Harry Potter y las historias de Hogwarts

Jugando a Cupido: Parte 3 (Final)

Tras haber tenido que parar un fuerte enfrentamiento entre Draco y Harry, los Gryffindors y los Slytherin habían logrado regresar a Hogwarts sin ser vistos por los profesores, Filch y la señora Norris o el director. De por sí ya era bastante malo estar cubiertos de césped y tierra, así que lidiar con algún regaño no podía ser ni una opción. Harry, Ron y Hermione fueron a darse un baño rápido para poder acostarse luego. En todo el camino, no hablaron de nada. Cada uno iba pensando en la batalla que su amigo y el rubio habían tenido en el prado. Al parecer, como era de esperar, Draco fue incapaz de controlar su boca para no soltarle nada grosero a Harry y éste, igualmente, no se había quedado callado. Mientras se atacaban con diferentes hechizos, aunque ninguno mortal, Ron y Blaise tuvieron que sostenerlos desde atrás por los brazos para que pararan y las chicas se pusieron en el medio, espalda con espalda, para evitar que siguieran atacándose.

Al final, Pansy le susurró a Hermione que se llevaran a Harry primero, mientras ellos intentaban calmar a Draco antes de regresar al castillo.

Ahora estaban poco o nada tranquilos, porque estaban muy seguros de que las cosas se complicarían si no lograban que Draco y Harry hablaran las cosas como personas civilizadas y se olvidaran de los enfrentamientos.

Cuando fueron hasta el baño, cada uno por su lado, y se terminaron de duchar y cambiarse, Harry no había podido dejar de sentir un extraño aguijonazo en el pecho, como si fuese eso su advertencia para que estuviese con la guardia en alto ante cualquier situación sospechosa. Pero ahora mismo, volviendo a pensar en su reciente pelea con Malfoy y el que sus amigos hayan tenido que separarlos para que no llegaran más lejos, la tensión llegó de golpe a su cuerpo y apenas logró por su cuenta que sus piernas no cedieran a su propio peso o que su cuerpo se pusiera a temblar violentamente, como cuando su primo veía la televisión y subía el volumen hasta el tope sólo por molestarlo, sabiendo que eso le causaba fuertes dolores de cabeza. Sólo con esas cosas se había convencido para quedarse en su cuarto con Ron y tratar de conciliar el sueño. Al menos, McGonagall rara vez deambulaba por la sala común, así que tuvieron suerte de que ella no hubiese decidido ir justo en ese momento a ver si alguien quedaba en el lugar.

Por su lado, Ron y Hermione parecían incluso estar unidos por sus pensamientos. Se estaban preguntando cuánto tiempo podía pasar hasta que se les ocurriera otra cosa para intentar unirlos (si es que quedaba alguna esperanza para eso) o si a Pansy y Blaise se les ocurriría primero que a ellos, cosa que era muy probable.

¿Podremos hablar mañana?, se preguntaron al acostarse, sin poder dormir.

Esperaban que sí, porque ellos de verdad se habían dado cuenta de que, si bien peleaban continuamente, había cosas escondidas en su mejor amigo, así como los Slytherin lo habían notado en Malfoy.

Harry no había querido hablar de nada, y lo mismo estaba pasando con Draco, quien no le había dirigido la palabra a sus dos acompañantes desde que habían regresado al castillo. Eso ya era algo bastante preocupante, porque cuando cosas así pasaban, el rubio siempre estaba despotricando contra todo el mundo. Ambos Slytherin habían interrumpido bruscamente sus pensamientos cuando se dijeron que ahora sería más difícil hacer que admitieran sus sentimientos por el otro. En medio del silencio de la sala común de Slytherin, mientras las llamas de la chimenea terminaban de consumirse, a Pansy se le había pasado la idea de usar algunas pociones para hacer que ambos admitieran todo, pero fue el mismo Blaise quien hizo que descartara por completo dicha idea, porque entonces, ellos iban a decir que fue sólo por los efectos de la misma. Si no lo hacían por su propia voluntad, no sería lo mismo.

—No perdamos la esperanza—le dijo en voz baja a su compañero—. Granger y Weasley podrán calmar a Potter y luego, sólo tendremos que llevar a cabo la siguiente parte del plan.