Carolina Diaz se mudó a España siguiendo sus ilusiones y sus sueños más locos. Tenía en su corazón una quimera a la que dejó de cuidarla lo suficiente como para que dejara de serlo. Ahora debe enfrentarse a sus fantasías vivientes mientras al mismo...
Antes de que comiencen a leer me encantaría aclarar un punto en caso de que haya algunas confusiones hasta ahora e incluso evitar algunas futuras.
Esta novela es un poco confusa por la cantidad de crushes que tiene Caro, así que vamos a ello.
Pablo Alborán tiene un papel en la historia como cantante. Recordemos que es el artista favorito de Caro, Maga y Majo. Va a aparecer, pero no va a tener mucha reelevancia porque él interviene de otra forma, que es en el físico de Matteo Vega (el crush estadounidense). Si, sé que está un poco raro, pero es el personaje que más se aferra a la realidad y sinceramente no lo puedo imaginar de otra forma. Incluso les doy permiso (jajajaja) de imaginar al Pablo cantante como otro cantante que se le parece un poco, o tiene uno que otro aire: Antonio José. Si, él también es bello.
Entonces Pablo es Pablo, pero es Matteo Vega. Daniel si lo dejamos como está.
Estoy para clarar cualquier duda o responder cualquier pregunta.
¡A leer!
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Carolina Díaz
No acostumbro a levantarme sin alarma, pero algo me hizo abrir los ojos. Algo me susurró en la mente que los abriera porque si. Y lo hice. Mi apartamento tenía buenas vistas, pero esta era otro nivel.
Si de algo soy fan en esta vida (A demás de los crushes, Pablito lindo y las RRSS) es a los amaneceres y atardeceres. Nada se comparaba con el alba o el final de una tarde. La mejor hora para una fotografía, en ambas oportunidades. No podía ver a menudo un sunrise porque trabajaba y siempre tenía prisas. Por eso, si me preguntabas, los sunsets eran mis favoritos. Podía detenerme, paladearlos, querer que no se acabaran frente a mis ojos. Pero frente a mí estaba el sunrise más bonito que había visto hasta ahora.
Gracias, Madrid.
La mano que rodeaba mi cintura no pasó de largo tampoco. Tenía el amanecer más bonito frente a mí y sujetándome estaba el hombre de mis sueños. Pero qué bonita forma de empezar un día, por Dios. Me di vuelta aún rodeada por él para verlo de cerca. Qué bonito estaba. Las pestañas le rozaban los pómulos y los labios se le veían súperllenos.
Sonreí y lo acaricié donde estaba su barba.
Sus ojos comenzaron a vibrar, producto de el rayo de sol intenso que se comenzó a filtrar por el gran ventanal de su cuarto. Y cuando se abrieron... fue la visión más bonita que tuve de los ojos de Daniel. Qué espectáculo. Eso y su media sonrisa.
—Buenos días— metió su rostro en la curva de mi cuelo, ocasionando que su barba me hiciera cosquillas.
—Buenos días— sonreí. Metí mis manos en su cabello y lo dejé volver a dormirse en mi cuello.
