logrado realizar las reparaciones que hacían falta en tiempo récord y habíamos retomado el trabajo en pocos días. Normal, rutinario, pero bueno al final. Bajé las últimas fotografías que habían enviado los corresponsales a la oficina y se los pasé a los periodistas del siguiente turno. Dijeron que podía irme ya. Jo, que bueno.
Me levanté con mi celular en la mano y tomé mi cartera y mi abrigo para irme pronto. Le lancé un beso a mi compañera más cercana, que saldría en poco tiempo al igual que yo, y me dirigí a entrenar sin mirar atrás. Pasé por café antes, y compré tres porque había una promoción. Era una cafetería cercana al gimnasio esta vez. Iba un poco más temprano de lo habitual.
Me quité el abrigo y, aún con mi jean y mi camisa blanca de botones, me acerqué a saludar a los dos chicos de la recepción.
—Hey, chicos. ¿Cómo están?— les tendí un café a cada uno.
—Pues bien, Caro. Llegas temprano— me dijo el primero. Asentí.
—Me soltaron antes del trabajo.
—Qué guay— me respondió.
Miré a algunos de los que estaban cerca entrenando y me enderecé para ir a cambiarme. Necesitaba comenzar mi momento feliz del día.
—Jo, no te aguantas— rió uno de ellos. Les sonreí.
—Saben que no— apuré mi café— me voy. ¿Llegó ya Carla?— ella era mi entrenadora.
—No aún, linda. Al parecer faltará lo que queda de semana. ¿No te avisó?— negué extrañada.
—No.
—Hay un entrenador nuevo, viene muy bien recomendado. Él te entrenará— asentí.
—Iré a cambiarme.
—Está bien, guapa. Gracias por el café— me lanzaron besos y me fui de ahí riendo.
Me lavé la cara y me hice una trenza en el cabello. Llené mi termo con agua y una medida de energizante. Me lavé los dientes y me cambié a la ropa deportiva. Esta vez me puse mis deportivos nuevos. Combinaban con el leggin negro y el bra gris. Guardé todo en el casillero y paré un momento a avisarle a las chicas que llegaba más temprano hoy.
—Hoy no iré, tía. Mi madre viene de visita e iremos a casa de mi hermana— escribió Majo.
—Hay una novia difícil por aquí— dijo Maga. — Te toca sola hoy, ami.
Yo mandé caritas tristes y el éxito para mi amiga. Una visita de su madre siempre la ponía feliz. Ellos vivían en Alicante. Suspiré y fui en busca de la caminadora para comenzar mi pequeña sesión de cardio antes del entrenamiento fuerte.
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UN BUEN AMOR (TERMINADA)
RomanceCarolina Diaz se mudó a España siguiendo sus ilusiones y sus sueños más locos. Tenía en su corazón una quimera a la que dejó de cuidarla lo suficiente como para que dejara de serlo. Ahora debe enfrentarse a sus fantasías vivientes mientras al mismo...