No me habían criado para preferir a una persona u otra. Me habían inculcado en la mente y en el corazón que todas las personas somos iguales. Por ello tenía amigos de todos los tamaños, colores, distinciones, orientaciones sexuales y pare de contar. Y yo formaba parte de un grupo de personas distintas en sus propios círculos sociales. Así que la conclusión es que si, en la diversidad está la perfección. Pero algo me había parecido una preciosidad desde que comencé a tener noción de que uno, por lo general, se busca una pareja en la vida.
Mi familia ha tenido siempre relaciones interraciales: Mi padre con el tono de piel un pelo más oscura que la mía, y mi madre de piel blanca. O mis abuelos. Él como mi madre y mi abuela de piel caramelo. No era algo raro que, a medida que me fui haciendo mayor, me lanzaran comentarios como "Hay que mejorar la raza" en juegos. No le prestaba nunca atención porque siempre se quedaba con una broma.
Y había conocido unas bellezas de prospectos a lo largo de esos primeros años, pero nunca con fines de tener algo serio porque siempre estuve enfocada en mi futuro. Ahora, para explicarles, es importante que sepan que si, siempre, siempre he sabido reconocer cuando alguien es atractivo, tenga los rasgos o el físico que tenga. Conocí a personas de mi mismo tono de piel o más oscuro, o con el pelo moreno, negro, rubio, etc. Y hey, bellezas eran bellezas.
Las cosas como son.
Pero, por alguna razón, aunque fuesen muy atractivos, yo no me veía en un futuro con ninguno. La razón de ello lo descubrí un día en instagram, cuando bajaba en mi pestaña de "Descubrir" o "explorar" y encontré la foto de una mujer de mi color con un hombre de cabello rubio y unos ojazos que te morías.
Seguí el hastag que me ayudó a conseguir esa foto, eso ya se los conté cuando comencé a soltar por la jeta toda esta historia.
So, como también se los había contado antes, el hastag que seguí hacía que en mi feed aparecieran tanto fotos de parejas interraciales como a personas que buscaban ese tipo de relación. Un día, un mes y un poco más después de comenzar a verlas todos los días, una foto llamó mi atención. Tuve que parar en el acto para detallarla.
Era una foto de uno de esos hombres que casi, casi, te hacían mirar hacia otro lado por no poder con su perfección. A mi parecer, este chico sin nombre tenía todo lo que yo me merecía en esta vida: Un idioma distinto al mío, un color de cabello que parecía rojizo y unos músculos para perderse la vida completa entre ellos.
Matteo Vega, 24 años. Houston, Texas.
Obvi, lo seguí. Sus fotos eran en su mayoría sobre naturaleza, actividades al aire libre y gimnasio. Estuve ahí unos minutos antes de notar arriba en mi pantalla una notificación que decía: Metteo Vega ha comenzado a seguirte.
Me había emocionado como no tienen idea.
No hice más que seguir una simple regla de nuestra sociedad para ligar en las RRSS: Sigues, das like y esperas a que un milagro pase.
Nunca me he visto a mí misma como una belleza o alguien inalcanzable. De hecho, soy supernormal a mis propios ojos. Pero había una gran diferencia en este caso: Era latina, negra y sabía inglés.
Hasta yo llegué a escuchar las campanitas que decían "ding, ding, ding".
Amigos, esto podría ser bueno.
No hablamos ese día, ni el siguiente, ni el siguiente a ese. De hecho, lo único que hacíamos mutuamente era ver nuestras historias. Otra realidad de nuestra sociedad. Así que yo, como una boss girl de ahora, esperé el momento oportuno para responder una de las suyas.
ESTÁS LEYENDO
UN BUEN AMOR (TERMINADA)
RomanceCarolina Diaz se mudó a España siguiendo sus ilusiones y sus sueños más locos. Tenía en su corazón una quimera a la que dejó de cuidarla lo suficiente como para que dejara de serlo. Ahora debe enfrentarse a sus fantasías vivientes mientras al mismo...