Capítulo 24

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Me quito la bata blanca y me quedo mirando un rato la increíble mancha violeta que se ha quedado en ella. La tengo que llevar a la residencia y lavarla a mano por ser tan descuidada, pero podría haber sido mucho peor y haberme tirado encima un bote entero de ácido en lugar de yodo. No es que no sea horrible el hecho de haberla cagado de tal manera, porque seguro que repercutirá en mi nota, pero al menos mi piel sigue intacta. 

El problema es que llevo todo el día pensando en que esta noche Hero me presentará a sus amigos y me preocupa mucho más que conocer a sus padres. No solo el hecho de conocerlos, sino el entrometerme en una de sus "noches de chicos". Desde que comencé a salir con Hero hace casi un mes, los dos hemos intentado seguir quedando con nuestros amigos por separado a pesar de pasar tanto tiempo juntos, y lo hemos llevado bien. No es mi grupo de amigos el que me preocuparía si él decidiera salir con nosotros, de hecho, la gran mayoría estaría más que feliz por alegrarse la vista con mi novio durante un rato. Pero su grupo de amigos me intimida de verdad, son unos cuantos chicos que llevan juntos desde preescolar y, por lo que me ha contado Hero, nunca ninguno ha tenido novia, y mucho menos han dejado que uno de sus ligues se junte a ellos en sus noches. Sí que quedan de vez en cuando con más personas cuando van a discotecas o en fiestas importantes, pero esta noche estaré entrando en casa de uno de ellos, invadiendo su territorio. Deja de dramatizar

Meto la bata en mi mochila suspirando y me despido de mis compañeros. Cuando salgo del edificio y respiro al fin aire sin químicos me doy cuenta de la tormenta que está cayendo. Tal vez es una señal de lo que está por venir. Me quedo en la entrada debajo del porche esperando a que llegue Hero ya que a pesar de llevar medio año aquí, me resisto a acordarme de coger un paraguas. Al fin veo a Hero llegar con su nuevo coche y me acerco corriendo mientras me abre la puerta desde dentro.

—¿Cómo ha ido, cielo*? —pregunta cuando ocupo el asiento pasajero y le doy un pequeño pico antes de que tenga que acelerar para que no se impacienten los coches de detrás. Hero decidió hace una semana que necesitaba un coche después de escucharme estornudar dos veces seguidas porque según él acabaría enferma de mojarme tanto con la lluvia yendo en moto. Como si yo no fuera la excusa que le faltaba, porque le llevo viendo hacer ojitos al coche de Mercy desde que se lo regaló. Al día siguiente, fue a un concesionario y volvió con un coche nuevo, como si no se acabara de gastar veinte veces lo que gano en un año. Casi me recordó a mi padre, pero no, Hero es mucho mejor hombre que mi padre. Él intentó que le acompañara a elegir uno, pero al final conseguí convencerlo de que fuera con sus amigos porque yo me decidiría por cómo se veía por fuera y no por lo que de verdad importa. De todas formas, volvió con mi favorito, un coche eléctrico. No voy a hacer como que no sé que él habría preferido un coche que hiciera ruido (preferiblemente mucho) al acelerar, pero de todas formas me alegro de su decisión.

—¿La verdad? Fatal. Le he pegado un codazo a un matraz y me lo he tirado todo encima. Y por mucho que dijeran que no, la campana de extracción no funcionaba bien y te juro que estoy colocada de algo. —Me mira de reojo e intenta aguantarse la risa pero no le culpo, yo me habría reído si no fuera yo la que estaba recibiendo— ¿Y a ti? 

—Bien, no he hecho mucho. Me he pasado esta mañana a ver a mi mánager y por la tarde he jugado un partido con los chicos. —Al menos si ya ha pasado tiempo con ellos hoy significa que estarán más abierto a compartirlo, ¿no?

—¿Algo interesante? —Enciendo el móvil después de todo el día y solo tengo notificaciones de Mercy enviándome memes y de nuestro grupo de amigos hablando para quedar mañana, con algún que otro comentario sobre mi cumpleaños aunque aún no haya decidido cómo celebrarlo.

—He ganado. —Sonríe orgulloso y no resisto la tentación de pasar mi mano por su pelo, acariciándole la mejilla por el camino. Aparta los ojos de la carretera solo un segundo antes de volver la atención de nuevo a lo importante— También, mi mánager ha hablado sobre algo en la Paris Fashion Week este verano, pero no sé si aceptar.

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