Epílogo

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Las quimeras son quimeras. Sueños o anhelos que se persiguen aunque sea muy poco problable que se haga realidad. No se hagan como que no lo sabían, porque lo grité desde el minuto uno. Sentarme aquí a contarles esto me hace pensar que esta ilusión que llevo tan dentro tal vez sí sea un poco más tangible, o por lo menos aquí dentro de estas páginas. Me detengo muchas veces e inspiro antes de seguir con mi relato porque he vivido esta historia de maneras distintas, siempre cambiando algo, siempre esperando algo. Siempre algo sucediendo.

Soy una fiel creyende del poder de la mente, de la ley de atracción, de los horóscopos y de los sueños. Y este, porque parece un sueño imposible, es porque decidí contarlo.

No, no es imposible si ustedes le dan vida cada vez que leen esta historia.

No, no es imposible si ustedes sintieron vértigo.

Tampoco es imposible si los alenté a soñar.

Cuento una historia entre alguien que persigue lo que quiere y su lucha por la vida.

Cuento una historia donde persigo mi idea del amor: Que el amor sea libre, sin géneros, sin razas, sin barreras culturales, sin barreras religiosas. Solo libre. Sin inseguridades, libre sin ataduras y libre de dejarse sentir.

Y Aquí, frente a mi ordenador y un capítulo que define el final de esta aventura, lo digo aún más fuerte: No hay que dejar de soñar. No hay que dejar de creer y de querer y de perseguir. No hay que dejar nunca de creer en el amor.

Voy a volver a repetir una frase de Carolina: "Estamos acostumbrados a que no se note, a que no nos palpite el corazón".

No entren en una relación hasta que se sientan ustedes, hasta que puedan ser, hasta que sientas vértigo y ganas de todo. Ese es mi consejo, ese es el mensaje que quiero dejar en este libro; que el amor siempre debe ser libre y de verdad. El amor hay que sentirlo BIEN.

Hay que soñar con amores bonitos y creer que tu tendrás el tuyo al mismo tiempo. Estamos tan acostumbrados a ver amores tan vacíos, tanto cariño a medias y tanta desesperanza que creemos que ese patrón está tallado en piedra o escrito con tinta imborrable. Amigos, tu historia la escribes tú. Tus reglas las pones tú. Tu vida la vives tú.

Da el primer paso. Da la primera sonrisa. Da el primer piropo. En su defecto da el primer like, el primer follow, el primer "... ha respondido tu historia". Haz que sepan que estás ahí, que vives y que apuestas. Ve a por lo que te hace feliz. Atraviesa un mar si es necesario, pero escribe tu propia historia.

He aquí la mía. La de mis sueños.

Tal vez soy muy despistada para demasiadas cosas y tiendo a creer que muchas de ellas no son para mí, pero aquí les adelanto algo que pueda que les sirva: Siempre hay alguien que te mira, que piensa que eres especial y que sueña con que estés en su vida.

Abre las alas y el corazón. Quiere bonito, bien y fuerte.

Ojalá esta historia deje de ser tan mía en algún momento. Ojalá los que sueñan como yo se despierten viviendo sus deseos del corazón una vez. O muchas veces, a poder ser. Ojalá pueda decirles un día que esto, esta quimera, dejó de ser cuidada lo suficiente como para que deje de serlo.

Muchas cosas han pasado, pero eso no se los contaré yo. Voy a dejar que ustedes lo descubran. Aunque si me preguntan por una pista les diría que esta relación biunívoca entre mi quimera y yo se ha vuelto más especial: Hay más elementos conectados que solo yo con esta historia.

Tal vez ahí afuera esté caminando, sonriendo y viviendo la personificación de mi Matteo.

y tal vez algo de esto tenga mucha verdad.

UN BUEN AMOR (TERMINADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora