La humanidad está en constante cambio, pero nadie habría podido adivinar lo que se avecinaba. En el año 2016, la humanidad sufrió bajas, la raza humana comenzó a debilitarse. Sin ninguna razón aparente, las personas comenzaron a morir de manera repentina después de contagiarse de simples enfermedades como la gripe. Después de varios estudios e investigaciones, científicos descubrieron que se trataba de un nuevo virus que atacaba solo a los seres humanos, virus que fue nombrado como Devourer. Este nuevo virus debilita el sistema inmunitario. Y a medida que el sistema inmunitario se debilita, la persona está en riesgo de contraer infecciones y cánceres que pueden ser mortales. De esa manera, rápidamente la humanidad comenzó a desaparecer. Pero algo lo impidió. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) realizó una conferencia para solucionar el problema.
Los mejores científicos fueron convocados ante la ONU para que estos estuvieran dispuestos a encontrar una solución para el virus. Todas las universidades involucradas en la ciencia se unieron a la lucha contra el virus, incluyendo al Tecnológico de San Fransokyo. Gran parte de los estudiantes del SF se sumaron a la causa, desarrollando lo que fuese necesario para encontrar una cura o vacuna para aquel virus. Entre los alumnos de aquella prestigiosa universidad estaba Hiro Hamada. Si bien su especialidad era la robótica, Hiro Hamada se había atrevido a interesarse seriamente en la química y en la genética varios meses antes de que el virus hiciese su primera aparición. A sus cortos quince años y medio, Hiro comenzó perseguir el éxito, siempre pensando en ayudar a los demás, esa era una razón para querer ayudar a encontrar una vacuna para el virus.
Habían pasado varios meses y las pérdidas de vida seguían en aumento. Una noche, tras varios intentos fallidos de controlar y eliminar al virus en observación, un equipo de científicos conformado por varios alumnos del SF, incluyendo a Hiro Hamada, encontraron lo que parecía ser la esperanza que la humanidad tanto esperaba. Un nuevo tratamiento comenzó a desarrollarse para tratar de reparar el sistema inmunitario de las personas ya infectadas. Dicho tratamiento fue implementado también como una vacuna. La vacuna y tratamiento fue nombrada como 再建 (Saiken), que significaba reconstrucción.
Sí, la humanidad se salvó, pero, ¡pero!... Lo que pasó después nadie lo esperaba. Los humanos parecían comenzar a cambiar, la vacuna, como lo decía su nombre, reconstruye el sistema inmunitario, además de modificar el ADN humano. El punto aquí es que el tan famoso género de literatura usado en algunas novelas conocido como "Omegaverse" se hizo realidad. Los síntomas eran simples, dolores en la zona abdominal, náuseas, vómito y pérdida de conciencia, acompañado de mucho cansancio y dolor. Todo era el inicio de que el cuerpo humano comenzaba a mutar, a evolucionar para adaptarse. Y tal y como en los Omegaverse que aparecían en las novelas, doujinshis, mangas, comics, fanfics, etc. La sociedad se volvió a dividir en tres; Alfas, Betas y Omegas.
En México... bueno pues, ¿Cómo podría decirlo? En México no se tomó muy bien el hecho de que los hombres pudieran dar a luz, aunque México no fue el único lugar en donde se rechazó este hecho. Pero México... ¡MÉXICO PARECÍA HABER ENTRADO EN GUERRA! ¡EN GUERRA, PERO CONSIGO MISMO!
En el pueblo de Santa Cecilia, en la casa de los Rivera, las cosas no iban nada bien. Como era de esperarse de mamá Elena, era la que menos podía acostumbrarse al alboroto de ese gran cambio. Que el celo, que los dolores, que los Omegas, que esto, que aquello, que lo otro. Esa mujer veía muy extraño el hecho de que alguien de su familia terminara enamorándose y formando una familia con alguien de su mismo sexo. Pero eso no fue una cosa que detuviera aquel joven músico en su familia. Miguel Rivera, Miguelito no se detuvo. De hecho, la buena suerte le tocó a su familia cuando se enteraron de que Miguel entraba en la categoría de "Alfa", la noticia también se hizo escuchar en la tierra de los muertos, donde el resto de la familia rivera se puso a festejar. El Miguelito era un "dominante". Y también en la tierra de los vivos la fiesta no se hizo de esperar. Pero el hecho de ser Alfa no despejaba el camino de Miguel hacia el éxito. Le tomó mucho tiempo, dedicación, esfuerzo, trabajo y paciencia, pero logró ser aceptado en una de las mejores universidades de Norteamérica. Una fiesta de despedida para Miguel se celebró, y justo cuando estaba por partir de su pueblo, a su abuela se le ocurrió decir uno de los típicos comentarios que dan las abuelas a sus nietos.
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Detrás Del Gran Alfa
Fiksi PenggemarLa especie humana sufre grandes bajas en su población, pero lo que se avecinaba nadie lo podía esperar. La humanidad evoluciona adaptándose a los nuevos tiempos. Pero los cambios no son aceptados completamente en todos lados. Los humanos han obtenid...