Día de volver a la rutina y volver a verles la cara a mis queridos compañeros Ja.
No tenía ganas de nada y mucho menos quería llegar temprano, así que ni me moleste en apurar mi paso para ir al instituto.
Tenía ganas de comprarme un libro así que fui hacia una librería.
Al entrar había una mujer ya algo anciana que al verme se me acercó y con una sonrisa me saluda.—Buenas tardes querida, si precisas algo no dudes en consultarme. — Yo solo le devolví la sonrisa y le dije un "Gracias".
Mientras recorría los estantes de la librería un libro algo viejo, llamo mi atención completamente, parecía ser un diario, escrito con tinta habían dibujos e imágenes también.
Algo extraño, nunca había visto un libro así se titulaba, "Diario" si, muy original. No veía el precio así que me acerqué al mostrador y le pregunté a la señora que me había hablado apenas entré que cuánto valía el libro.—Oh... no sabía que aún lo teníamos, a todos le parece extraño y no lo llevan.
—Si a mi también me parece extraño pero algo interesante nunca había visto un libro así.
—Opinamos lo mismo jajaj.
—jaj... Estem... ¿cuánto vale?
—Oh si, es gratis. Tómalo como un regalo.
—Bueno, muchas gracias. — Le respondí mientras sonreía y lo guardaba en mi mochila.
Al salir de la librería me fijé que hora eran media hora tarde creo que ya era momento de ir al infierno.
Crucé la calle camine un par de cuadras y me adentré a la institución, no había nadie en los pasillos era obvio todos estaban en clase, antes de ir a mi salón mire hacia atrás por intuición, cuando veo a Patrick entrando, no lo dudé y me acerqué a él.
Al acercarme no sabía bien que decir, solo le toqué el hombro esperando que este se diera vuelta. Patrick me vio y sin mínimo aviso me abrazó como nunca, solamente nos reíamos.
Cuando nos dejamos de abrazar procedió a decir...—¡Grecia! Hace tanto no te veía, nunca me escribiste.
—Perdón, estuve algo atareada con las tareas del instituto, pensaba escribirte pero bueno jajaj.
—Que alegría me da verte.
—A mi igual, por curiosidad... ¿Qué haces aquí?
—Vine a levantar unos papeles, si me esperas luego podemos ir a tomar un café u otra cosa.
—Si, ¿Por qué no?
No me importaba faltar a clase, lo extrañaba, no somos los mejores amigos pero se gano de alguna forma mi cariño, además con sus ocurrencias me hace sentir bien. Luego de unos minutos se acerca Patrick.
—Excelente ya estoy ¿vamos?
Y sin más nos fuimos hacia una pequeña cafetería cerca del instituto, tenía un estilo vintage con cuadros de apariencia gastada y mesas y sillas de madera, verdaderamente hermosa, ¿cómo no la pude ver antes?
Al sentarnos se nos acercó una muchacha con un uniforme bordo con su nombre en una pequeña placa.—Hola, me llamo Dulce, estoy aquí para tomar su orden ¿ya tienen pensado que pedir? O ¿les traigo la carta?
—No hace falta — digo— queríamos dos cafés y donas.
—Bien, en 10 minutos su pedido estará listo.
Entre tanta charla sin sentido con Patrick llega nuestra comida si se le pude llamar así.
—¿Qué ha pasado mientras no estuve?— Preguntaba Patrick para después darle un mordisco a su dona.
—Nada interesante la verdad, todo marcha más que bien. —Dije, mientras jugaba con la cuchara dentro de mi taza.
—Me mientes y lo sé, vamos Grecia dime que es lo que en verdad está ocurriendo, sabes que pueden confiar en mi, todo este tiempo de verdad estuve extrañándote y pensándote a diario y la verdad que no sé porque, quise buscarte y hablarte pero no tenía tu número y no contestabas en tus redes sociales.
Solo pude parar a ver su mano agarrando la mía para luego verle a los ojos, demostraban el más puro interés, hace tiempo no recordaba esa mirada, por un micro segundo se me vino la imagen de Dereck en él.
—Bien...
Cuando terminé de hablar no pude detener una que otra lágrima, mire a Patrick y pude notar que estaba verdaderamente enfadado.
—Son unos hijos de aggh les partiré su cara y Alexandra pagará también.
—No valen la pena, si tú intervienes me irá peor y lo sabes.
—Ya nada te pasará desde ahora, lo que te hacen a tu también me lo hacen a mi.
Contestó éste decidido.No sabía si en verdad lo decía, o solo fue ese momento por el enojo que el sentía...
Simplemente sonreí mientras negaba con la cabeza. Al terminar nuestros cafés y donas, nos levantamos para irnos, yo tenía una hora de matemáticas mientras que Patrick tenía que ir a su entrenamiento de fútbol.—Bueno... espero volver a saber de ti, Grecia.
—Así será, prometo llegar a casa y hablarte.
—Eso espero, ven. — Sin dudarlo me acerqué y nos unimos en un tierno abrazo que duró apenas unos minutos.
—Bye, espero verte pronto.
—Así será.
Nos despedimos y éste se fue dándome una linda y tierna sonrisa.
Entre al instituto en el cual no había mucha gente, sin importarme entre a mi salón y ahí estaban unas cinco personas aproximadamente, al verme entrar comenzaron a hablar entre ellos. Daba igual, de seguro alguno me había visto con Patrick.
Minutos más tarde entra el profesor de matemática y comienza a dar la clase.—Así que alumnos cuando nos da este tipo de resultados lo que debemos hacer simplemente es elevarlo a la 3 y hacer la raíz cuadrada del número restante, el que se encuentra a la izquierda y así nos va a dar...
Ring! Ring!
La campana había sonado indicando el final de la clase y así concluía nuestro día, sin más ni menos.
Si les está gustando la historia no olviden
V o t a r y c o m e n t a r ✨
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Huracán adolescente (REESCRIBIENDO)
Fiksi RemajaGrecia, una adolescente como cualquier otra. Al menos eso es lo que quiere creer, pero no es así. ¿Será por todas las agresiones que sufre a diario o por el poco cariño de su familia? En el último año de instituto sus más oscuros secretos, junto...