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Capítulo 15

Estoy delante del armario intentando decidir qué ponerme para esta noche. No quiero ponerme nada demasiado caro porque no me gustaría que Mercy volviera a hacer algún comentario como en su cumpleaños, pero no me he comprado ropa de vestir, solo tengo la que me compraban mis padres. Al final me decido por un suéter negro y una falda de lentejuelas negra con destellos plateados, combinados con las mismas botas del cumpleaños de Mercy, las que son por encima de la rodilla y con mucho tacón, también negras. El negro es un color fácil para fin de año, eso o dorado, pero la última vez que lo hice parecía más bien una bola de Navidad. Me hago un maquillaje sencillo pero con mucho brillo, me pongo el abrigo más calentito de todos y salgo de la residencia. 

Solo son las siete pero ya es de noche, así que cuando llego a la parada de metro de Mercy comienzo a caminar lo más rápido que estos tacones me permiten hasta llegar a su puerta.

—Oh, estás guapísima Clara. —Martha me deja pasar y me da un abrazo— Hace tanto tiempo que no te veía, casi un mes. Hasta parece que hayas crecido —dice mientras mira mis tacones.

—Y tú has rejuvenecido, ¡mira esas piernas! —Ella lleva un vestido bohemio que deja ver sus piernas entre las telas abiertas y le queda muy bien. Esta familia va a acabar con mi autoestima. Martha se ríe mientras me quita el abrigo y señala que pase al salón.

—Hola. —Hero está poniendo la mesa. Va guapísimo, con una camisa blanca y tejanos.

—Hola, ¿necesitas ayuda? —Le sonrío y se humedece los labios. Puedo jurar que me ha revisado de arriba a abajo, pero me parece justo, yo acabo de hacer lo mismo con él.

—¡Clara ven aquí ahora mismo! —Escucho a Mercy gritar y puedo deducir que está en la cocina.

—Creo que deberías ir, a no ser que quieras sufrir las consecuencias. Ya me las apaño yo con la mesa. —Él me sonríe y yo asiento mientras me giro para seguir la voz de su hermana.

Cuando llego, la veo realmente concentrada en que lo que sea que hay en el horno no se queme, como si apartando la mirada un segundo todo fuera a salir ardiendo. Titan está a su lado cortando lechuga para una ensalada.— Solo quería verte para comentar con Titan tu conjunto, ya puedes irte, ahora vamos a criticarte. — Aparta la vista medio segundo del horno para mirarme y me sonríe a modo de saludo. Ignoro lo que me acaba de decir y me apoyo en la pared junto a ella. 

—¿Crítica constructiva o destructiva? —Mercy también va muy guapa pero lleva pantalones en vez de vestido, parece que esta noche hemos cambiado los papeles y ella va más abrigada que yo.

—Súper destructiva. —Sigue con la mirada fija al horno.

—¿Qué hay en el horno? —No lo consigo distinguir, solo veo el molde.

—Un pastel, lo he hecho yo. —Me sonríe orgullosa pero rápidamente vuelve a vigilar su creación mientras Titan se ríe de ella.

Acabamos de cenar a duras penas porque Titan ha preparado demasiados platos, incluso ha probado algunas recetas nuevas veganas solo para mí. Cuando lo he visto antes no he podido evitar abrazarle y llenarlo de besos, esta familia me ha robado el corazón. Ahora estamos sentados todos alrededor de la chimenea en algún tipo de charla familiar anual, en la que extrañamente no me siento una intrusa.

—Vale, vamos a hacer ronda de propósitos —dice Martha—. Este año... quiero pasar más tiempo en casa. —Empezamos fuerte— Mercy, te toca.

—Este año quiero mejorar mis notas. —Sé que lo va a conseguir, se está esforzando muchísimo— Y ayudar más en casa antes de que Titan me asesine. 

—Este año voy a obligar a Mercy a que me ayude en casa. —Todos seguimos riendo desde el comentario de Mercy. Titan es el que se suele encargar de hacer las tareas, sobretodo cuando Martha está trabajando— Y voy a cambiar de empresa este año. —Su madre le mira ligeramente asustada, pero él aclara que solo dejará el trabajo cuando tenga una oferta mejor y segura.